Información básica:
·
Ap. 4 y 5: Dos capítulos relativamente cortos revelan el centro de la autoridad
divina, a saber, el trono de Dios y el poder de su Hijo, quien es Rey de reyes
y Señor de señores. Esos capítulos enseñan a los santos en la tierra que, a
pesar de todos los ataques del mal por parte de Satanás y sus secuaces, el gobierno de Dios es supremo; Dios nos garantiza
que está haciendo realidad su plan; nos da la promesa de que gobierna toda su
creación por medio del Cordero. Dios gobierna desde su trono. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo
Testamento: Apocalipsis (p. 206).
Visión # 2 – El Trono de Dios.
Ap.
4.1 (RVR95) Después de esto
miré, y vi que había una puerta abierta en el cielo. La primera voz que
oí era como de una trompeta que, hablando conmigo, dijo: «¡Sube acá y yo te mostraré las cosas que sucederán después de
estas!».
Ap.
4.1 (DHH) Después de esto,
miré y vi una puerta abierta en el cielo; y la voz que yo había escuchado
primero, y que parecía un toque de trompeta, me dijo: “Sube acá y te mostraré las cosas que tienen que suceder
después de estas.”
Ap. 4:1 (Kistemaker) Después de estas cosas que
vi, y mira, se abrió una puerta en el
cielo, y la primera voz que había oído como una trompeta que me hablaba dijo: «Sube acá, y te mostraré lo que debe suceder después de estas
cosas». Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo
Testamento: Apocalipsis. [Traducción del Autor, Kistemaker]
Nota: ¿Después de esto?
Después la visión de cristo (Ap.
1:13), y su mensaje a las siete iglesias (Ap. 2-3).
·
Juan vio una puerta abierta en
el cielo.
·
Juan escucho la voz (como una
trompeta) que había escuchado antes.
·
Juan quedo mandado a subir acá
(hasta la puerta del cielo).
·
Juan quedo informado el propósito
de la visión, a mostrar las cosas que tiene que suceder.
·
¿después de estas?
Nota: ¡y mira, se abrió una puerta en el cielo!
Nota: Terry: "Puerta abierta en el cielo":
el cielo es el lugar del trono de Dios y la fuente de todas las revelaciones
verdaderas. Por lo tanto, para ver y conocer los misterios de Dios, se debe
abrir la puerta de su templo celestial. Comp. Gen. 28:17; Ezek 1:1; Mat. 3:16; Hechos 7:56; 10:11; 2 Cor.
12:1–4. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio
de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras
canónicas (p. 316).
Kistemaker - Juan tiene una visión diferente; se le brinda la oportunidad única
de mirar al cielo y de describir lo que oyó y vio. Dicho sea de paso, Pablo también fue arrebatado al tercer cielo en una visión,
pero dice que «escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite
expresar» (2 Cor. 12:4).
Juan observa y luego, sorprendido, dice, «¡Mira!»
como si el lector pudiera ver lo que a él se le permite ver. Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 207).
Nota: Sube
acá y te mostrare las cosas que sucederán después de estos.
·
Antes de seguir, tenemos que dice algo: ¡Este versículo NO habla del “rapto” ni el arrebatamiento!
Nota: La teoría del “rapto secreto” (desaprobado por muchos y sin fundación
bíblica), hizo famoso primero por La Biblia de Referencia- Scofield
(1917) que dice: Esta llamada parece indicar claramente el cumplimiento de 1 Tes. 4:14-17. La palabra
"iglesia" no aparece nuevamente
en el Apocalipsis hasta que todo se cumpla. Scofield, C. I. (1917). La
Biblia de referencia Scofield: (p. 1334).
Nota: MacArthur dice que: Sube acá. Esta no es una referencia velada al arrebatamiento de la
iglesia, sino un mandato para que Juan fuera
transportado al cielo “en el Espíritu”, de forma temporal y
sobrenatural con el fin de recibir revelación específica acerca de sucesos
futuros. MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Ap.
4:1).
Nota: Chilton dice sobre Ap.
4:1: Este versículo lo usan los defensores del dispensacionalismo para
apoyar su "Teoría del Rapto",
la idea de que la iglesia será arrebatada de este mundo antes de una venidera
tribulación. ….. La "Teoría
del Rapto" está basada en parte en una errónea interpretación
de la doctrina cristiana de la ascensión de la iglesia. La ascensión definitiva tuvo lugar
posicionalmente con Jesucristo, con quien estamos sentados en los lugares
celestiales (Ef. 1:20; 2:6);
la ascensión progresiva tiene
lugar litúrgicamente con Cristo Jesús cada semana, en la celebración de la
Eucaristía (Heb. 12:22-24);
y la ascensión final tiene lugar
escatológicamente con Cristo a) espiritualmente,
a la muerte (Ap. 20:4),
y b) en el cuerpo, al final de la historia (1 Cor. 15:50-55, 1 Tes. 4:17).
Chilton. Días de Retribución.
Kistemaker nota que: Juan no fue el primer mortal
al que se le permitió ver el cielo. En un sueño, Jacob vio una
escalera que llegaba hasta el cielo desde donde Dios se le dirigió. Jacob exclamó: «¡Qué
asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del
cielo!» (Gen.
28:17). También a Isaías (Is. 6:1), Ezequiel (Ez. 1:26) y Daniel (Dan. 7:9) se les permitió ver el trono celestial de Dios. Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 207).
Terry nota: Sube acá - Asciende a este reino de visión celestial y revelación.
Juan fue atrapado en espíritu como Ezequiel para contemplar "visiones de Dios". Comp. Ezek. 3:12; Ez. 8:3; Ez. 11:1.
Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las
revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas
(p. 316).
Ap. 4.2 (DHH)
En ese momento quedé bajo el poder del Espíritu,
y vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba
sentado en el trono.
·
Estando
yo en el Espíritu:
Nota: En el espíritu. El Espíritu le proporciona a Juan visiones especiales y lo
transporta a puntos estratégicos para verlos (Ap. 4:2; 17:3; 21:10). Sproul, R. C.
(2005). La Biblia de estudio de la Reforma: (p. 1849).
Nota: Terry Estaba en espíritu: en el elemento del éxtasis visual, en el que se obtiene la
revelación de los misterios celestiales. Comp.
Ap. 4:2; 17:3; 21:10. Implicaba las condiciones de éxtasis (ἔκστασις)
que cayeron sobre Pedro (Hechos 10:10), y en
las cuales Pablo tuvo “visiones y revelaciones del Señor” (2 Cor. 12:1). Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en
las Escrituras canónicas (p. 283).
Nota: Chilton dice que: Para recibir la revelación, Juan es arrebatado al cielo,
donde ve un trono y a uno sentado: Juan va a contemplar los sucesos venideros
desde el verdadero lugar de ventaja, el carruaje-trono de Dios en la nube de
gloria. Dios es el determinador de todas las cosas,
y una correcta comprensión del mundo debe comenzar por una correcta comprensión
de la centralidad del trono de Dios. "En la infinita
sabiduría del Señor de toda la tierra, cada suceso cae con absoluta precisión
en su correcto lugar en el devenir de su plan eterno; nada, por pequeño o
extraño que sea, ocurre sin su ordenamiento, o sin que ocupe su lugar, de
manera peculiar, en el desarrollo de su propósito; y el fin de todo será la
manifestación de su gloria, y la acumulación de su alabanza". Benjamin B.
Warfield, Predestination", en Biblical
and Theological Studies (Nutley, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing
Co., 1968), p. 285. Chilton. Días de Retribución.
Nota: Chilton también dice: “Y el que estaba sentado
era semejante a piedra de jaspe y de cornalina: Se ve a Dios como en
una llamarada de luz inaccesible (comp. 1 Tim. 6:16), pues Juan ha sido
arrebatado al Lugar Santísimo celestial, el
santuario interior del templo cósmico en la nube de gloria. Esto
queda subrayado por el hecho de que Juan ve un arco iris alrededor del trono,
de un aspecto como de esmeralda. Vale la pena notar que estas tres piedras,
jaspe (quizás ópalo o diamante), cornalina (una piedra rojiza), y esmeralda,
representaban tres de las doce tribus de Israel en el pectoral del sumo
sacerdote (Ex. 28:17-19,
Septuaginta). Chilton. Días de Retribución.
Nota: Juan está en el templo verdadero, el arquetipo
celestial que formó el modelo que Moisés recibió para la construcción del
tabernáculo (Ex. 25:40; Heb. 8:1-2, 5; Heb. 9:23-24). Ve el trono,
que corresponde al propiciatorio; las siete lámparas, que
corresponden al candelero de siete brazos; los cuatro seres vivientes,
que corresponden a los querubines; el mar de vidrio, que
corresponde al "mar" de bronce; y los veinticuatro ancianos, que corresponden a las
veinticuatro divisiones de los sacerdotes. Chilton. Días de Retribución.
·
Vi un
trono establecido en el cielo, en el trono, uno sentado.
Nota: ¡Dios, el SEÑOR está
sentado sobre su trono en el cielo!
·
El trono del SEÑOR es en el cielo. Ps. 11:4;
103:19; Is. 66:1; Mat. 23:22; 1 Reyes 22:19
Ps. 11.4 (NVI)
El SEÑOR está en su santo templo, en los cielos tiene el SEÑOR su trono, y atentamente
observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.
Ps. 103.19 (NVI) El SEÑOR ha establecido su trono en
el cielo; su reinado domina sobre todos.
Is. 66.1 (NVI)
Así dice el SEÑOR: «El cielo es mi trono, y la
tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Qué
morada me pueden ofrecer?
Mat. 23.22 (NVI) Y el que jura por el cielo, jura
por el trono de Dios y por aquel que lo ocupa.
1º Reyes 22.19 (NVI) Micaías prosiguió: —Por lo tanto, oiga usted la palabra del
SEÑOR: Vi al SEÑOR sentado en su trono con todo el
ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda.
Nota: Kistemaker dice que: El propósito de esta
descripción [De Dios y su trono] es demostrar que Dios es el soberano supremo
de este universo. Lo gobierna todo, de modo que nada, bueno o malo,
elude su voluntad. Les garantiza que él y no Satanás es quien tiene el
control., Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis
(p. 209).
Ap.
4.3 (RVR95) La apariencia del que estaba sentado era
semejante a una piedra de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono
había un arco iris semejante en su apariencia a la
esmeralda.
Ap.
4.3 (DHH) El que estaba sentado en el trono tenía el
aspecto de un diamante o de un rubí, y alrededor del trono había un arco iris que brillaba como una esmeralda;
·
La apariencia
del que estaba sentado era semejante:
o
Una piedra de Jasper (un
diamante) y de cornalina (un rubí),
Nota: Cornalina; es de color
rojo oscuro, rojo anaranjado o marrón rojizo (Ap. 21:20; Ezek. 28:13). Kistemaker, S.
J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 210).
·
Alrededor el trono había un arco iris semejante en su apariencia de la esmeralda. Ezek. 1:28
Ezequiel 1.28 (NVI) El resplandor era semejante al del arco
iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia. Tal era el
aspecto de la gloria del SEÑOR. Ante esa visión, caí
rostro en tierra y oí que una voz me hablaba.
Nota: Terry - “Arco
iris redondo alrededor del trono" - Símbolo de la misericordia
pactada (Gen. 9:12-17).
Este arco iris tenía la apariencia de una esmeralda, es decir, una piedra preciosa de un color verde claro y,
aparte de su sugestión simbólica, sirve en la imagen
como una pantalla o velo para suavizar el intenso brillo que procede del trono.
Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las
revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas
(p. 317).
Nota: Compárese la visión de Juan
con la del profeta Ezequiel:
... se veía la figura de un trono que parecía
de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono
había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi
apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella
en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para
abajo, vi que parecía fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que
llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la
visión de la semejanza de la gloria de Jehová. (Ezek. 1:26-28).
Nota: El arco iris es alrededor
del trono de Dios, ¿filtrando la luz inaccesible de Dios?
1 Tim. 6.16 (BTX) El
Único que tiene inmortalidad, que habita en luz
inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. A Él sea
honor y dominio eterno, amén.
Nota: Juan nuca describe la apariencia de Dios.
Kistemaker dice: Los rabinos judíos de la época antigua
rara vez describían el trono de Dios por temor de profanar el nombre divino.
Se les prohibía hablar abiertamente de misterios celestiales, y quienes
hablaban acerca del trono corrían el riesgo de profanar la divinidad. Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 209).
Kistemaker dice: A Juan se le otorga el honor de
subir a la sala del trono, que es la presencia misma de Dios, y de relatar lo
que vio. Más que dar una descripción de Dios, lo cual está prohibido
(Ex. 20:4), o del
cielo como tal, Juan
presenta un retrato simbólico del trono divino y de quienes están reunidos a su
alrededor: cuatro seres vivientes, veinticuatro ancianos, muchos
ángeles y todos los otros seres del universo entero. Ve al Cordero, siete
lámparas y un mar de vidrio. Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al
Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 209).
Nota: Chilton en su comentario dice: Así, pues, Juan está en el templo verdadero, el arquetipo
celestial que formó el modelo que Moisés recibió para la construcción
del tabernáculo (Ex. 25:40;
Heb. 8:1-2, 5; Heb. 9:23-24). Ve el trono, que
corresponde al propiciatorio; las siete lámparas, que corresponden al candelero de siete brazos; los
cuatro seres vivientes, que corresponden a los
querubines; el mar de vidrio, que
corresponde al "mar" de bronce; y los veinticuatro
ancianos, que corresponden a los veinticuatro
divisiones de los sacerdotes Chilton.- Días
de Retribución.
Ap.
4.4 (RVR95) Alrededor del trono había
veinticuatro tronos, y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro
en sus cabezas.
Ap.
4.4 (DHH) también alrededor del trono vi
otros veinticuatro tronos, en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos:
iban vestidos de blanco y llevaban una corona de oro en la cabeza.
Nota: Los veinticuatro tronos, ancianos, y coronas.
Ap. 5.8 (BTX)
Y cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y
los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero,
teniendo cada uno una cítara, y tazones de oro llenos de incienso, que son las
oraciones de los santos.
Nota: Terry dice esto sobre los veinticuatro ancianos – “Los
ancianos entronizados pueden considerarse como un símbolo del reino que está constituido
por aquellos que son sacerdotes para Dios (Ap. 1:6). Pero como las
puertas de la nueva Jerusalén llevan los nombres de las doce tribus de Israel,
y los cimientos los nombres de los doce apóstoles (Ap.
21:12, 14), podemos creer que estos veinticuatro ancianos entronizados simbolizan la Iglesia glorificada del Antiguo y Nuevo
Testamento representados por las doce tribus y los doce apóstoles.”
Terry, M. S. (1898). Apocalípticos bíblicos: un estudio de las
revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (pp.
317-318).
Nota: Chilton dice que
estos ancianos son representantes de la iglesia en el cielo (o, como revela
Juan progresivamente durante su profecía, la iglesia
terrenal que adora en el cielo).
Primero, el nombre mismo de ancianos indicaría que
estos seres representan a la iglesia, y que no son una clase de ángeles. En ninguna otra parte de la Biblia se da el nombre de anciano a
nadie que no sea un hombre, y desde los tiempos más antiguos esta palabra ha
representado a los que gobiernan y tienen representación dentro de la iglesia
(véase Ex. 12:21; 17:5-6; Ex.
18:12; 24:9-11; Num. 11:16-17; 1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9; Heb. 13:17; Sant.
5:14-15). Así, pues, a simple vista los ancianos de Apocalipsis parecen
representar al pueblo de Dios, el senado sentado en concilio alrededor de su
obispo.
Segunda observación sobre estos
ancianos: Se les ve sentados sobre tronos.
Ya se nos ha dicho en esta profecía que los cristianos reinan con Cristo (Ap. 1:6), que llevan
puestas coronas (Ap. 2:10; Ap.
3:11), que se les ha concedido autoridad real junto con él sobre las
naciones (Ap. 2:26-27),
que los apóstatas serán obligados a inclinarse delante de ellos (Ap. 3:9), y que están
sentados con Cristo en su trono (Ap. 3:21). Ahora, en el capítulo 4, vemos a ancianos sentados
sobre tronos; ¿no es esto una continuación de las enseñanzas que ya se han
presentado?
Tercero, debemos considerar el
simbolismo del número veinticuatro. En general,
puesto que veinticuatro es un múltiplo de doce, hay nuevamente una razón
evidente para suponer que este número tiene algo que ver con la iglesia.
Doce es un número asociado bíblicamente con el pueblo de Dios: Israel estaba
dividido en doce tribus; y hasta se habla de la administración de la iglesia
del nuevo pacto en términos de "doce tribus",
porque la iglesia es el Nuevo Israel (véase Mat. 19:28; Mar. 3:14-19; Hech. 1:15-26; comp. Sant. 1:1). Juan usa la
palabra anciano doce veces en Apocalipsis (Ap. 4:4, 10; 5:5, 6, 7, 11, 14; Ap. 7:11, 13; Ap. 11:16;
Ap. 14:3; Ap. 19:4). …..
….. Pero el cuadro de los veinticuatro ancianos se basa en algo mucho
más específico que la sola idea de múltiplos de doce. En el culto del Antiguo Testamento había veinticuatro
divisiones de sacerdotes (1 Cron. 24) y veinticuatro
divisiones de cantores en el Templo (1 Cron. 25). Así, pues, la imagen de
veinticuatro dirigentes del culto no era una idea nueva para los que leían el
Apocalipsis por primera vez: Había sido una característica del culto del pueblo
de Dios por más de mil años. En realidad, Juan ha juntado
dos imágenes que apoyan nuestra conclusión general: (1) Los ancianos se
sientan en tronos - son reyes. (2) Los ancianos
son veinticuatro en número - son sacerdotes. Lo que Juan ve es simplemente
el presbiterio del cielo: la asamblea representativa del real sacerdocio, la
Iglesia. Chilton. Días de Retribución.
Nota: Kistemaker dice que: Hay una diferencia
clara entre ángeles y santos.
·
Primero, quienes reciben este privilegio no son los ángeles sino los santos
(1 Cor. 6:2–3).
·
Segundo, aunque los ángeles se presentan en ropa blanca (véase Ap. 19:14; Mt. 28:2–3; Mr. 16:5;
Jn. 20:12; Hch. 1:10), los santos van
vestidos con ropa blanca lo cual significa la pureza que surge de estar
purificados del pecado (Ap. 3:4; 7:9).
·
Tercero, las coronas simbolizan autoridad para
gobernar con Cristo (Ap. 3:21; 5:10; 20:4, 6; 22:5; 2
Ti. 2:12); se trata de un privilegio otorgado no a ángeles sino a los
santos.
Nota: Kistmaker dice que: Dios creó a Adán del polvo de la tierra (Gen. 2:7), lo coronó de gloria y honor (Sal. 8:5),
y lo nombró para dominar (Gen.
1:28). Pero Dios creó a los ángeles como
espíritus para servir y atender a las necesidades de su pueblo (Heb. 1:7, 14). Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 211).
Nota: La interpretación
tradicional de los veinticuatro ancianos es que
esta cifra es el total de doce por dos, a saber, los doce patriarcas del
Antiguo Testamento y los doce apóstoles del Nuevo Testamento, los
representantes de los redimidos por Cristo. Victorino de Pettau
en Pannonia (la Hungría moderna), quien murió en el 304, fue el primero en
sugerir este punto de vista en su comentario del Apocalipsis. Kistemaker, S.
J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 211).
Ap. 4.5 (RVR95) Del trono
salían relámpagos, truenos y voces. Delante
del trono ardían siete lámparas de fuego, que son los siete espíritus de Dios.
Ap. 4.5 (DHH)
Del trono salían relámpagos, voces y
truenos; y delante
del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios.
Nota: Chilton dice que: Juan describe la corte celestial en términos de los
familiares efectos acústicos y visuales que acompañan la Nube de Gloria,
como en Sinaí (Ex. 19:16-19):
Del trono proceden destellos de relámpagos y voces y
truenos. Nuevamente, como en Ap. 1:4-5, las imágenes muestran ser el original celestial de
la estructura del Tabernáculo (Heb.
8:5; 9:23): Como el candelero con sus siete lámparas que arden en el
Lugar Santo, hay siete
lámparas de fuego ardiendo delante del trono, representando estas siete lámparas los siete espíritus de
Dios, el Espíritu Santo en su séptuple plenitud de actividad. Aquí
está nuevamente la combinación de los tres aspectos de la imagen de la Nube de Gloria: La Voz (Ap. 4:1), la Gloria
radiante (Ap. 4:3), y
el Espíritu (Ap. 4:5).
Chilton. Días de Retribución.
Nota: Terry dice que “los relámpagos,
truenos y voces” son: Señales de los terrores y la omnipotencia del
Altísimo en el cielo, así como de su presencia manifestada en la tierra (comp. Ap. 11:19; Ex. 19:16). La procesión de estos desde el trono sugiere que el trono de
Dios es la fuente de toda revelación y poder. Las siete lámparas de
fuego que arden ante el trono son otro símbolo de
los siete Espíritus de Dios (Ap. 1:4), ese Espíritu universal de cuya presencia ningún
hombre puede esconderse (Salmo
139:7). Son como tantos ojos llameantes que buscan en todo el mundo (Ap. 5:6; Zac. 4:10; Prov. 15:3),
y llevan la obra de cada hombre a juicio ante Dios. Terry, M. S. (1898).
Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y
de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 318).
Ap.
4.6 (RVR95) También delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y junto al
trono y alrededor del trono había cuatro seres
vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.
Ap.
4.6 (DHH) Delante del trono había también algo que parecía un mar, transparente como el cristal.
En el centro, donde estaba el trono, y a su alrededor, había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.
Nota: ¿Un mar de vidrio?
·
Nota: Chilton dice que: Delante del trono, Juan ve, por decirlo así, un mar de vidrio como cristal. Este es otro punto
en que esta visión se interseca con la que está registrada en Ezequiel 1. Pero el
trono se ve desde dos perspectivas diferentes. Mientras Juan permanece
de pie en la corte celestial misma, mirando hacia abajo, hacia el "mar" de vidrio (que corresponde, en relación al mobiliario del
Tabernáculo, a la fuente, llamada también el
"mar": Ex.
30:17-21; 1 Reyes 7:23-26, Ezequiel está de pie en la base de la Nube de
Gloria, mirando hacia arriba a través de su cono, y el
"mar" en la parte superior se ve como un
firmamento azul por encima de él:
“Y miré, y he
aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, como un fuego
envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que
parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres
vivientes.... Y sobre las cabezas de los seres
vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido
encima sobre sus cabezas.... Y sobre la expansión que había sobre
sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro.... (Eze. 1:4-5,
22, 26). Chilton. Días de Retribución.
Nota: Terry “Un mar vidrioso”: no "un mar de
vidrio", como se traduce en la versión común; ni ser
identificado con el "mar vidrioso mezclado con fuego"
en Ap. 15:2; ni
lo mismo que “el río de la vida” en Ap. 22:1; pero simplemente el amplio espacio abierto ante el trono, el piso pulido, como
se puede ver en cualquier gran cámara del trono. En la visión, esto
parecía ser tan grande y tan pulido con el brillo de una piedra preciosa como
el cristal, a la manera de un pavimento teselado, que el escritor no podía
describirlo de manera más apropiada que comparándolo con un mar vidrioso como a
cristal. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en
las Escrituras canónicas (p. 318).
Nota: «Y en medio del trono y alrededor del trono había cuatro seres
vivientes llenos de ojos delante y detrás». Las imágenes provienen
de la profecía de Ezequiel, «en medio del fuego vi
algo parecido a cuatro seres vivientes, cada uno de los cuales tiene cuatro
caras y cuatro alas» (Ez. 1:5–6; compárese con Is. 6:2). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al
Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 215).
Nota: En medio del trono y alrededor del
trono:
o
¡Cuatro seres vivientes!
o
Llenos de ojos por delante y
por detrás.
Ezequiel 1.5 (NVI) También en medio del fuego vi algo
parecido a cuatro seres vivientes,
Ezequiel 10.12 (NVI) Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las
cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.
Nota: Kistemaker dice: Los cuatro seres vivientes no son partes
inmóviles del trono; antes bien, sirven como mensajeros de Dios. De hecho, Ezequiel los llama querubines (Ez.
10:20–21), que eran los seres celestiales de más rango asignados a proteger y
custodiar, por ejemplo, el árbol de vida (Gen. 3:24) y el arca del pacto (Éx. 25:20).
Están llenos de vida, son vigilantes e inteligentes. Están recubiertos de ojos
delante y detrás (Ez. 1:18),
de modo que nada elude su atención. Con los ancianos, cantan alabanzas y dicen
«Amén» (Ap. 5:6, 8, 11, 14).
Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis
(pp. 215–216
Ap.
4.7 (RVR95) El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
Ap.
4.7 (DHH) El primero de aquellos seres parecía un león, el segundo parecía un toro, el tercero tenía aspecto humano, y el cuarto parecía un águila volando.
Nota: Semejante a un león, un becerro, un humano, y un águila.
Ezequiel 1.10 (NVI) Sus rostros tenían el siguiente aspecto: de frente, los cuatro tenían rostro humano; a la derecha tenían cara de
león; a la izquierda, de toro; y por detrás, de águila.
Ezequiel 10.14 (NVI) Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera,
de león; y la cuarta, de águila.
Nota: Kistemaker dice «Y el primer ser viviente era como un león, el segundo ser
viviente como un buey, el tercer ser viviente tenía un rostro como de hombre, y
el cuarto ser viviente era como un águila voladora». Ezequiel describe los
cuatro seres vivientes como con cuatro caras cada uno: de un hombre, de un
león, de un buey y de un águila (Eze. 1:10). Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al
Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 216).
Ap.
4.8 (RVR95) Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas,
y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar,
decían: «¡Santo,
santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el
que era, el que es y el que ha de venir!».
Ap.
4.8 (DHH) Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas,
y estaba cubierto de ojos por fuera y por dentro. Y ni de día ni de noche
dejaban de decir: “¡Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso,
el que era y es y ha de venir!”
Nota: Los cuatro seres vivientes
tiene seis alas. Igual de la visión
de Ezequiel.
Ezequiel 1.5–6 (NVI) También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres
vivientes, cada uno de los cuales tenía cuatro caras
y cuatro alas.
Ezequiel 10.12 (NVI) Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los
querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban
llenos de ojos.
Nota: Kistemaker Decían: ‘Santo, santo, santo,
Señor Dios Todopoderoso, el que era, y el que es y el que vendrá’». Nótese que este cántico menciona la santidad, poder exclusivo
y eternidad de Dios pero no dice nada de la redención de los seres humanos.
El capítulo 4 describe el trono y la santidad de Dios, en tanto que el capítulo
5 describe al Cordero y la redención de su pueblo. Kistemaker, S. J.
(2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 217).
Nota: Los serafines cantado alabanzas
al Señor.
Isaías 6.1–3 (NVI) El año de la muerte del rey Uzías,
vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su
manto llenaban el templo. .2
Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se
cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. .3 Y se decían el uno al
otro: «Santo,
santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso; toda la
tierra está llena de su gloria.»
Ap.
4.9-10 (RVR95) Cada vez que aquellos seres vivientes
dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que
vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del
que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos,
y echan sus coronas
delante del trono, diciendo:
Ap.
4.9-10 (DHH) Cada vez que esos seres vivientes dan
gloria y honor y gracias al que está sentado en el trono, al que vive por todos
los siglos, los
veinticuatro ancianos se arrodillan ante él y lo adoran y, arrojando sus
coronas delante del trono, dicen:
Nota: Los seres vivientes dan
gloria y honra y gracias al que esta sentado en el trono.
Nota: Los veinticuatro ancianos:
1.
Se postra delante del que esta
sentado en el trono.
2.
Adoran al que vive por los
siglos de los siglos.
3.
Echan sus coranas delante del
trono.
Nota: Kistemaker dice - También los veinticuatro ancianos que representan a la humanidad redimida adoran a Dios postrándose
delante de su trono. Se postran al estilo oriental para rendir
pleitesía al único Todopoderoso. Ningún ángel podría
recibir reverencia; de hecho, un ángel reprocha a Juan por haber
caído a sus pies y le ordena que adore a Dios (Ap. 19:10; 22:8–9). Es notable cuántas veces en
Apocalipsis se menciona a los veinticuatro postrándose delante del que está
sentado en el trono para adorarlo (Ap. 5:8, 14; 7:11; 11:16; 19:4). Kistemaker, S. J.
(2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (pp. 218–219).
Nota: Kistemaker “Los veinticuatro
ancianos echan sus coronas delante del trono de Dios y le brindan las mayores
pleitesías en el cielo y en la tierra. Habían recibido estas coronas de Dios
por ser vencedores, pero con profundo respecto se las devuelven a Dios para
tributarle todo el honor y la gloria. Le brindan pleitesía, porque sólo él vive
y reina por siempre jamás.” Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al
Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 219).
Nota: Chilton dice: Pero la alabanza celestial no termina con el
canto de los seres vivientes; porque cuando ellos dan gloria y honra y gracias
a Dios, los veinticuatro ancianos mismos se les unen
con alabanzas antifonales (o en respuesta).
o
Caen delante de Él ... le
adoran ... y echan sus coronas delante del Trono, reconociendo
que la autoridad y el dominio de ellos se derivan de Él.
o
Continúan alabándole por sus obras en la creación
y en la historia: Digno eres tú, nuestro Señor y
Dios, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron
creadas. Chilton. Días de
Retribución.
Daniel 4.34 (NVI) Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo,
y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo;
honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino
permanece para siempre.
Ap.
4.11 (RVR95) «Señor, digno eres de recibir la gloria, la
honra y el poder,
porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas».
Ap.
4.11 (DHH) “Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la
gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas; por tu
voluntad existen y han sido creadas.”
·
Señor,
digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder:.
·
Nota: «Digno
eres, nuestro Señor y Dios, de recibir gloria y honor y poder». Kistemaker dice. Tres cánticos sucesivos
en Apocalipsis utilizan el adjetivo digno como palabra inicial, y debido a esta
posición tiene carácter enfático (Ap. 4:11; 5:9, 12). Nadie en todo el
universo es digno de gloria, honor y poder sino Dios y el Cordero.
Dios es digno debido a la creación, y el Cordero es digno debido a su muerte
expiatoria. De ahí que sólo el Cordero es digno de ejecutar el plan de Dios
para la salvación y de desempeñar el papel de rey en su reino. Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 219).
·
Porque:
o tú creaste todas las cosas
o
Nota: El creador ha hecho todas las cosas desde la partícula más diminuta
hasta la mayor de las estrellas. Así pues, la obra
de la creación es la razón de que los ancianos expresen su alabanza al Señor
Dios. Kistemaker, S. J.
(2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 220).
o
Por tu
voluntad existen y fueron creadas».
o
Nota: Kistemaker
dice que: La obra de la creación depende totalmente de la voluntad de Dios; sin
su voluntad nada sucede. En otras palabras, este mundo no llegó a existir
mediante una evolución propia, sino que Dios ejerció su voluntad (Heb. 11:3). Kistemaker,
S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 220).
Apocalipsis 5.12 (NVI) Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno
es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la
sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!»
Génesis 1.1 (NVI) Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra.
Hechos 14.15 (NVI) Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres
mortales como ustedes. Las buenas nuevas que les anunciamos es que dejen estas
cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y
todo lo que hay en ellos.
Nota: Chilton dice: El servicio de culto celestial aquí nos muestra lo que Dios quiere en el culto terrenal.
Primero, el culto
debe ser corporativo. El culto bíblico no es
individualista, quietista, o sólo interno. Esto no quiere decir que no hay
lugar para el culto privado; pero sí significa que el énfasis bíblico en el
culto corporativo está muy lejos del "culto" degenerado de muchos
evangélicos, que ven el culto individual como prioritario por encima del culto
corporativo, y que hasta conciben a éste último simplemente como la suma de los
adoradores individuales. 35 Otro aspecto olvidado de la necesidad del culto
corporativo es el hecho de que los así llamados "servicios de culto"
en las iglesias modernas son en realidad o salas de conferencias o funciones
circenses de tres arenas. En ambos casos hay actores principales, y hay espectadores
- pero la Iglesia, como tal, no está adorando corporativamente. Por contraste,
el modelo de culto bíblico es el servicio de culto corporativo, con plena
participación conjunta de los miembros unidos de la congregación, demostrando
una armonía de unidad y diversidad.
Segundo, el culto
debe ser respondiente. Veremos más de esto al proceder
a través del libro de Apocalipsis - que trata del culto tanto como de
cualquiier otra cosa - pero esto ya ha ocurrido con el pasaje que acabamos de
estudiar. A los ancianos y a los cuatro seres vivientes se los ve cantando
responsos musicales hacia a atrás y hacia adelante, participando en un diálogo.
Y en el culto de la iglesia en la tierra, eso es lo que hacemos (o deberíamos
hacer) también. Respondemos litúrgicamente a la lectura de la Biblia, a las
oraciones, al canto de los salmos y los himnos, a la enseñanza, y a los
sacramentos. Porque esto es lo que vemos en el culto celestial, y nuestro culto
debería estructurarse, hasta donde sea posible, a imitación del modelo
celestial, de acuerdo con la oración que Jesús nos enseñó: "Hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo" (Mat. 6:10).
Tercero, el culto
debe ser ordenado. Los ancianos y los seres vivientes no se interrumpen entre sí ni
intentan presumir los unos sobre los otros. Aunque el culto debe ser
corporativo, e involucrar a la iglesia entera, no debe ser caótico. Un modelo
básico de culto se presenta en 1 Cor. 14:40: "Hágase todo decentemente y
con orden". Los carismáticos tienden a tener ciertos instintos correctos -
que el culto debe incluir a la congregación entera - pero en la práctica su
culto tiende a la confusión y al desorden, pues todos "adoran"
individualmente a la vez. La solución, reconocida tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamentos, y por la iglesia a través de la historia, es proporcionar
una liturgia común, con oraciones y responsos formales, de manera que los
congregados puedan adorar juntos inteligentemente de un modo que es a la vez
corporativo y ordenado.
Resume: El culto público bíblico es muy diferente del
culto privado o familiar: es radicalmente diferente de
un mero grupo de estudio bíblico, por importante que éste pueda ser. El culto
dominical de la iglesia es cualitativamente único: Es el pueblo de Dios que
viene a palacio para una ceremonia formal delante del Trono, una audiencia
oficial con el Rey. Venimos a confesar nuestra fe y nuestra lealtad, a hacer
votos solemnes, a recibir perdón, a ofrecer oraciones, a ser instruídos por los
oficiales de Dios, a comer a su mesa, y a dar gracias por todos sus beneficios;
y hemos de responder a todo esto con música y cantos. Todo esto es corporativo,
y necesariamente significa liturgia. Esto puede significar ciertos cambios
complejos y prolijos en nuestros hábitos y patrones de culto. Pero Dios no
debería tener nada menos que lo mejor. Él es el Rey, y adorarle significa
servirle. Chilton. Días de Retribución.
Resume: Estudio
– Ap. 4:1-11 El Trono de Dios
– Visión #2a.
2. Un Arco
3. Los tronos - Ancianos
4. Las Coronas de oro.
5. Los cuatro serias vivientes.
6. El mar de vidrio.
7. Los veinte cuatro ancianos.
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