viernes, 15 de noviembre de 2019

Estudio – Ap. 4:1-11 El Trono de Dios – Visión #2a.


Estudio: Ap. 4:1-14 El Trono de Dios – Visión #2 a

Información básica:
·         Ap. 4 y 5: Dos capítulos relativamente cortos revelan el centro de la autoridad divina, a saber, el trono de Dios y el poder de su Hijo, quien es Rey de reyes y Señor de señores. Esos capítulos enseñan a los santos en la tierra que, a pesar de todos los ataques del mal por parte de Satanás y sus secuaces, el gobierno de Dios es supremo; Dios nos garantiza que está haciendo realidad su plan; nos da la promesa de que gobierna toda su creación por medio del Cordero. Dios gobierna desde su trono.  Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 206).

Visión # 2 – El Trono de Dios.

Ap. 4.1 (RVR95) Después de esto miré, y vi que había una puerta abierta en el cielo. La primera voz que oí era como de una trompeta que, hablando conmigo, dijo: «¡Sube acá y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas!».
Ap. 4.1 (DHH) Después de esto, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y la voz que yo había escuchado primero, y que parecía un toque de trompeta, me dijo: “Sube acá y te mostraré las cosas que tienen que suceder después de estas.”

Ap. 4:1 (Kistemaker) Después de estas cosas que vi, y mira, se abrió una puerta en el cielo, y la primera voz que había oído como una trompeta que me hablaba dijo: «Sube acá, y te mostraré lo que debe suceder después de estas cosas». Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis. [Traducción del Autor, Kistemaker]

Nota: ¿Después de esto? Después la visión de cristo (Ap. 1:13), y su mensaje a las siete iglesias (Ap. 2-3).

·         Juan vio una puerta abierta en el cielo.
·         Juan escucho la voz (como una trompeta) que había escuchado antes.
·         Juan quedo mandado a subir acá (hasta la puerta del cielo).
·         Juan quedo informado el propósito de la visión, a mostrar las cosas que tiene que suceder.
·          ¿después de estas?

Nota: ¡y mira, se abrió una puerta en el cielo!

Nota: Terry: "Puerta abierta en el cielo": el cielo es el lugar del trono de Dios y la fuente de todas las revelaciones verdaderas. Por lo tanto, para ver y conocer los misterios de Dios, se debe abrir la puerta de su templo celestial. Comp. Gen. 28:17; Ezek 1:1; Mat. 3:16; Hechos 7:56; 10:11; 2 Cor. 12:1–4. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 316).

Kistemaker - Juan tiene una visión diferente; se le brinda la oportunidad única de mirar al cielo y de describir lo que oyó y vio. Dicho sea de paso, Pablo también fue arrebatado al tercer cielo en una visión, pero dice que «escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar» (2 Cor. 12:4). Juan observa y luego, sorprendido, dice, «¡Mira!» como si el lector pudiera ver lo que a él se le permite ver. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 207).

Nota: Sube acá y te mostrare las cosas que sucederán después de estos.

·         Antes de seguir, tenemos que dice algo: ¡Este versículo NO habla del “rapto” ni el arrebatamiento!

Nota: La teoría del “rapto secreto” (desaprobado por muchos y sin fundación bíblica), hizo famoso primero por La Biblia de Referencia- Scofield (1917) que dice: Esta llamada parece indicar claramente el cumplimiento de 1 Tes. 4:14-17. La palabra "iglesia" no aparece nuevamente en el Apocalipsis hasta que todo se cumpla. Scofield, C. I. (1917). La Biblia de referencia Scofield: (p. 1334).

Nota: MacArthur dice que:  Sube acá. Esta no es una referencia velada al arrebatamiento de la iglesia, sino un mandato para que Juan fuera transportado al cielo “en el Espíritu”, de forma temporal y sobrenatural con el fin de recibir revelación específica acerca de sucesos futuros. MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Ap. 4:1).

Nota: Chilton dice sobre Ap. 4:1: Este versículo lo usan los defensores del dispensacionalismo para apoyar su "Teoría del Rapto", la idea de que la iglesia será arrebatada de este mundo antes de una venidera tribulación. ….. La "Teoría del Rapto" está basada en parte en una errónea interpretación de la doctrina cristiana de la ascensión de la iglesia. La ascensión definitiva tuvo lugar posicionalmente con Jesucristo, con quien estamos sentados en los lugares celestiales (Ef. 1:20; 2:6); la ascensión progresiva tiene lugar litúrgicamente con Cristo Jesús cada semana, en la celebración de la Eucaristía (Heb. 12:22-24); y la ascensión final tiene lugar escatológicamente con Cristo a) espiritualmente, a la muerte (Ap. 20:4), y b) en el cuerpo, al final de la historia (1 Cor. 15:50-55, 1 Tes. 4:17). Chilton. Días de Retribución.

Kistemaker nota que: Juan no fue el primer mortal al que se le permitió ver el cielo. En un sueño, Jacob vio una escalera que llegaba hasta el cielo desde donde Dios se le dirigió. Jacob exclamó: «¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!» (Gen. 28:17). También a Isaías (Is. 6:1), Ezequiel (Ez. 1:26) y Daniel (Dan. 7:9) se les permitió ver el trono celestial de Dios. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 207).

Terry nota: Sube acá - Asciende a este reino de visión celestial y revelación. Juan fue atrapado en espíritu como Ezequiel para contemplar "visiones de Dios". Comp. Ezek. 3:12; Ez. 8:3; Ez. 11:1. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 316).

Ap. 4.2 (DHH) En ese momento quedé bajo el poder del Espíritu, y vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba sentado en el trono.

·         Estando yo en el Espíritu:

Nota: En el espíritu. El Espíritu le proporciona a Juan visiones especiales y lo transporta a puntos estratégicos para verlos (Ap. 4:2; 17:3; 21:10). Sproul, R. C. (2005). La Biblia de estudio de la Reforma: (p. 1849).

Nota: Terry Estaba en espíritu: en el elemento del éxtasis visual, en el que se obtiene la revelación de los misterios celestiales. Comp. Ap. 4:2; 17:3; 21:10. Implicaba las condiciones de éxtasis (ἔκστασις) que cayeron sobre Pedro (Hechos 10:10), y en las cuales Pablo tuvo “visiones y revelaciones del Señor” (2 Cor. 12:1). Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 283).

Nota: Chilton dice que: Para recibir la revelación, Juan es arrebatado al cielo, donde ve un trono y a uno sentado: Juan va a contemplar los sucesos venideros desde el verdadero lugar de ventaja, el carruaje-trono de Dios en la nube de gloria. Dios es el determinador de todas las cosas, y una correcta comprensión del mundo debe comenzar por una correcta comprensión de la centralidad del trono de Dios. "En la infinita sabiduría del Señor de toda la tierra, cada suceso cae con absoluta precisión en su correcto lugar en el devenir de su plan eterno; nada, por pequeño o extraño que sea, ocurre sin su ordenamiento, o sin que ocupe su lugar, de manera peculiar, en el desarrollo de su propósito; y el fin de todo será la manifestación de su gloria, y la acumulación de su alabanza".  Benjamin B. Warfield, Predestination", en Biblical and Theological Studies (Nutley, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1968), p. 285. Chilton. Días de Retribución.

Nota: Chilton también dice: “Y el que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina: Se ve a Dios como en una llamarada de luz inaccesible (comp. 1 Tim. 6:16), pues Juan ha sido arrebatado al Lugar Santísimo celestial, el santuario interior del templo cósmico en la nube de gloria. Esto queda subrayado por el hecho de que Juan ve un arco iris alrededor del trono, de un aspecto como de esmeralda. Vale la pena notar que estas tres piedras, jaspe (quizás ópalo o diamante), cornalina (una piedra rojiza), y esmeralda, representaban tres de las doce tribus de Israel en el pectoral del sumo sacerdote (Ex. 28:17-19, Septuaginta). Chilton. Días de Retribución.

Nota: Juan está en el templo verdadero, el arquetipo celestial que formó el modelo que Moisés recibió para la construcción del tabernáculo (Ex. 25:40; Heb. 8:1-2, 5; Heb. 9:23-24). Ve el trono, que corresponde al propiciatorio; las siete lámparas, que corresponden al candelero de siete brazos; los cuatro seres vivientes, que corresponden a los querubines; el mar de vidrio, que corresponde al "mar" de bronce; y los veinticuatro ancianos, que corresponden a las veinticuatro divisiones de los sacerdotes. Chilton. Días de Retribución.

·         Vi un trono establecido en el cielo, en el trono, uno sentado. 

Nota: ¡Dios, el SEÑOR está sentado sobre su trono en el cielo!

·         El trono del SEÑOR es en el cielo. Ps. 11:4; 103:19; Is. 66:1; Mat. 23:22; 1 Reyes 22:19
Ps. 11.4 (NVI) El SEÑOR está en su santo templo, en los cielos tiene el SEÑOR su trono, y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.
Ps. 103.19 (NVI) El SEÑOR ha establecido su trono en el cielo; su reinado domina sobre todos.
Is. 66.1 (NVI) Así dice el SEÑOR: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Qué morada me pueden ofrecer?
Mat. 23.22 (NVI) Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que lo ocupa.
1º Reyes 22.19 (NVI) Micaías prosiguió: —Por lo tanto, oiga usted la palabra del SEÑOR: Vi al SEÑOR sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda.


Nota: Kistemaker dice que: El propósito de esta descripción [De Dios y su trono] es demostrar que Dios es el soberano supremo de este universo. Lo gobierna todo, de modo que nada, bueno o malo, elude su voluntad. Les garantiza que él y no Satanás es quien tiene el control., Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 209).

Ap. 4.3 (RVR95) La apariencia del que estaba sentado era semejante a una piedra de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante en su apariencia a la esmeralda.
Ap. 4.3 (DHH) El que estaba sentado en el trono tenía el aspecto de un diamante o de un rubí, y alrededor del trono había un arco iris que brillaba como una esmeralda;

·         La apariencia del que estaba sentado era semejante:
o   Una piedra de Jasper (un diamante) y de cornalina (un rubí),

Nota: Cornalina; es de color rojo oscuro, rojo anaranjado o marrón rojizo (Ap. 21:20; Ezek. 28:13). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 210).

·         Alrededor el trono había un arco iris semejante en su apariencia de la esmeralda. Ezek. 1:28
Ezequiel 1.28 (NVI) El resplandor era semejante al del arco iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia. Tal era el aspecto de la gloria del SEÑOR. Ante esa visión, caí rostro en tierra y oí que una voz me hablaba.

Nota: Terry -  Arco iris redondo alrededor del trono" - Símbolo de la misericordia pactada (Gen. 9:12-17). Este arco iris tenía la apariencia de una esmeralda, es decir, una piedra preciosa de un color verde claro y, aparte de su sugestión simbólica, sirve en la imagen como una pantalla o velo para suavizar el intenso brillo que procede del trono. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 317).

Nota: Compárese la visión de Juan con la del profeta Ezequiel:
 ... se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. (Ezek. 1:26-28).

Nota: El arco iris es alrededor del trono de Dios, ¿filtrando la luz inaccesible de Dios?
 1 Tim. 6.16 (BTX) El Único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. A Él sea honor y dominio eterno, amén.

Nota: Juan nuca describe la apariencia de Dios.

Kistemaker dice: Los rabinos judíos de la época antigua rara vez describían el trono de Dios por temor de profanar el nombre divino. Se les prohibía hablar abiertamente de misterios celestiales, y quienes hablaban acerca del trono corrían el riesgo de profanar la divinidad. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 209).

Kistemaker dice: A Juan se le otorga el honor de subir a la sala del trono, que es la presencia misma de Dios, y de relatar lo que vio. Más que dar una descripción de Dios, lo cual está prohibido (Ex. 20:4), o del cielo como tal, Juan presenta un retrato simbólico del trono divino y de quienes están reunidos a su alrededor: cuatro seres vivientes, veinticuatro ancianos, muchos ángeles y todos los otros seres del universo entero. Ve al Cordero, siete lámparas y un mar de vidrio. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 209).

Nota: Chilton en su comentario dice: Así, pues, Juan está en el templo verdadero, el arquetipo celestial que formó el modelo que Moisés recibió para la construcción del tabernáculo (Ex. 25:40; Heb. 8:1-2, 5; Heb. 9:23-24). Ve el trono, que corresponde al propiciatorio; las siete lámparas, que corresponden al candelero de siete brazos; los cuatro seres vivientes, que corresponden a los querubines; el mar de vidrio, que corresponde al "mar" de bronce; y los veinticuatro ancianos, que corresponden a los veinticuatro divisiones de los sacerdotes  Chilton.-  Días de Retribución.

Ap. 4.4 (RVR95) Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Ap. 4.4 (DHH) también alrededor del trono vi otros veinticuatro tronos, en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos: iban vestidos de blanco y llevaban una corona de oro en la cabeza.

Nota: Los veinticuatro tronos, ancianos, y coronas.

Ap. 5.8 (BTX) Y cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno una cítara, y tazones de oro llenos de incienso, que son las oraciones de los santos.

Nota: Terry dice esto sobre los veinticuatro ancianos – “Los ancianos entronizados pueden considerarse como un símbolo del reino que está constituido por aquellos que son sacerdotes para Dios (Ap. 1:6). Pero como las puertas de la nueva Jerusalén llevan los nombres de las doce tribus de Israel, y los cimientos los nombres de los doce apóstoles (Ap. 21:12, 14), podemos creer que estos veinticuatro ancianos entronizados simbolizan la Iglesia glorificada del Antiguo y Nuevo Testamento representados por las doce tribus y los doce apóstoles.” Terry, M. S. (1898). Apocalípticos bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (pp. 317-318).

Nota: Chilton dice que estos ancianos son representantes de la iglesia en el cielo (o, como revela Juan progresivamente durante su profecía, la iglesia terrenal que adora en el cielo).

Primero, el nombre mismo de ancianos indicaría que estos seres representan a la iglesia, y que no son una clase de ángeles. En ninguna otra parte de la Biblia se da el nombre de anciano a nadie que no sea un hombre, y desde los tiempos más antiguos esta palabra ha representado a los que gobiernan y tienen representación dentro de la iglesia (véase Ex. 12:21; 17:5-6; Ex. 18:12; 24:9-11; Num. 11:16-17; 1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9; Heb. 13:17; Sant. 5:14-15). Así, pues, a simple vista los ancianos de Apocalipsis parecen representar al pueblo de Dios, el senado sentado en concilio alrededor de su obispo.

Segunda observación sobre estos ancianos: Se les ve sentados sobre tronos. Ya se nos ha dicho en esta profecía que los cristianos reinan con Cristo (Ap. 1:6), que llevan puestas coronas (Ap. 2:10; Ap. 3:11), que se les ha concedido autoridad real junto con él sobre las naciones (Ap. 2:26-27), que los apóstatas serán obligados a inclinarse delante de ellos (Ap. 3:9), y que están sentados con Cristo en su trono (Ap. 3:21). Ahora, en el capítulo 4, vemos a ancianos sentados sobre tronos; ¿no es esto una continuación de las enseñanzas que ya se han presentado?

Tercero, debemos considerar el simbolismo del número veinticuatro. En general, puesto que veinticuatro es un múltiplo de doce, hay nuevamente una razón evidente para suponer que este número tiene algo que ver con la iglesia. Doce es un número asociado bíblicamente con el pueblo de Dios: Israel estaba dividido en doce tribus; y hasta se habla de la administración de la iglesia del nuevo pacto en términos de "doce tribus", porque la iglesia es el Nuevo Israel (véase Mat. 19:28; Mar. 3:14-19; Hech. 1:15-26; comp. Sant. 1:1). Juan usa la palabra anciano doce veces en Apocalipsis (Ap. 4:4, 10; 5:5, 6, 7, 11, 14; Ap. 7:11, 13; Ap. 11:16; Ap. 14:3; Ap. 19:4). ….. 

…..   Pero el cuadro de los veinticuatro ancianos se basa en algo mucho más específico que la sola idea de múltiplos de doce. En el culto del Antiguo Testamento había veinticuatro divisiones de sacerdotes (1 Cron. 24) y veinticuatro divisiones de cantores en el Templo (1 Cron. 25). Así, pues, la imagen de veinticuatro dirigentes del culto no era una idea nueva para los que leían el Apocalipsis por primera vez: Había sido una característica del culto del pueblo de Dios por más de mil años. En realidad, Juan ha juntado dos imágenes que apoyan nuestra conclusión general: (1) Los ancianos se sientan en tronos - son reyes. (2) Los ancianos son veinticuatro en número - son sacerdotes. Lo que Juan ve es simplemente el presbiterio del cielo: la asamblea representativa del real sacerdocio, la Iglesia. Chilton. Días de Retribución.

Nota: Kistemaker dice que: Hay una diferencia clara entre ángeles y santos.

·         Primero, quienes reciben este privilegio no son los ángeles sino los santos (1 Cor. 6:2–3).

·         Segundo, aunque los ángeles se presentan en ropa blanca (véase Ap. 19:14; Mt. 28:2–3; Mr. 16:5; Jn. 20:12; Hch. 1:10), los santos van vestidos con ropa blanca lo cual significa la pureza que surge de estar purificados del pecado (Ap. 3:4; 7:9). 

·         Tercero, las coronas simbolizan autoridad para gobernar con Cristo (Ap. 3:21; 5:10; 20:4, 6; 22:5; 2 Ti. 2:12); se trata de un privilegio otorgado no a ángeles sino a los santos.

Nota: Kistmaker dice que: Dios creó a Adán del polvo de la tierra (Gen. 2:7), lo coronó de gloria y honor (Sal. 8:5), y lo nombró para dominar (Gen. 1:28). Pero Dios creó a los ángeles como espíritus para servir y atender a las necesidades de su pueblo (Heb. 1:7, 14). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 211).

Nota: La interpretación tradicional de los veinticuatro ancianos es que esta cifra es el total de doce por dos, a saber, los doce patriarcas del Antiguo Testamento y los doce apóstoles del Nuevo Testamento, los representantes de los redimidos por Cristo. Victorino de Pettau en Pannonia (la Hungría moderna), quien murió en el 304, fue el primero en sugerir este punto de vista en su comentario del Apocalipsis. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 211).

Ap. 4.5 (RVR95) Del trono salían relámpagos, truenos y voces. Delante del trono ardían siete lámparas de fuego, que son los siete espíritus de Dios.
Ap. 4.5 (DHH) Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios.

Nota: Chilton dice que: Juan describe la corte celestial en términos de los familiares efectos acústicos y visuales que acompañan la Nube de Gloria, como en Sinaí (Ex. 19:16-19): Del trono proceden destellos de relámpagos y voces y truenos. Nuevamente, como en Ap. 1:4-5, las imágenes muestran ser el original celestial de la estructura del Tabernáculo (Heb. 8:5; 9:23): Como el candelero con sus siete lámparas que arden en el Lugar Santo, hay siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, representando estas siete lámparas los siete espíritus de Dios, el Espíritu Santo en su séptuple plenitud de actividad. Aquí está nuevamente la combinación de los tres aspectos de la imagen de la Nube de Gloria: La Voz (Ap. 4:1), la Gloria radiante (Ap. 4:3), y el Espíritu (Ap. 4:5). Chilton.  Días de Retribución.

Nota: Terry dice que “los relámpagos, truenos y voces” son: Señales de los terrores y la omnipotencia del Altísimo en el cielo, así como de su presencia manifestada en la tierra (comp. Ap. 11:19; Ex. 19:16). La procesión de estos desde el trono sugiere que el trono de Dios es la fuente de toda revelación y poder. Las siete lámparas de fuego que arden ante el trono son otro símbolo de los siete Espíritus de Dios (Ap. 1:4), ese Espíritu universal de cuya presencia ningún hombre puede esconderse (Salmo 139:7). Son como tantos ojos llameantes que buscan en todo el mundo (Ap. 5:6; Zac. 4:10; Prov. 15:3), y llevan la obra de cada hombre a juicio ante Dios. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 318).

Ap. 4.6 (RVR95) También delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y junto al trono y alrededor del trono había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.
Ap. 4.6 (DHH) Delante del trono había también algo que parecía un mar, transparente como el cristal. En el centro, donde estaba el trono, y a su alrededor, había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.

Nota: ¿Un mar de vidrio?

·         Nota: Chilton dice que: Delante del trono, Juan ve, por decirlo así, un mar de vidrio como cristal. Este es otro punto en que esta visión se interseca con la que está registrada en Ezequiel 1. Pero el trono se ve desde dos perspectivas diferentes. Mientras Juan permanece de pie en la corte celestial misma, mirando hacia abajo, hacia el "mar" de vidrio (que corresponde, en relación al mobiliario del Tabernáculo, a la fuente, llamada también el "mar": Ex. 30:17-21; 1 Reyes 7:23-26, Ezequiel está de pie en la base de la Nube de Gloria, mirando hacia arriba a través de su cono, y el "mar" en la parte superior se ve como un firmamento azul por encima de él:

“Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, como un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes.... Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.... Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro.... (Eze. 1:4-5, 22, 26). Chilton. Días de Retribución.

Nota: TerryUn mar vidrioso”: no "un mar de vidrio", como se traduce en la versión común; ni ser identificado con el "mar vidrioso mezclado con fuego" en Ap. 15:2; ni lo mismo que “el río de la vida” en Ap. 22:1; pero simplemente el amplio espacio abierto ante el trono, el piso pulido, como se puede ver en cualquier gran cámara del trono. En la visión, esto parecía ser tan grande y tan pulido con el brillo de una piedra preciosa como el cristal, a la manera de un pavimento teselado, que el escritor no podía describirlo de manera más apropiada que comparándolo con un mar vidrioso como a cristal.  Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 318).

Nota: «Y en medio del trono y alrededor del trono había cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás». Las imágenes provienen de la profecía de Ezequiel, «en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes, cada uno de los cuales tiene cuatro caras y cuatro alas» (Ez. 1:5–6; compárese con Is. 6:2). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 215).

Nota: En medio del trono y alrededor del trono:
o   ¡Cuatro seres vivientes!
o   Llenos de ojos por delante y por detrás.

Ezequiel 1.5 (NVI) También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes,
Ezequiel 10.12 (NVI) Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.

Nota: Kistemaker dice: Los cuatro seres vivientes no son partes inmóviles del trono; antes bien, sirven como mensajeros de Dios. De hecho, Ezequiel los llama querubines (Ez. 10:20–21), que eran los seres celestiales de más rango asignados a proteger y custodiar, por ejemplo, el árbol de vida (Gen. 3:24)  y el arca del pacto (Éx. 25:20). Están llenos de vida, son vigilantes e inteligentes. Están recubiertos de ojos delante y detrás (Ez. 1:18), de modo que nada elude su atención. Con los ancianos, cantan alabanzas y dicen «Amén» (Ap. 5:6, 8, 11, 14). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (pp. 215–216

Ap. 4.7 (RVR95) El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
Ap. 4.7 (DHH) El primero de aquellos seres parecía un león, el segundo parecía un toro, el tercero tenía aspecto humano, y el cuarto parecía un águila volando.

Nota: Semejante a un león, un becerro, un humano, y un águila.

Ezequiel 1.10 (NVI) Sus rostros tenían el siguiente aspecto: de frente, los cuatro tenían rostro humano; a la derecha tenían cara de león; a la izquierda, de toro; y por detrás, de águila.
Ezequiel 10.14 (NVI) Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, de león; y la cuarta, de águila.

Nota: Kistemaker dice «Y el primer ser viviente era como un león, el segundo ser viviente como un buey, el tercer ser viviente tenía un rostro como de hombre, y el cuarto ser viviente era como un águila voladora». Ezequiel describe los cuatro seres vivientes como con cuatro caras cada uno: de un hombre, de un león, de un buey y de un águila (Eze. 1:10). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 216).

Ap. 4.8 (RVR95) Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar, decían: «¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir!».
Ap. 4.8 (DHH) Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas, y estaba cubierto de ojos por fuera y por dentro. Y ni de día ni de noche dejaban de decir: “¡Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era y es y ha de venir!”

Nota: Los cuatro seres vivientes tiene seis alas. Igual de la visión de Ezequiel.
Ezequiel 1.5–6 (NVI) También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes, cada uno de los cuales tenía cuatro caras y cuatro alas.
Ezequiel 10.12 (NVI) Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.

Nota: Kistemaker  Decían: ‘Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso, el que era, y el que es y el que vendrá’». Nótese que este cántico menciona la santidad, poder exclusivo y eternidad de Dios pero no dice nada de la redención de los seres humanos. El capítulo 4 describe el trono y la santidad de Dios, en tanto que el capítulo 5 describe al Cordero y la redención de su pueblo. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 217).

Nota: Los serafines cantado alabanzas al Señor.
Isaías 6.1–3 (NVI) El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. .2 Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. .3 Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria

Ap. 4.9-10 (RVR95) Cada vez que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
Ap. 4.9-10 (DHH) Cada vez que esos seres vivientes dan gloria y honor y gracias al que está sentado en el trono, al que vive por todos los siglos, los veinticuatro ancianos se arrodillan ante él y lo adoran y, arrojando sus coronas delante del trono, dicen:

Nota: Los seres vivientes dan gloria y honra y gracias al que esta sentado en el trono.

Nota: Los veinticuatro ancianos:
1.      Se postra delante del que esta sentado en el trono.
2.      Adoran al que vive por los siglos de los siglos.
3.      Echan sus coranas delante del trono.

Nota: Kistemaker dice - También los veinticuatro ancianos que representan a la humanidad redimida adoran a Dios postrándose delante de su trono. Se postran al estilo oriental para rendir pleitesía al único Todopoderoso. Ningún ángel podría recibir reverencia; de hecho, un ángel reprocha a Juan por haber caído a sus pies y le ordena que adore a Dios (Ap. 19:10; 22:8–9). Es notable cuántas veces en Apocalipsis se menciona a los veinticuatro postrándose delante del que está sentado en el trono para adorarlo (Ap. 5:8, 14; 7:11; 11:16; 19:4). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (pp. 218–219).

Nota: KistemakerLos veinticuatro ancianos echan sus coronas delante del trono de Dios y le brindan las mayores pleitesías en el cielo y en la tierra. Habían recibido estas coronas de Dios por ser vencedores, pero con profundo respecto se las devuelven a Dios para tributarle todo el honor y la gloria. Le brindan pleitesía, porque sólo él vive y reina por siempre jamás.” Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 219).

Nota: Chilton dice: Pero la alabanza celestial no termina con el canto de los seres vivientes; porque cuando ellos dan gloria y honra y gracias a Dios, los veinticuatro ancianos mismos se les unen con alabanzas antifonales (o en respuesta).
o   Caen delante de Él ... le adoran ... y echan sus coronas delante del Trono, reconociendo que la autoridad y el dominio de ellos se derivan de Él.

o   Continúan alabándole por sus obras en la creación y en la historia: Digno eres tú, nuestro Señor y Dios, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.  Chilton. Días de Retribución.

Daniel 4.34 (NVI) Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre.

Ap. 4.11 (RVR95) «Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas».
Ap. 4.11 (DHH) “Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas; por tu voluntad existen y han sido creadas.”

·         Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder:.

·         Nota: «Digno eres, nuestro Señor y Dios, de recibir gloria y honor y poder». Kistemaker dice. Tres cánticos sucesivos en Apocalipsis utilizan el adjetivo digno como palabra inicial, y debido a esta posición tiene carácter enfático (Ap. 4:11; 5:9, 12). Nadie en todo el universo es digno de gloria, honor y poder sino Dios y el Cordero. Dios es digno debido a la creación, y el Cordero es digno debido a su muerte expiatoria. De ahí que sólo el Cordero es digno de ejecutar el plan de Dios para la salvación y de desempeñar el papel de rey en su reino. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 219).

·         Porque:
o   tú creaste todas las cosas 

o   Nota: El creador ha hecho todas las cosas desde la partícula más diminuta hasta la mayor de las estrellas. Así pues, la obra de la creación es la razón de que los ancianos expresen su alabanza al Señor Dios.  Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 220).

o   Por tu voluntad existen y fueron creadas».

o   Nota: Kistemaker dice que: La obra de la creación depende totalmente de la voluntad de Dios; sin su voluntad nada sucede. En otras palabras, este mundo no llegó a existir mediante una evolución propia, sino que Dios ejerció su voluntad (Heb. 11:3). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 220).

Apocalipsis 5.12 (NVI) Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza

Génesis 1.1 (NVI) Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra.

Hechos 14.15 (NVI) Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas nuevas que les anunciamos es que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.

Nota: Chilton dice: El servicio de culto celestial aquí nos muestra lo que Dios quiere en el culto terrenal.
Primero, el culto debe ser corporativo. El culto bíblico no es individualista, quietista, o sólo interno. Esto no quiere decir que no hay lugar para el culto privado; pero sí significa que el énfasis bíblico en el culto corporativo está muy lejos del "culto" degenerado de muchos evangélicos, que ven el culto individual como prioritario por encima del culto corporativo, y que hasta conciben a éste último simplemente como la suma de los adoradores individuales. 35 Otro aspecto olvidado de la necesidad del culto corporativo es el hecho de que los así llamados "servicios de culto" en las iglesias modernas son en realidad o salas de conferencias o funciones circenses de tres arenas. En ambos casos hay actores principales, y hay espectadores - pero la Iglesia, como tal, no está adorando corporativamente. Por contraste, el modelo de culto bíblico es el servicio de culto corporativo, con plena participación conjunta de los miembros unidos de la congregación, demostrando una armonía de unidad y diversidad.

Segundo, el culto debe ser respondiente. Veremos más de esto al proceder a través del libro de Apocalipsis - que trata del culto tanto como de cualquiier otra cosa - pero esto ya ha ocurrido con el pasaje que acabamos de estudiar. A los ancianos y a los cuatro seres vivientes se los ve cantando responsos musicales hacia a atrás y hacia adelante, participando en un diálogo. Y en el culto de la iglesia en la tierra, eso es lo que hacemos (o deberíamos hacer) también. Respondemos litúrgicamente a la lectura de la Biblia, a las oraciones, al canto de los salmos y los himnos, a la enseñanza, y a los sacramentos. Porque esto es lo que vemos en el culto celestial, y nuestro culto debería estructurarse, hasta donde sea posible, a imitación del modelo celestial, de acuerdo con la oración que Jesús nos enseñó: "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mat. 6:10).

Tercero, el culto debe ser ordenado. Los ancianos y los seres vivientes no se interrumpen entre sí ni intentan presumir los unos sobre los otros. Aunque el culto debe ser corporativo, e involucrar a la iglesia entera, no debe ser caótico. Un modelo básico de culto se presenta en 1 Cor. 14:40: "Hágase todo decentemente y con orden". Los carismáticos tienden a tener ciertos instintos correctos - que el culto debe incluir a la congregación entera - pero en la práctica su culto tiende a la confusión y al desorden, pues todos "adoran" individualmente a la vez. La solución, reconocida tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, y por la iglesia a través de la historia, es proporcionar una liturgia común, con oraciones y responsos formales, de manera que los congregados puedan adorar juntos inteligentemente de un modo que es a la vez corporativo y ordenado.

Resume: El culto público bíblico es muy diferente del culto privado o familiar: es radicalmente diferente de un mero grupo de estudio bíblico, por importante que éste pueda ser. El culto dominical de la iglesia es cualitativamente único: Es el pueblo de Dios que viene a palacio para una ceremonia formal delante del Trono, una audiencia oficial con el Rey. Venimos a confesar nuestra fe y nuestra lealtad, a hacer votos solemnes, a recibir perdón, a ofrecer oraciones, a ser instruídos por los oficiales de Dios, a comer a su mesa, y a dar gracias por todos sus beneficios; y hemos de responder a todo esto con música y cantos. Todo esto es corporativo, y necesariamente significa liturgia. Esto puede significar ciertos cambios complejos y prolijos en nuestros hábitos y patrones de culto. Pero Dios no debería tener nada menos que lo mejor. Él es el Rey, y adorarle significa servirle. Chilton. Días de Retribución.

Resume: Estudio – Ap. 4:1-11 El Trono de Dios – Visión #2a.  

2.      Un Arco
3.      Los tronos - Ancianos
4.      Las Coronas de oro.
5.      Los cuatro serias vivientes.
6.      El mar de vidrio.
7.      Los veinte cuatro ancianos.

Fin de Estudio: Ap. 4:1-11- El Trono de DiosVisión #2a.

No hay comentarios:

Publicar un comentario