Nota muy importante: La relación ente Ap. 6 y los evangelios (Mateo 24, Marcos 13, y Lucas 21).
Gentry: En Apocalipsis
6, Cristo comienza a abrir los sellos. Como señalan Robert Thomas,
Marvin Pate y otros comentaristas, existe un "paralelismo
estrecho" entre el discurso de Jesús sobre “los olivos” y los
sellos de Apocalipsis. Y como el preterista les
recuerda, los contextos de ambas profecías se relacionan con los eventos del
primer siglo (Compara Ap. 1:1, 3 con Mateo 24:2–3, 34).
Es significativo que el padre de la iglesia Eusebio (260-340 d.C.) usó
la historia de la guerra judía de Josefo (67-70 d.C.) para ilustrar el
cumplimiento de la profecía de los Olivos (Ec. Hist. 3:5-9). Gentry, K. L.,
Jr. (1998). Una visión preterista de la revelación. En "Cuatro
puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis" (págs. 52–53).
Nota: Chilton – “Juan nos trae ahora a
la apertura de los siete sellos del libro (seis
de los sellos son abiertos en el capítulo 6; el séptimo es abierto en Ap. 8:1, y está conectado a
las siete trompetas). Hemos visto que el Libro representa el documento-tratado del Nuevo Pacto, la apertura
del cual resultará en la destrucción del Israel
apóstata (véase el comentario sobre Ap. 5:1-4). Chilton.
Días de Retribución.
Nota: Chilton pregunta, ¿qué representa la apertura de
los sellos?
Algunos han creído que esto
significa una lectura cronológica a través del libro, y que los sucesos
presentados están en un orden directo, histórico. Esto es improbable por dos razones.
1.
Primero, los sellos parecen estar en el borde exterior del libro (que está en
forma de rollo): no se puede comenzar realmente a
leer el libro sino hasta que los sellos se abran. El séptimo sello,
que consiste en un llamado a la acción haciendo sonar las siete trompetas, en
realidad abre el libro para que podamos leer su contenido.
2.
Segundo, una lectura cuidadosa de los sucesos mostrados
por cada sello revela que no están listados en orden
cronológico. Por ejemplo, en el quinto sello - después de los
estragos causados por los cuatro jinetes - a los mártires que piden un
juicio se les dice que esperen. Pero en el sexto sello el juicio es
derramado inmediatamente, siendo la creación entera sacudida hasta los
cimientos. Y sin embargo, después de todo esto, Dios ordena a sus ángeles
que detengan el juicio hasta que los siervos de Dios estén protegidos (Ap. 7:3).
Obviamente, el propósito de los
sellos no es representar una cronología progresiva. Es más
probable que revelen las ideas principales del contenido del libro, los
temas principales de los juicios que vinieron sobre Israel durante los últimos
días, desde el año 30 D. C. hasta el año 70 D. C. Chilton. Días
de Retribución.
R. H. Charles señaló la estrecha similitud estructural entre los seis sellos
de este capítulo y los sucesos del así llamado “Pequeño Apocalipsis”
registrado en los evangelios sinópticos. Como lo demuestra su bosquejo (que
aparece adaptado más abajo), "presentan virtualmente el mismo
material". R. H. Charles, Un comentario crítico y exegético
sobre la revelación de San Juan, 2 vols.
Apocalipsis 6 (Ap. 6:1-17)
1. Guerra (Ap.
6:1-2)
2. Conflictos
internacionales (Ap. 6:3-4)
3. Hambrunas (Ap.
6:5-6)
4. Pestilencias
(Ap. 6:7-8)
5. Persecución
(Ap. 6:9-11)
6. Terremoto;
des-creación (Ap. 6:12-17)
Mateo 24 (Mat. 24:6-31)
1. Guerras (Mat.
24:6)
2. Conflictos
internacionales (Mat. 24:7 a)
3. Hambruna (Mat.
24:7 b)
4. Terremotos (Mat.
24:7 c)
5.
Persecuciones (Mat. 24:9-13)
6. Des-creación
(Mat. 24:15-31)
Marcos 13 (Marcos 13:7-27)
1. Guerras (Marcos
13:7)
2. Conflictos
internacionales (Marcos 13:8 a)
3. Terremotos (Marcos
13:8 b)
4. Hambruna (Marcos
13:8 c)
5.
Persecuciones (Marcos 13:9-13)
6. Des-creación
(Marcos 13:14-27)
Lucas 21 (Lucas 21:9-27)
1. Guerras (Lucas
21:9)
2. Conflictos
internacionales (Lucas 21:10)
3. Terremotos (Lucas
21:11 a)
4. Plagas y
hambrunas (Lucas 21:11 b)
5. Persecución
(Lucas 21:12-19)
6. Descreación
(Lucas 21:20-27)
Chilton nota que “Esto revela mucha perspicacia por parte de Charles, y por
parte de muchos comentaristas que han seguido sus pasos. Lo que asombra es que dejaran de ver el propósito de Juan al
presentar "el mismo material" que los escritores sinópticos:
profetizar los sucesos que conducirían a la destrucción de Jerusalén.
Aunque todos
admiten en seguida que el “Pequeño Apocalipsis” es una profecía
contra Israel (Mat.
23:29-39; 24:1-2, 15-16, 34; Marcos 13:2, 14, 30; Lucas 21:5-6, 20-24, 32),
pocos parecen poder ver la conexión obvia: ¡El Gran Apocalipsis es también una
profecía contra Israel! Chilton.
Días de Retribución.
Nota: Juan no escribió nada
sobre “la Apocalipsis pequeño” en su evangelio, pero escrito bastante en Apocalipsis.
Otra ves enfatizamos que el libro de Apocalipsis es sobre la destrucción de Israel por
los Romanos en el año 70.
Los cuatro jinetes (Ap. 6:1-8)
Chilton: El pasaje central del
Antiguo Testamento detrás de las imágenes de los "cuatro jinetes del
Apocalipsis" es Zacarías
6:1-7, que describe los cuatro vientos como
carruajes de Dios conducidos por sus agentes, que van y vienen patrullando la
tierra. Siguiendo e imitando la acción del Espíritu (Ap. 5:6), ellos son los
medios de que se vale Dios para controlar la historia. El simbolismo bíblico ve
la tierra (especialmente la tierra de Israel) como el altar de cuatro cuernos de Dios, y así a menudo representa
juicios amplios, nacionales, de manera cuádruple. Por lo tanto, los jinetes nos muestran los
medios con los cuales Dios controla y trae juicios sobre la desobediente nación
de Israel. Chilton. Días de Retribución.
Terry: "La verdadera interpretación de estos primeros cuatro sellos
es la que los reconoce como una representación simbólica de las 'guerras, hambrunas, pestilencias, y terremotos' que Jesús declaró serían 'principio
de dolores' en la desolación de Jerusalén (Mat. 24:6-7; Luc. 21:10-11, 20). El intento de
identificar cada figura separada con un suceso específico está errado tanto
en cuanto al espíritu como en cuanto al método del simbolismo apocalíptico. El
objetivo es dar un cuádruple e impresionante cuadro de aquella terrible guerra contra
Jerusalén que estaba destinada a vengar la justa sangre de profetas y apóstoles
(Mat. 23:35-37), y
ocasionar una 'gran tribulación' como nunca antes había ocurrido (Mat. 24:21). Como los
cuatro sucesivos pero estrechamente relacionados enjambres de langostas de Joel 1:4; como los
cuatro jinetes sobre caballos de diferentes colores en Zacarías 1:8, 18, y como los
cuatro carruajes tirados por otros tantos caballos de colores en Zacarías 6:1-8, estos cuatro
dolorosos juicios de Jehová ocurren, en obediencia a la orden de los cuatro seres vivientes
que están al lado del trono, para ejecutar la voluntad de Aquél que declaró que
los 'escribas, fariseos, e hipócritas' de
su tiempo eran 'víboras, e hijos de víboras',
y les aseguró que 'todas estas cosas sobrevendrán a
esta generación' (Mat. 23:33, 36).
Los escritos de Josefo muestran abundantemente cuán terriblemente se
cumplieron todas estas cosas en la sangrienta guerra de Roma contra
Jerusalén". Milton Terry, Apocalipsis bíblicos: un estudio de
las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas
(1898), pp. 329-330.
Chilton: Tan importante como Zacarías en el segundo plano de este pasaje es
la oración de Habacuc (Hab.
3), la lectura tradicional en la sinagoga para el segundo día de
Pentecostés, en la cual el profeta relata una
visión de Dios viniendo en juicio, brillante como el sol,
fulgurante como el relámpago (Hab.
3:3-4; con Ap. 1:16;
4:5), trayendo mortandad y plagas (Hab. 3:5; Ap. 6:8), desmenuzando las montañas y
derrumbando los montes (Hab.
3:6, 10; Ap. 6:14), cabalgando sobre jinetes contra sus enemigos (Hab. 3:8, 15; Ap. 6:2, 4-5, 8),
armado con un arco (Hab.
3:9, 11; Ap. 6:2), extinguiendo el sol y la luna (Hab. 3:11; Ap. 6:12-13), y
hollando las naciones en su furia (Hab. 3:12; Ap. 6:15). Habacuc interpreta claramente estas imágenes como
una profecía de la invasión militar de Judá por los caldeos, los
instrumentos paganos de la divina ira de Dios (Hab. 3:16; con Hab. 1:5-17). Bajo imágenes
similares, Juan presenta la destrucción de Israel a
manos de los ejércitos invasores de Edom y Roma. Chilton. Días
de Retribución.
Sello #1 y El Caballo Blanco:
Ap.
6.1-2 (RVR95) Entonces vi
que el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro
seres vivientes decir con una voz como de trueno: «¡Ven!». Ap.
6.2 (RVR95) Miré, y vi un caballo blanco.
El que lo montaba tenía un arco y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer.
Ap.
6.1-2 (DHH) Luego vi cuando el
Cordero rompía el primero de los siete sellos, y oí que uno de
aquellos cuatro seres vivientes decía con voz que parecía un trueno: “¡Ven!” Ap. 6.2 (DHH) Miré, y vi un caballo
blanco, y el que lo montaba llevaba un
arco en la mano. Se le dio una corona, y salió triunfante y para triunfar.
Nota: ¡El Orden de Eventos!
1.
El Cordero- Abrió los sellos
2.
Los Cuatro seres vivientes: Llaman
los caballos de guerra y sus jinetes.
3.
Los Jinetes reciben sus órdenes,
sus instrucciones.
Gentry: El jinete del caballo blanco "empeñado en la conquista"
(Ap. 6:2–3) representa la marcha romana victoriosa hacia Jerusalén para entablar la guerra judía en la primavera del año
67 d. C. Gentry (1998). Una visión preterista de la revelación. En
cuatro puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis (p. 53).
Chilton: Ap. 6:1-2 Como los
mensajes, las visiones del libro comienzan con Cristo sosteniendo en su mano un
racimo de siete. Al abrir el Cordero cada uno de los primeros cuatro sellos, Juan
oye a uno de los cuatro seres vivientes decir con voz de trueno: ¡Ven! Chilton.
Días de Retribución.
·
Esto no es una instrucción para
que Juan "venga y vea",
es para los jinetes.
Nota de Chilton: Contrariamente a
lo que dice las versiónes de Reina-Valera, que no está apoyado por
la mayoría de los manuscritos.
Ap. 6.1 (RV1909)
Y MIRÉ cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno los cuatro
animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve.
Ap. 6.1 (RVR60)
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres
vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.
Nota de Tomas: Es corregido en la Reina
Valera 1995. 😊
Ap. 6.1 (RVR95) Entonces vi que
el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes
decir con una voz como de trueno: «¡Ven!».
Chilton: Es más bien que cada uno de los seres vivientes llama a uno
de los cuatro jinetes. Por decirlo así, los cuatro rincones de la tierra, de pie alrededor
del altar, están clamando que vengan los justos juicios de Dios y destruyan a
los impíos y traigan “Anathema” [Maldición de Dios], tal como el clamor
característico de la iglesia pidiendo juicio y salvación era: ¡Maranatha! ¡Oh, Señor! ¡Ven!
Nota extra de Chilton: 1 Cor. 16:22 (con
Ap. 6:10); según el Didache
(Diadache 10.6), Maranatha era repetida al final de la liturgia eucarística.
Si la hipótesis de John A. T. Robinson es correcta (que el Didache se
escribió entre los años 40-60 d. C.), esto representa la oración final de
cada servicio de oración por décadas antes de la caída de Jerusalén. Véase
su obra: Redating the New
Testament (Philadelphia: The Westminster Press, 1976), pp. 324-327,
352.
Chilton: Al hacer su llamado el primer ser viviente, Juan ve un caballo blanco, armado su jinete para
el combate, llevando un arco. El jinete ya es vencedor,
pues se le dio una corona (por lo general, Juan usa la forma pasiva impersonal
a través de la profecía para indicar que algo es hecho por Dios; Ap. 6:2, 4, 8, 11; 7:2, 4; 8:2-3,
etc.). Siendo ya vencedor, el jinete continúa cabalgando a obtener más
victorias: Salió conquistando y a conquistar.
Asombrosamente, la trillada interpretación dispensacionalista afirma que este
jinete del caballo blanco es el Anticristo. Mostrando dónde miente su fe, Hal
Lindsey echa el resto y declara que el Anticristo es "la única persona que podría llevar a cabo todas estas hazañas".
Chilton: Cuando la primera criatura viviente llama, San Juan ve un caballo blanco, su jinete armado para la
batalla, que lleva un Arco. El Jinete ya es victorioso, porque se le
dio una corona (San Juan generalmente usa la pasiva impersonal a lo largo de la
profecía para indicar que Dios ha hecho algo; cf. Ap. 6:2, 4, 8,
11; 7:2, 4; 8:2-3, etc.). Habiendo logrado la victoria, cabalga hacia
otras victorias: Salió conquistando y conquistando. Sorprendentemente [tristemente], la interpretación dispensacional [de Hal
Lindsey] afirma que este jinete en el caballo
blanco es el Anticristo.
Al mostrar dónde reside su fe, Lindsey llega hasta el final y
declara que el Anticristo es "la única
persona que podría lograr todas estas hazañas". Lindsey There's a
New World Coming: A Prophetic Odyssey (Eugene, OR: Harvest House
Publishers, 1973), p. 103.
Chilton: Hay varios puntos acerca de este jinete que demuestran concluyentemente que no puede ser otro que el Señor Jesucristo.
o
Primero, cabalga sobre un caballo blanco, como lo hace Jesús en Ap. 19:11-16.
o
Segundo, lleva un arco. Como hemos visto, el pasaje de Habacuc que forma la
base para Apocalipsis 6 muestra al Señor como el
Rey-Guerrero que lleva un arco (Hab. 3:9-11).
o
Tercero, está el hecho de que al jinete se le da
una corona, y esto también concuerda con lo que sabemos sobre Cristo
en Apocalipsis (Ap. 14:14;
19:11-13).
o
Cuarto, el jinete sale venciendo. Esta es la misma palabra en griego que se usó en las cartas a las
siete iglesias para vencer o conquistar (véase Ap. 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21). Chilton. Días de Retribución.
Hendriksen enumera siete razones para interpretar que Cristo era el vencedor:
1.
El contexto está en su favor,
porque a Juan se le dice, «No llores; mira, el león
de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido» (Ap. 5:5).
2.
El simbolismo del color blanco
en Apocalipsis se refiere a lo que es santo y puro; la corona nos refiere a
Cristo, que lleva una corona de oro (Ap. 14:14); y el verbo vencer, con dos excepciones (Ap. 11:7; 13:7), siempre
apunta a Cristo o a sus seguidores.
3.
El paralelo (Ap. 19:11) de Cristo que
cabalga en un caballo blanco resulta claro, de modo que las Escrituras son su
propio intérprete.
4.
En todo Apocalipsis Juan va
manifestando el plan de que Cristo es el único que ha vencido, está venciendo y
vencerá.
5.
En los evangelios, Jesús enseña
que Cristo y la espada se siguen uno a la otra (Mat. 10:34), lo cual se simboliza en el jinete
del caballo rojo al que se le da una espada (Ap. 6:4).
6.
Un salmo mesiánico (Sal. 45:3–5) describe al
Cristo como cabalgando hacia la victoria y con agudas flechas que atraviesan
los corazones de sus enemigos.
7.
El pasaje paralelo de los
cuatro caballos (Zac. 1:8)
insinúa que el jinete es el ángel del Señor.
William Hendriksen, More
Than Conquerors.
Chilton: Cristo
es que es el Vencedor por excelencia:
o
Todos los sucesos en la
historia están bajo su autoridad, y es enteramente apropiado que Él sea el
representado aquí como el que encabeza los juicios de Dios.
o
Él es el centro de la historia,
y es él quien trae juicios sobre la tierra.
o
El hecho de que Él abriera el
Nuevo Pacto garantizó la caída de Israel; así como Él venció para abrir el Libro,
también cabalgó victorioso para implementar el significado del Libro en la
historia.
o
Salió cabalgando en su
resurrección y en su ascensión como el Rey ya victorioso, venciendo y para
vencer, extendiendo las aplicaciones de su victoria definitiva, y de una vez
por todas, por toda la tierra.
o
Y debemos
tomar especial nota de los terribles juicios que le siguen a Él.
o
Los jinetes representan las
fuerzas que Dios siempre usa para quebrantar a naciones desobedientes, y ahora
estas fuerzas se vuelven contra su pueblo del pacto. Chilton. Días de
Retribución.
Nota Muy Importante: Hay diferencias entre esta visión de Cristo (Ap. 6) y la de Apocalipsis
19.
o
La razón principal de esto es
que, en el Capítulo 19, Cristo es visto con una espada saliendo de su boca, y la visión simboliza su victoria sobre las naciones con el
evangelio después del año 70 d.C.
o
Pero esto no se ve durante
la apertura de los sellos. Aquí, Cristo viene en juicio contra sus enemigos. Viene, no a salvar, ni a sanar, sino a destruir. Los jinetes espantosos y
terribles que le siguen no son mensajeros de esperanza, sino de ira. Israel está condenado. Chilton.
Días de Retribución.
Terry: "Y vi": lo que vio
se declara en el versículo 2 [Ap.
6:2], y las palabras se repiten al comienzo de ese versículo a modo de
reanudación, después de haber declarado lo que escuchó cuando el Cordero abrió
uno de los sellos. La palabra “venida”,
que cada uno de los cuatro querubines pronuncia con voz de trueno, no está dirigida a Juan, ya que él ya estaba en
posición de contemplar (Ap. 4:1,
2); ni a Cristo, como imaginan Alford
y Glasgow al comparar Ap.
22:17, 20, porque Cristo está presente como abridor de los sellos; pero
a lo que, en los primeros cuatro sellos, responde de inmediato y se presenta en
obediencia a la orden, a saber, primero el blanco,
luego el rojo, tercero el negro y, por último, el caballo pálido y su
jinete. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un
estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras
canónicas (p. 326).
Terry: “Un caballo blanco”: símbolo de la guerra
victoriosa. Las imágenes completas de esta primera imagen
apuntan sugestivamente a la apertura de la guerra
romana contra Jerusalén, que fue irresistible en sus movimientos
(νικῶν), y destinada a prevalecer (ἴνα νικήσῃ). El hecho de que el jinete victorioso tuviera un arco sugiere que en las
primeras etapas de esta guerra amarga y decisiva la lucha fue a distancia,
no una lucha cuerpo a cuerpo, como implica el uso de la espada. La guerra comenzó capturando las ciudades periféricas de
Palestina, en preparación para el asedio de la gran ciudad central, Jerusalén.
“Se le dio una corona”. Es un hecho notable que
Vespasiano, que comenzó, y Tito, que completó la guerra judía, obtuvieron la corona imperial. Terry, M. S.
(1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de
Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 327).
Kistemaker: Juan toma su información gráfica de dos
pasajes en la profecía de Zacarías. El profeta narra una visión de un
hombre que cabalga en un caballo rojo, y también había caballos rojos, marrones
y blancos (Zac. 1:8).
En la otra visión vio cuatro carros tirados de caballos que se distinguían por
los colores rojo, negro, blanco y pinto. Estos caballos procedían del Señor
para dirigirse hacia todo el mundo: los negros al norte, los blancos al oeste,
y los pintos al sur (Zac.
6:1–6). Kistemaker. (2004). Comentario al Nuevo Testamento:
Apocalipsis (p. 251
Sello #2 y El Caballo Rojizo
Ap.
6.3-4 (RVR95) Cuando abrió el segundo sello, oí al
segundo ser viviente, que decía: «¡Ven!». 4 Salió otro caballo,
de color rojizo. Al que lo montaba le fue
dado poder para quitar la paz de la tierra y hacer que se mataran unos a otros.
Y se le dio una espada muy grande.
Ap.
6.3-4 (DHH) Cuando el Cordero rompió el segundo sello,
oí que el segundo de los seres vivientes decía: “¡Ven!” 4 Y salió otro caballo. Era de color rojo, y el que
lo montaba recibió poder para quitar la paz del
mundo y para hacer que los hombres se mataran unos a otros; y se le
dio una gran espada.
Gentry: El jinete sobre el caballo rojo (Ap.
6:4), que toma la "paz de la tierra"
(Ap. 6:4; cf. Mat. 24:6–7),
habla de la sorprendente interrupción de la famosa “pax
Romana”, una forzada paz que prevaleció en todo el imperio romano
durante muchos años. Por ejemplo, Epicteto (60-140 d. C.) escribe que:
“César nos ha
obtenido una paz profunda. ¡No hay guerras ni batallas” (Discursos 3:13:9) La
revuelta judía contra Roma interrumpe temporalmente esta famosa paz! El caballo rojo destaca especialmente la guerra civil que ocurre en
la propia Jerusalén (donde Jesús pronuncia su profecía, Mateo 24). Gentry (1998). Una visión preterista de
la revelación. En Cuatro puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis
(p. 53).
Terry: Un caballo rojo: uno que
tiene el color del fuego (πυρρός), o de sangre,
símbolo del terrible derramamiento de sangre inseparable de la guerra amarga e
implacable. Tal guerra sangrienta necesariamente saca la paz de la tierra, que
es devastada por su desastroso progreso. La gran espada es
un símbolo adicional apropiado, que sugiere, en contraste con el arco del
jinete anterior, el conflicto más cercano y más
sangriento de la lucha mano a mano. Así, cada símbolo sucesivo de
la imagen cuádruple intensifica la terrible impresión diseñada para hacerse.
Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las
revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p.
327).
Chilton: El
Cordero abre el segundo sello, y Juan oye al segundo ser viviente decir: ¡Ven!
En respuesta al llamado, sale un jinete sobre un caballo bermejo, al cual Dios le concede poder para quitar de la
tierra la paz, y que se maten unos a otros; y se le da una gran espada.
Este segundo jinete, que representa la guerra,
muestra cuán absolutamente depravado es el hombre. Dios no tiene que incitar a
los hombres para que luchen los unos contra los otros; Dios simplemente ordena
a sus ángeles que quiten las condiciones para la paz.
¿Por qué no hay más guerras en un mundo pecaminoso? Porque hay quien
restringe la maldad del hombre, la libertad del hombre para poner por obra las
consistentes implicaciones de su odio y su rebelión. Pero, si Dios quita las
restricciones, la degeneración ética del hombre se revela en toda su fealdad.
John Calvin escribió: "La mente del hombre se ha alejado tan completamente
de la justicia de Dios, que concibe, desea, y emprende sólo lo que es impío,
pervertido, sucio, e infame. El corazón está tan sumergido en el veneno del
pecado que no puede exhalar nada sino un hedor repugnante. Pero si algunos
hombres a veces demuestran algo de bueno, sus mentes, sin embargo, permanecen
siempre envueltas en hipocresía y mañas fraudulentas, y sus corazones están
atados por la depravación interior". Calvin, Institutos de la
Religión Cristiana, ii.v.l9,
Chilton comenta que todo esto se cumplió abundantemente en Israel y las
naciones circunvecinas durante los Últimos Días, cuando
la tierra se llenó de asesinos, revolucionarios, y terroristas.
Josefo reporta que: “cada ciudad se dividió en dos ejércitos acampados el
uno contra el otro, y la preservación de un partido significaba la destrucción
del otro; así que el día se iba en derramar sangre, y la noche se pasaba lleno
de temor... Era común ver ciudades llenas de cadáveres
todavía sin sepultar, y los cuerpos de ancianos, mezclados con los de bebés,
todos muertos, esparcidos juntos por doquier; yacían también mujeres entre
ellos, sin nada que cubriese su desnudez; se podía ver el país entero
lleno de indecibles calamidades, mientras el miedo era por todas partes mayor a
prácticas aún más bárbaras y amenazantes de las que ya se habían
perpetrado". Flavio Josefo,
La guerra judía, ii.xviii.2;
Nota adicional de
Chilton: Para obtener una imagen precisa (y por lo
tanto horrible) de cuán estrechamente las profecías en Apocalipsis y los
Evangelios sinópticos son paralelas a los eventos de los últimos días de
Israel, que conducen al asedio de Jerusalén por Tito, es necesario leer La guerra
judía. los libros ii-iv.
Ap.
6.5-6 (RVR95) Cuando abrió el tercer sello, oí al
tercer ser viviente, que decía: «¡Ven!». Miré, y vi
un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio
de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos
libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario,
pero no dañes el aceite ni el vino».
Ap.
6.5-6 (DHH) Cuando el Cordero rompió el tercer sello,
oí que el tercero de los seres vivientes decía: “¡Ven!”
Miré, y vi un caballo negro, y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
6 Y en medio de los
cuatro seres vivientes oí una voz que decía: “Solamente
un kilo de trigo por el salario de un día, y tres kilos de cebada por el
salario de un día; pero no eches a perder el aceite ni el vino.”
Gentry: Los jinetes de los caballos negros y
pálidos representan la hambruna y la muerte de la guerra judía. Josefo
(Guerras de los judíos 4–7), el historiador judío que participó en la
guerra y los historiadores romanos Tácito (Historias 1) y Suetonio (Vespasiano)
documentan bien estos trágicos factores de esta guerra. Gentry (1998). Una
visión preterista de la revelación. En cuatro puntos de vista sobre el libro de
Apocalipsis (p. 53).
Terry: Un caballo negro: símbolo de una hambruna mortal. El negro es
naturalmente sugestivo de algo que debe temer como una calamidad, y el equilibrio en la mano del jinete sugiere la escasez de veces en que los artículos alimenticios más
necesarios son difíciles de obtener y, cuando se obtienen, se pesan con El
cuidado más estricto. Terry, (1898). Apocalípticos bíblicos: (p.
327).
Terry: "Escuché como si fuera una voz"
- Observa cómo el arte del apocalipsis hace que las voces de una fuente
misteriosa ayuden a intensificar la importancia de sus visiones. "Que el grito suene en medio de las
cuatro criaturas vivientes es, en sí mismo, natural, ya que la apertura del
libro ocurre en el trono de Dios, que está en medio de los cuatro seres".
o
Los precios del trigo y la
cebada son exorbitantes cuando se retiene un "choinix"
(aproximadamente un cuarto de galón) por un "denario", el pago
habitual por un día completo de trabajo (Mat. 20:2), y solo tres veces esa cantidad del artículo más
común, cebada, por el mismo precio. En tiempos de hambruna, los artículos
alimenticios más comunes y necesarios se vuelven escasos y costosos.
o
Algunos intérpretes suponen que
la orden de no dañar ni dañar (ἀδικέω) el aceite y el vino debe dirigirse al
jinete del caballo negro y poner un límite a la hambruna. Estos lujos no se
deben dañar, sino que deben seguir siendo abundantes, como una mitigación del
sufrimiento cuando se cortan los artículos más comunes.
o
Pero una explicación más
congruente de la orden es la que lo considera como una máxima general para el
tiempo, dirigida a todos y cada uno a los que pueda interesar, no desperdiciar
y destruir lo que, aunque comúnmente es un lujo, puede ser el único alimento
que se puede obtener. Terry, M. S. (1898). Apocalípticos bíblicos:
(págs. 327–328).
Chilton: Pisándole los talones a la
guerra viene el tercer jinete angélico, sobre un caballo negro, sosteniendo en
la mano un par de balanzas, símbolo de hambruna desde la profecía de Ezequiel,
según la cual los habitantes de Jerusalén, muertos de hambre, se vieron obligados a pesar sus alimentos cuidadosamente
(Ezek. 4:10).
Este jinete trae
“la escasez económica”, una situación que se describe como completamente
caótica. Una voz desde el centro de los seres vivientes - es decir, desde el
trono de Dios - dice: Dos
libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no
dañes ni el aceite ni el vino.
·
Esta maldición, significa escasez de los necesarios alimentos básicos, aumentando
el precio de una medida de trigo más de 100 veces su precio anterior y
consumiendo el salario de un día entero, de manera que la totalidad del trabajo
de un hombre se gastaba en obtener alimento.
·
Esta es la maldición de Dios
contra los hombres siempre que se rebelan: La tierra misma los vomita (Lev. 18:24-28; Isa. 24).
·
La maldición devora la
producción en cada una de las áreas, y la cultura impía perece por medio del
hambre, la enfermedad, y la opresión (Deut. 28:15-34). Así es como Dios controla a los impíos: Tienen
que gastar tanto tiempo sólo para sobrevivir que les es imposible ejercer su
dominio impío sobre la tierra.
A la larga, esta
es la historia de cada cultura que se aparta de la Palabra de Dios. Chilton.
Días de Retribución.
Josefo describe la frenética búsqueda de alimento durante el sitio final:
“Los ricos
morían tanto por huir como por quedarse, los mataban por causa de sus riquezas,
por robarles el patrimonio y por si querían huir al lado del enemigo.
La desesperación
de los revolvedores y sediciosos crecía con el hambre, y cada día se
acrecentaban más. No había trigo alguno, pero los facciosos entraban por fuerza
en las casas y todo lo buscaban y escudriñaban; si hallaban algo, azotaban a los que lo negaban, y si no encontraban
nada, también los atormentaban, como si
lo tuviesen escondido secretamente. Por argumento y
señal para deducir si tenían algo escondido, era ver los cuerpos de los miserables,
pensando que no faltaba qué comer a los que veían físicamente bien.
Los enfermos por inhalación eran perdonados, pues parecía irrazonable matar a
los que luego habían de morir de hambre. Muchos de
los más ricos daban secretamente todos sus bienes por una medida de trigo, y
los que no lo eran tanto, los trocaban por una medida de orden o de cebada,
luego encerrados dentro en la parte más secreta de sus casas, comían
escondidamente los cereales podridos sin cocerlos; otros amasaban el pan, según
la necesidad y el miedo les permitía. En ninguna
parte se ponía la mesa para comer, sacaban del fuego las viandas, y mal cocidas
las tomaban y se las comían.”
Flavio Josefo. (2013). Las guerras de los Judíos. (A. R. Berzosa, Ed.) (p.
287). Barcelona, España: Editorial CLIE.
Chilton: Sin embargo, por otra parte, en esta
maldición específica contra Jerusalén, los
lujos del aceite y el vino no fueron afectados por el aumento general de
precios; al jinete del caballo
negro se le prohíbe que los toque.
Las balanzas son el signo de Libra, que cubre septiembre y
octubre; Farrer conjetura que, si la
cosecha de granos fracasaba en abril y mayo, "los hombres podrían comenzar
a apretar sus cinturones en octubre. Entonces estarían recién terminando la
recolección de la fruta, y podrían observar la ironía de la naturaleza, que las
uvas y las olivas quedarían indemnes; de la tríada tradicional, el maíz, el
vino, y el aceite, el maíz, en un apuro, lo puede mantener vivo a uno sin los
otros dos, pero no ellos sin el maíz".
15
Con toda
probabilidad, otra dimensión de la importancia de esta expresión es que a los mensajeros de
destrucción de Dios se les impide hacer daño a los justos: La
Escritura habla a menudo de las bendiciones de Dios sobre los justos en
términos del aceite y el vino (Sal. 104:15); y, por supuesto, el vino y el
aceite se usan en los ritos de la iglesia (Sant. 5:14-15; 1 Cor. 11:25). Esto
estaría en paralelo con los otros pasajes en los cuales los piadosos son protegidos de la destrucción (Ap.
7:3). Chilton. Días de Retribución.
Sello #4 – El Caballo amarillo
Ap.
6.7-8 (RVR95) Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz
del cuarto ser viviente que decía: «¡Ven!». 8 Miré, y vi un
caballo amarillo. El que lo montaba tenía
por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad
sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con
espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.
Ap.
6.7-8 (DHH) Cuando el Cordero rompió el cuarto sello,
oí que el cuarto de los seres vivientes decía: “¡Ven!” 8
Miré, y vi un caballo amarillento, y el que lo montaba se llamaba Muerte. Tras él venía
el que representaba al reino de la muerte, y se les dio poder sobre la cuarta
parte del mundo, para matar con guerras, con
hambres, con enfermedades y con las fieras de la tierra.
Chilton: Finalmente, el cuarto sello se abre,
y el cuarto ser viviente llama al último jinete del juicio, que cabalga en un caballo verde - denotando el color verde 16
una palidez enfermiza, un presagio de muerte. Así, el cuarto jinete,
con una comisión mucho más amplia y abarcante, es llamado Muerte; y es seguido por el
Hades (la tumba) - habiendo sido ambos liberados por el Hijo del
Hombre con su llave (Ap.
1:18).
·
Y se le dio autoridad para
traer cuatro plagas contra los cuatro rincones de la tierra: matar con espada y
con hambruna y con la muerte y por medio de las bestias salvajes de la tierra.
·
Esto es
simplemente un resumen de todas las maldiciones del pacto en Levítico 26 y
Deuteronomio 28.
·
Además, está en paralelo con la
lista de Dios sus cuatro categorías básicas de maldiciones, con las cuales Él
castiga a las naciones impías y desobedientes - "Mis cuatro juicios terribles contra Jerusalén: la espada, el
hambre, las fieras, y la pestilencia para cortar de ella hombres y bestias"
(Eze. 14:21, Eze. 5:17).
·
Sin embargo, en esta etapa
preliminar - y en concordancia con la condición de cuatro del pasaje en general
- a la muerte y a la tumba se les dan autoridad para tragarse sólo la cuarta
parte de la tierra.
·
Los juicios anunciados por las
trompetas afectarán un tercio de la tierra (Ap. 8:7-12), y los juicios anunciados por las copas lo
devastarán todo. Chilton. Días de Retribución.
Chilton comenta: Quizás el obstáculo más significativo contra una correcta
interpretación de este pasaje ha sido que los comentaristas y predicadores han
tenido temor y sido incapaces de ver que:
1.
Es Dios, el que trae estos juicios sobre la tierra - que
los juicios son enviados desde el trono, y que los mensajeros del juicio son
los mismos ángeles de Dios.
2.
Es Jesús, el Cordero, quien abre los sellos del juicio,
3.
Es
Jesús, el Rey de reyes, quien sale cabalgando a
conquistar, conduciendo los ejércitos angélicos contra las naciones, para
destruir a los que se rebelan contra su gobierno universal. Chilton. Días de Retribución.
Chilton: Era crucial que los primeros cristianos
entendieran esto, porque, aún en ese momento, estos juicios estaban siendo
desatados sobre su mundo. ….
1.
Cuando vemos el mundo
convulsionado por guerras, hambres, pestilencias, y
desastres naturales, debemos decir con el salmista: "Venid, ved las obras de Jehová,
que ha puesto asolamientos en la tierra" (Sal. 46:8).
2.
En todas las épocas, los cristianos
deben enfrentarse al mundo con confianza, con la
firme convicción de que todos los sucesos de la historia están predestinados,
y que se originan en el trono de Dios.
3.
La actitud del cristiano hacia
los juicios de Dios contra un mundo impío es la misma que la de los cuatro
seres vivientes alrededor del trono, que gozosamente
llaman a los mensajeros del juicio de Dios diciendo: "¡Venid!"
4.
Nosotros también, en nuestras
oraciones, hemos de rogar que Dios haga descender su ira sobre los
impíos, para manifestar Su justicia en la tierra.
5.
Confrontados con estas
terribles revelaciones de juicio, ¿cuál es
nuestra respuesta correcta?
·
En Ap. 22:17 se nos dice: El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven!".
Chilton. Días de
Retribución.
Terry: Un caballo pálido: Χλωρός, un
verde pálido; compare la palabra como se usa en Ap, 8:7 y Ap. 9:4.
·
El jinete se
llama Thanatos, Muerte. En la imagen de John, la muerte
no era la única figura, porque otra personificación, Hades, lo siguió, como si
los dos estuvieran unidos en la obra designada de juicio terrible. Hades debe
entenderse aquí como el inframundo, el reino de las almas incorpóreas, que
devora a todos los que la Muerte destruye. Entonces, Muerte y Hades son
asociados (Ap. 20:13).
A ambos de estos horribles poderes se les dio autoridad sobre la cuarta parte
de la tierra, una porción notablemente grande.
·
La obra de destrucción por la
que se envían estos horribles personajes se lleva a cabo por medio de la
espada, el hambre, la muerte y las bestias salvajes. Estos no son otros que los
"cuatro juicios dolorosos" de
Jehová, por los cuales amenazó a Jerusalén a través del ministerio de Ezequiel
(Ezequiel 14:21).
Compara el lenguaje de Ezek.
5:12; 6:11, 12; Jer. 14:12; 21:7; 24:10; 44:13.
·
No debemos
entender la espada (ῥομφαία) como una referencia a la espada (μάχαιρα) del
versículo 4, ni la hambruna como una alusión diseñada a
lo que se simboliza en los versículos 5 y 6. Más bien debemos reconocer en el
simbolismo del cuarto sello un retrato general de la consumación temerosa de
todo lo anterior, y un agravamiento diseñado de todos ellos. La palabra muerte,
en la última parte de este versículo, como asociada con las otras tres agencias
destructivas, se entiende mejor como correspondiente con el רָּבָר, pestilencia
mortal, en Ezequiel. 14:21 (así traducido allí por la Septuaginta), y no como
en referencia a la figura específica del jinete en el caballo pálido.
·
A lo largo de toda la imagen de
los primeros cuatro sellos, notamos la importancia de este número simbólico, y
debemos tener en cuenta el hábito predominante de los apocalípticos bíblicos de
representar juicios amplios de cuatro maneras. Los
símbolos de estos sellos deben entenderse como la representación de un conjunto
combinado de eventos, y no como profecías de calamidades muy separadas en el
tiempo.
“No es la
guerra en una, la era del mundo, la hambruna en otra, la muerte y la carnicería
en otra, sino la guerra, la hambruna y la muerte en una combinación terrible,
todo conspirando para plagar a los hombres de una generación. Porque estas
cosas van naturalmente juntas. No se puede tener el caballo blanco de la
victoria y la conquista a través del arco sin guerra; no puedes tener el
caballo rojo de guerra sin tener también el caballo negro de la hambruna y el
caballo pálido, la muerte, en su tren inmediato. ”- Cowles. Terry, M.
S. (1898). Apocalipsis bíblicos: (págs. 328–329)
Terry: La verdadera interpretación de estos primeros cuatro sellos es la
que los reconoce como una representación simbólica de las "guerras, hambrunas, pestilencias y terremotos"
que Jesús declaró sería "el comienzo de los dolores" en la desolación de
Jerusalén (Mat. 24: 6, 7;
Lucas 21:10, 11, 20). El intento de
identificar cada figura separada con algún evento específico pierde tanto el
espíritu como el método del simbolismo apocalíptico. El objetivo es
dar una imagen cuádruple y más impresionante de esa terrible guerra contra
Jerusalén, que estaba destinada a vengar la sangre justa de los profetas y
apóstoles (Mateo 23:35-37),
y de involucrar una "gran tribulación".
de los cuales nunca había estado antes (Mateo 24:21). Como los cuatro enjambres sucesivos pero
estrechamente conectados de langostas en Joel 1:4; como los cuatro jinetes en caballos de diferentes
colores en Zech. 1: 8, 18
y los cuatro carros dibujados por tantos colores diferentes en Zech. 6:1–8, estos cuatro
juicios dolorosos de Jehová avanzan por orden del trono de las cuatro criaturas
vivientes para ejecutar la voluntad de Aquel que declaró a los "escribas, fariseos e hipócritas" de su tiempo
como "serpientes y descendencia de víboras",
y les aseguró que "todas estas cosas deberían
venir sobre esta generación" (Mateo 23:33, 36). Los escritos de Josefo muestran
abundantemente cuán temerosamente se cumplieron todas estas cosas en la
sangrienta guerra de Roma contra Jerusalén. Terry (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo
(pp. 329-330).
Sello #5
Ap.
6.9-10 (RVR95) Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían muerto por
causa de la palabra de Dios y del testimonio que tenían. 10 Clamaban a gran voz,
diciendo: «¿Hasta cuándo Señor, santo y verdadero,
vas a tardar en juzgar y vengar nuestra sangre de los que habitan sobre la
tierra?».
Ap.
6.9 (DHH) Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a los que habían sido degollados por haber
proclamado el mensaje de Dios y haber
sido fieles a su testimonio. 10
Decían con fuerte voz: “Soberano santo y fiel, ¿cuándo juzgarás a los habitantes de la tierra y vengarás
nuestra muerte?”
Gentry: El quinto sello (Ap.
6:9-11) da una mirada al cielo una vez más, donde escuchamos a los
mártires clamando venganza. Dios promete reivindicarlos, pero deben "esperar un poco más" (Ap. 6:11; cf. Lucas 18:6–8). La
reivindicación mártir es crucial para comprender el juicio de Israel (Mateo 23:34–24). Gentry
(1998). Una visión preterista de la revelación. En Cuatro puntos de vista
sobre el libro de Apocalipsis (p. 54).
Terry: Ap. 6:8 El quinto sello abre
una escena de mártir, y sirve para aliviar el hechizo de horror engendrado por
las visiones de los primeros cuatro sellos. Aquí nuevamente observamos el
método estudiado del escritor para vivificar y mejorar su profecía por medio de
revelaciones de carácter opuesto. No debemos
considerar esta escena de mártir como la predicción de un evento histórico a
seguir en orden cronológico después de los eventos representados en los
primeros cuatro sellos. Más bien sirve para alentar y consolar a todos
los que estuvieron expuestos al martirio "en la tribulación, el reino y la paciencia en Jesús"
(Ap. 1:9), y
corresponde a las palabras de Jesús en Mateo 24:9 y Lucas 21:16, que amonestó a los discípulos de la
tribulación y muerte que muchos de ellos deben sufrir durante el período
apostólico. Una y otra vez en este Apocalipsis notaremos visiones de similar
importancia y propósito. Terry (1898). Apocalipsis bíblicos: (p.
330).
Terry: Ap. 6:9.
"Vi, debajo del altar, las almas":
la visión encuentra su explicación en la costumbre de derramar la sangre de las
víctimas sacrificadas en la base del altar (Lev. 4:7; 5:9).
·
"La vida (o alma) de la carne está en la sangre",
según Lev. 17:11.
·
Las almas que salieron en la
sangre de los que habían sido asesinados por la palabra de Dios
·
Cada vida grita desde la sangre
"en el fondo del
altar", donde la víctima había sido asesinada. Terry
(1898). Apocalípticos bíblicos: (p. 330).
Chilton: Para los lectores de este libro en el siglo primero, las tribulaciones descritas en él estaban siendo demasiado
reales:
·
Cada
iglesia conocería pronto la angustia de ver a algunos de sus dirigentes más
sinceros y capaces apresados y ejecutados a causa de la Palabra de Dios y del
testimonio que habían mantenido.
·
Para muchos cristianos por todo
el imperio, los meses y años venideros traerían gran angustia, pues las
familias serían separadas y los seres amados muertos.
·
Si los
cristianos eran realmente los siervos del Rey,
·
¿cuándo actuaría él?
·
¿Cuándo vendría a castigar a
los apóstatas?
·
Los apostatas que primero
habían usado el poder del estado romano para crucificar al Señor y ahora
estaban usando el mismo poder para matar y crucificar a los “profetas y sabios y escribas” a quienes Cristo
había enviado (Mat. 23:34).
Chilton. Días de Retribución.
Mateo 23.34 (NVI) Por eso yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. A
algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán; a otros los azotarán en
sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo.
Chilton: Así, pues, la apertura del quinto sello
revela una escena en el cielo en que las almas de los que habían sido muertos
están debajo, o alrededor, del altar. La imagen está tomada de los
sacrificios del Antiguo Testamento, en los cuales la sangre de la víctima
sacrificada corría a los lados del altar y formaba un charco alrededor de su
base ("el alma [Heb. nephesh] de la carne está en la sangre", Lev. 17:11).
·
La sangre de los mártires ha
sido derramada (comp. 2 Tim.
4:6), y al llenar la zanja debajo del altar, clama desde la tierra con
gran voz diciendo: ¿Hasta
cuándo?, Señor santo y verdadero, ¿no juzgas y vengas nuestra sangre en los que
moran en la tierra?
·
La iglesia en el cielo
concuerda con los querubines al reclamar los juicios de Dios: ¿Hasta cuándo? es una frase normal a
través de las Escrituras para invocar la justicia
divina para los oprimidos (comp. Sal. 6:3; 13:1-2; 35:17; 74:10; 79:5; 80:4; 89:46;
90:13; 94:3-4; Hab. 1:2; 2:6).
·
Sin embargo, el antecedente
particular para su uso aquí está nuevamente en la profecía de Zacarías 1:12: Después de
que los cuatro jinetes han patrullado la tierra, el ángel pregunta: "Señor de los ejércitos, ¿hasta
cuándo no tendrás compasión de Jerusalén?"
·
Juan invierte esto. Después de
que sus cuatro jinetes han sido enviados a su misión, Juan muestra los mártires preguntando hasta cuándo continuará
Dios tolerando a Jerusalén.
·
Los lectores de Juan no habrán
dejado de notar otro punto sutil: Si la sangre de los
mártires está fluyendo alrededor de la base del altar, deben ser los sacerdotes
de Jerusalén los que la han derramado. Los oficiales del Pacto han
matado a los justos.
·
Como testificaron Jesús y los
apóstoles, Jerusalén era la asesina de los profetas (Mat. 23:34-37; Luc. 13:33; Hech. 7:51-52). La
conexión con "la sangre de Abel" que clama desde la tierra cerca del
altar (Gén. 4:10) es
otra indicación de que este pasaje en general se refiere al juicio sobre
Jerusalén (comp. Mat.
23:35-37).
·
Como Caín, los "hermanos mayores" del Antiguo Pacto
envidiaron y asesinaron a los "hermanos menores"
del Nuevo Pacto (1 Juan
3:11-12). Y así clama la sangre de los justos: Los santos oran para que la profecía de Cristo de los "días de retribución" (Luc. 21:22) se cumpla. Chilton.
Días de Retribución.
Terry: Ap. 6:10.
"Lloraron con gran voz", como
la sangre de Abel llorando desde la tierra a Dios (Gen. 4:10).
·
Se puede entender que este
grito de las almas mártires surge de "toda la
sangre justa derramada sobre la tierra, de la sangre del justo Abel"
hasta la última víctima de la persecución judía (comp. Mat. 23: 35-37).
·
El Maestro a quien rezan estos
mártires es Dios, el santo y el verdadero, y el
grito de juicio y venganza no debe entenderse como la expresión de sentimientos
amargos y vengativos, sino un llamado al Juez de
toda la tierra para que haga eso. que se debe a su santidad y verdad.
·
El que prohíbe a los hombres
vengarse unos de otros declara que la venganza le pertenece (Rom. 12:19). Seguramente vengará a sus elegidos que le lloran día y noche (Lucas 18: 7, 8). Terry (1898). Apocalípticos
bíblicos: (págs. 330–331).
Chilton nota sobre (Ap.
6:10) que: Que este grito terminante “pidiendo venganza” nos suene
extraño, sólo nos muestra hasta dónde, desde el punto de vista bíblico, se ha
degenerado nuestra “era pietista”. Si
nuestras iglesias estuviesen más familiarizadas con el himnario fundacional de
la iglesia, los Salmos, en vez de los coros
azucarados y almibarados … que caracterizan a los modernos himnarios
evangélicos, entenderíamos esto mucho más fácilmente.
·
Pero hemos caído en el engaño
pagano de que, de algún modo, es "no cristiano"
orar pidiendo que la ira de Dios sea derramada sobre los enemigos y los
perseguidores de la iglesia. Y sin embargo, eso es
lo que vemos que está haciendo el pueblo de Dios, con la aprobación
de Dios, en ambos Testamentos de las Sagradas Escrituras.
·
En realidad, es una característica del hombre piadoso despreciar al
réprobo (Sal. 15:4). El espíritu expresado en las
oraciones imprecatorias de las Escrituras es un aspecto necesario de la actitud
del cristiano (2 Tim. 4:14).
Mucha de la impotencia de las iglesias en la actualidad es directamente atribuible
al hecho de que ellas se han convertido en castradas
y afeminadas. Estas iglesias, incapaces hasta de confrontar el mal,
ni "vencerlo", a su debido
tiempo serán capturadas y dominadas por sus enemigos. Chilton. Días
de Retribución.
·
Nota especial
de Chilton: Véase Sal. 5, 7, 35, 58, 59, 68, 69, 73, 79, 83, 109, 137,
140. El término común para éste y
otros pasajes es “Salmos Imprecatorios”; una expresión así puede ser
confusa, sin embargo, puesto que la mayoría de los
Salmos contienen secciones imprecatorias (maldiciones) (Sal. 1:4-6; 3:7; 6:8-10; 34:16;
37:12-15; 54:7; 104:35; 139:19-22), y todos
los Salmos son implícitamente imprecatorios, en que las bendiciones
de los justos se mencionan con el corolario asumido: Los impíos son malditos. Chilton. Días
de Retribución.
Ap.
6.11 (RVR95) Entonces se les dio vestiduras blancas y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo,
hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos que también
habían de ser muertos como ellos.
Ap.
6.11 (DHH) Entonces se les dieron ropas blancas, y se les dijo que descansaran aún por un poco de tiempo,
hasta que se completara el número de sus hermanos que, en el servicio a Dios,
tenían que ser muertos como ellos.
Chilton: Los santos justos y fieles en el cielo son reconocidos como reyes y sacerdotes de Dios, y por eso se le dan a
cada uno de ellos vestiduras blancas, que simboliza el reconocimiento de Dios
de la pureza de ellos delante de Él, un símbolo de la victoria de los
vencedores (Ap. 3:4-5).
Chilton. Días de Retribución.
Chilton: En respuesta a la súplica de los santos para que haya venganza,
Dios responde que ellos deben descansar por un poco más de tiempo, hasta que el
número de sus consiervos y sus hermanos que han de ser muertos como ellos se
complete también.
·
El número completo de mártires
no se ha completado todavía; la iniquidad plena de sus perseguidores no ha sido
alcanzada todavía (Gen.
15:16), aunque se acerca rápidamente el destino funesto de la "ira de Dios" que se derrama sobre ellos (1 Tes. 2:14-16).
·
Debemos recordar que la
aplicación principal de esto tiene que ver con “el
Israel apóstata” – “los que moran en
la tierra” - que, en cooperación con las autoridades romanas, estaba
asesinando a los santos.
·
A los mártires se les dice que
esperen un poco más, y el juicio de Dios seguramente se producirá, trayendo la
prometida "gran tribulación" sobre
Israel, el quebrantador del pacto. Chilton. Días de Retribución.
Terry: Ap. 6:11. "A cada uno una túnica blanca" La túnica
blanca y el resto aseguraron que los mártires se corresponden con la promesa de
Jesús a sus seguidores de que con su paciencia deberían ganar sus almas (Lucas 21:19), y que "cualquiera que pierda su vida por mi bien y el evangelio lo salvará” (Marcos 8:35).
·
"Sin embargo, por un poco de tiempo",
equivalente al ἐν τάχει, rápidamente, de Lucas 18:8; incluso antes de que esa generación falleciera, porque
la venganza acumulada vendría sobre esa misma generación (Mateo 23:36).
·
"Hasta que los
sirvientes ... se cumplan", es decir, hasta
que se complete el número de mártires que estaban a punto de ser asesinados,
incluso cuando eran.
·
Estos otros que aún no han sido
asesinados pueden reconocerse en los dos testigos del Ap. 11:3–13, porque cuando sonó la séptima
trompeta "llegó el
tiempo de juzgar a los muertos, y el tiempo de dar la recompensa a los profetas
y santos" (Ap. 11:18).
·
Mientras tanto, hasta que
llegue ese momento, estas almas mártires están vestidas con el atuendo de la
victoria celestial y, como debemos aprender de las visiones posteriores,
guiados por el Cordero "a las fuentes de las
aguas de la vida", donde "Dios
limpiará cada lágrima de sus ojos "(Ap. 7:17). Terry
(1898). Apocalípticos bíblicos: (p. 331).
Sello #6
Ap.
6.12-14 (RVR95) Miré cuando
abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se puso
negro como tela de luto, la luna entera se volvió toda como sangre 13
y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja
caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Ap. 6.14 El cielo se replegó como un
pergamino que se enrolla, y todo monte y toda isla
fueron removidos de sus lugares.
Ap.
6.12-13 (DHH) Cuando el
Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El
sol se volvió negro, como ropa de luto; toda la luna se volvió roja,
como la sangre, 13 y las estrellas cayeron del cielo a la tierra, como
caen los higos verdes de la higuera cuando esta es sacudida por un fuerte
viento. Ap. 6.14 El
cielo desapareció como un papel que se enrolla, y todas las montañas y las
islas fueron removidas de su lugar.
Gentry: El lenguaje de la disminución en el sexto sello (Ap. 6:12-17) retrata el
mundo de Israel desmoronándose bajo la "ira del
Cordero" en el "gran día de la
ira" (Ap. 6:16-17).
Tal lenguaje es un lenguaje profético común con respecto al colapso de
gobiernos malditos por Dios, como Babilonia (Is. 13:1, 10, 19), Egipto (Ezequiel 32:2, 7–8, 16, 18),
Idumea (Isa 34:3–5) y
Judá (Jer. 4:14, 23–24).
Gentry (1998). Una visión preterista de la revelación. En Cuatro
puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis (p. 54).
Chilton: Al abrirse el sexto sello, nos
acercamos más claramente a los sucesos finales de los últimos días.
·
El Cordero revela el siguiente
gran aspecto de sus juicios según el pacto, en un símbolo usado a menudo en la
profecía bíblica: de-creación.
·
De la misma manera en que se
habla de la salvación del pueblo de Dios en términos de creación (2 Cor. 4:6; 5:17; Efe. 2:10; 4:24;
Col. 3:10),
·
así también se habla de los
juicios de Dios (y la revelación de su presencia como Juez sobre un mundo
pecador) en términos de de-creación, el colapso del
universo: Dios desgarra y disuelve el
entramado de la creación. Chilton. Días de Retribución.
Chilton: Estos siete juicios son detallados en términos de las familiares
imágenes proféticas del Antiguo Testamento.
·
Primero, desestabilización:
un gigantesco terremoto (Ex. 19:18; Sal. 18:7, 15; 60:2;
Is. 13:13-14; 24:19-20; Nah. 1:5).
·
Segundo, el
eclipse y el luto de Israel: El sol se puso negro como saco de
cilicio (Ex. 10:21-23; Job
9:7; Isa. 5:30; 24:23; Eze. 32:7; Joel 2:10, 31; 3:15; Amos 8:9; Mic. 3:6).
·
Tercero, la
continuada imagen de un eclipse, a la que se le ha añadido la idea de deshonra:
Toda la luna se puso como sangre (Job. 25:5; Isa. 13:10; 24:23; Eze. 32:7; Joel 2:10, 31).
·
El cuarto juicio afecta a las estrellas,
que son imágenes de gobierno (Gen. 1:16); son también
relojes (Gen. 1:14),
y su caída muestra que el tiempo de Israel se ha acabado: Las
estrellas cayeron a tierra, como una higuera deja caer sus higos cuando es
sacudida por un fuerte viento (Job
9:7; Ecl. 12:2; Is. 13:10; 34:4; Eze. 32:8; Dan. 8:10; Joel 2:10; 3:15);
por supuesto, el fuerte viento fue traído por los
cuatro jinetes, que en las imágenes de Zacarías eran los cuatro vientos (Zac.
6:5), y que será vuelto a presentar a Juan en esa forma en Ap. 7:1; y la higuera es Israel mismo
(Mat. 21:19;
24:32-34; Lucas 21:29-32).
·
Quinto, ahora
Israel simplemente desaparece: El firmamento se desvaneció como un
pergamino que se enrolla (Isa. 34:4; 51:6; Sal.
102:25-26; para el simbolismo de Israel como "firmamento",
véanse Is. 51:15-16; Jer. 4:23-31; comp. Heb.
12:26-27).
·
Sexto, las potencias gentiles son
sacudidas también: Todo monte y toda isla
fue movida de su lugar (Job 9:5-6; 14:18-19;
28:9-11; Isa. 41:5, 15-16; Eze. 38:20; Nah. 1:4-8; Sof. 2:11). 22
Nota de Chilton: En contraste con las
interpretaciones populares de los textos que hablan de la fe que mueve montañas
(Mat. 17:20; 21:22; Mar.
11:23), debería observarse que esta expresión ocurre en pasajes que hablan
del juicio que venía sobre, y de la caída de, la Jerusalén apóstata. A menudo,
a Jerusalén se la llama "el monte" en las Escrituras (Dan. 9:16); por eso, los
santos en el altar son descritos como clamando, en fe, para que caiga este gran
monte. En consecuencia, la destrucción de Jerusalén
es representada, en parte, como una montaña ardiente que es echada en el mar (Ap.
8:8; Zac. 14:4). Chilton. Días
de Retribución.
Terry: Ap. 6:12-14 Una
cuidadosa comparación de estos diferentes pasajes del Antiguo Testamento en
relación con las imágenes y el lenguaje del sexto sello muestra cuán libremente
nuestro autor se apropia de las escrituras más antiguas para adaptarse al
propósito de su propio libro de profecía. El gran día del Señor se establece
así a la manera de Is. 13
6–9; Zeph 1:14-18, y Joel 1:15; 2:1- 2. Y como el lenguaje de las
antiguas escrituras se refería a los juicios inminentes de Jehová sobre los
hombres y las naciones malvadas, estos versículos 12–17 deben entenderse como
una descripción similar del juicio temeroso inminente en el momento en que este
libro fue escrito. Y las terribles calamidades
involucradas en el derrocamiento de Jerusalén, y su relación con el reino de
Dios, seguramente fueron de una magnitud igual a cualquiera de las
representadas por los escritores apocalípticos del Antiguo Testamento, cuyo
lenguaje se apropia de nuestro autor. Terry (1898). Apocalípticos bíblicos:
(p. 332).
Milton Terry escribe sobre Apocalipsis 6: Las imágenes y el estilo de los
apocaliptistas del Antiguo Testamento se ponen en uso de manera más apropiada; El sol, la luna y las estrellas, y el cielo mismo, se
representan como colapsando, y la crisis de las edades se señala con voces,
truenos, relámpagos y terremotos. Insistir en la interpretación literal de tales imágenes
es llevar la profecía al desprecio y al ridículo. Gentry (1998).
Una visión preterista de la revelación. En "Cuatro puntos de vista
sobre el libro de Apocalipsis" (p. 54).
Chilton: Israel, la "antigua creación"
de Dios, ha de ser des-creada, al ser el Reino transferido a la iglesia,
la nueva creación (2 Ped. 3:7-14). Como los
labradores en la viña de Dios mataron a su Hijo, ellos también serán muertos (Mat. 21:33-45). La viña misma será quebrantada,
destruida, y asolada (Isa. 5:1-7). En la
justa destrucción de Israel por parte de Dios, Él sacudirá hasta el cielo y la
tierra (Mat. 24:29-30; Heb. 12:26-28) para
entregar su reino a su nueva nación, la iglesia. Chilton. Días de Retribución.
Terry: La apertura del sexto sello, como se describe en este pasaje, parece una respuesta inmediata al grito de las almas debajo
del altar, y las imágenes son básicamente idénticas a las de Mat. 24: 29–31, que
describe la venida del Hijo del hombre "inmediatamente
después de la tribulación" mencionada en el contexto anterior.
·
Las descripciones en ambos
pasajes son un retrato apocalíptico del gran y terrible día del Señor, y las
diversas imágenes y alusiones son apropiadas de la profecía del Antiguo
Testamento, como lo muestran las referencias adjuntas. Terry (1898). Apocalipsis
bíblicos: (pp. 331-332).
Gentry: El alejamiento de "todas las montañas" del sexto sello (Ap. 6:14) puede aludir a los equipos de construcción de las legiones
romanas que eliminan los impedimentos montañosos para el progreso del ejército
masivo, o de lo contrario a sus bancos de construcción a las cimas de las
paredes protectoras ciudades judías circundantes. Josefo señala: “En
consecuencia, [Vespasiano] envió a lacayos y jinetes para nivelar el camino,
que era montañoso y rocoso, no sin dificultad para ser transitado por lacayos,
pero absolutamente impracticable para los jinetes. Ahora estos trabajadores
lograron lo que eran en cuatro días” (Wars 3.7.3). Después de describir
el entorno montañoso de Jotapata y su inexpugnabilidad natural (Guerras
3.7.7), Josefo menciona la decisión de Vespasiano de "levantar
un banco contra esa parte del muro que fuera factible" (Guerras 3.7.8). Gentry
(1998). Una visión preterista de la revelación. En "Cuatro puntos de
vista sobre el libro de Apocalipsis" (págs. 54–55).
Ap.
6.15-17 (RVR95) Los reyes de
la tierra, los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos,
todo esclavo y todo libre, se escondieron en las
cuevas y entre las peñas de los montes, 16
y decían a los montes y a las peñas: «Caed sobre
nosotros y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y
de la ira del Cordero, 17 porque
el gran día de su ira ha llegado y ¿quién podrá sostenerse en pie?».
Ap.
6.15-17 (DHH) Y los reyes
del mundo se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas,
junto con los grandes, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos
los esclavos y los hombres libres; 16 y
decían a las montañas y a las rocas: “¡Caigan sobre
nosotros y escóndannos de la presencia del que está sentado en el trono, y de
la ira del Cordero! 17
Porque ha llegado ya el gran día del castigo, ¿y quién podrá resistir?”
Gentry: En Ap. 6:15–16,
muchos "se
escondieron en cuevas" y "llamaron a las montañas y las rocas:" Caigan sobre
nosotros "".
Josefo frecuentemente menciona que los judíos realmente buscaron refugio bajo
tierra durante la guerra del 67-70 dC:
"Y en este
día los romanos mataron a toda la multitud que apareció abiertamente; pero en
los días siguientes registraron los escondites y cayeron sobre los que estaban
bajo tierra y en las cavernas” (Guerras
3.7.36; ver también Guerras
3.2.3; 3.7.35; 5.3.1; 6.7.3; 6.9. 4; 7.2.1).
·
Jesús advierte a las mujeres
que lo ven llevar su cruz:
Llegará el
momento en que dirán: "¡Bienaventuradas las mujeres estériles, los
vientres que nunca dieron a luz y los senos que nunca amamantaron!" Y
luego "dirán a las montañas:" ¡Caigan sobre nosotros! "Ya las
colinas, '¡Cúbrenos!'” (Lucas
23: 29–30; cf. Mateo 24:1–2, 19, 34)
·
El destino de las mujeres y los
niños en el año 70 d. C. fue horrible:
Luego, la
hambruna amplió su progreso y devoró a la gente en casas enteras y familias;
las habitaciones superiores estaban llenas de mujeres y niños que morían de
hambre; y las calles de la ciudad estaban llenas de cadáveres de ancianos; Los
niños también y los jóvenes deambulaban por los mercados como sombras, todos
hinchados por la hambruna. (Guerras 5.12.3) Gentry (1998). Una visión
preterista de la revelación. En Cuatro puntos de vista sobre el libro de
Apocalipsis (p. 55).
Séptima: La destrucción de los hombres.
Las imágenes
proféticas del Antiguo Testamento todavía están a la vista al describir Juan a
los apóstatas que están siendo juzgados. Esta es la
séptima fase de la descreación: la destrucción de los hombres.
·
Pero este séptimo ítem en la
lista se abre para revelar otro "siete"
dentro de ella porque aquí se nombran siete clases
de hombres, mostrando que la destrucción es total, pues afecta a
pequeños y grandes por igual: los reyes de la
tierra, los grandes, los jefes, los ricos, los fuertes, y todo esclavo y todo
libre.
·
Nadie podrá escapar, no importa
su condición de privilegiado o su insignificancia. La
tierra entera ha rechazado a Cristo, y la tierra entera está siendo excomulgada.
·
Nuevamente, los paralelos
muestran que el juicio sobre Israel es el propósito
de esta profecía (Isa. 2 y 24-27), aunque otras naciones ("los reyes de la tierra") serán afectadas también.
Chilton. Días de Retribución.
Chilton: Al ser la tierra des-creada, y quitada la revelación natural
mediadora - poniendo a los pecadores cara a cara con la pura revelación del
Dios santo y justo - los hombres de Israel tratan de huir y buscar protección
en cualquier cosa que parezca ofrecer refugio.
·
La huida bajo tierra y hacia
dentro de cavernas es señal de estar bajo maldición (Gen. 19:30-38).
·
Por eso se escondieron (Gen. 3:8) en las cavernas y
entre las peñas de los montes (la “lex talionis” por haber maltratado a
los justos: Heb 11:38; Jueces 7:25), y
dijeron a los montes y a las rocas: Caed sobre
nosotros y escondednos de la presencia de aquel que está sentado sobre el
trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha venido; y (Nah. 1:6; Mal.
3:2) ¿quién podrá sostenerse en pie?
·
La interpretación que se da
aquí queda confirmada nuevamente: Este pasaje no habla del fin del mundo, sino
del fin de
Israel en el año 70 d.C. Chilton. Días de Retribución.
Chilton: El origen del simbolismo usado aquí está en la profecía de Oseas contra Israel:
Efraín será
avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. De Samaria fue cortado su
rey como espuma sobre la superficie de las aguas. Y los lugares altos de Avén
serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y
cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los
collados: Caed sobre nosotros. (Oseas 10:6-8)
·
Jesús citó este texto en su
camino a la crucifixión, declarando que se cumpliría
en el Israel idólatra durante las vidas de los que estaban presentes entonces:
Y le seguía
gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por
él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis
por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí
vendrán días en que dirán: Bienaventuradas
las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre
nosotros; y a los collados: Cubridnos. (Luc. 23:27-30)
Chilton: Mientras las iglesias de Asia Menor leían esta visión por primera
vez, los juicios profetizados ya estaban teniendo
lugar; el momento final se aproximaba rápidamente.
·
La
generación que había rechazado al Hijo del Señor de la tierra (Mat. 21:33-45) pronto
estaría gritando estas mismas palabras.
·
El Señor
crucificado y resucitado venía a destruir a los apóstatas.
·
Este habría de ser el gran día de la ira del Cordero, a quien habían
matado. Chilton. Días de Retribución.
Terry: Ap. 6:12-17 Ahora
hemos visto que los primeros seis sellos, abiertos por el Cordero, forman una
serie estrechamente conectada y se apropian de las imágenes apocalípticas de
los profetas hebreos.
·
Los primeros cuatro se
cumplieron en la guerra que comenzó alrededor del año 66 d. C., barrió Galilea
y Samaria, arrasó todas las ciudades y pueblos de Palestina, y se intensificó
con todas esas escenas de sangre, hambre y aflicción que hicieron el asedio y
el derrocamiento final de Jerusalén por los romanos, uno de los eventos más
horribles de la historia humana.
·
Debe tenerse en cuenta que
estas calamidades del pueblo judío fueron anunciadas por Jesús en términos más
explícitos como un juicio sobre esa generación malvada por su culpa al derramar
la sangre justa de los santos y profetas (Mateo 23: 34–38 ).
·
De ahí la importancia de
colocar la escena de mártir de los versículos 9-11 en medio de estas imágenes
de juicio retributivo.
·
Los primeros cuatro sellos
revelan las fuerzas conjuntas de guerra, matanza, hambre y mortalidad agravada,
avanzando al mando de las cuatro criaturas vivientes.
·
Pero la apertura del quinto
sello nos permite escuchar el grito de los mártires por juicio y venganza, y
luego, como respuesta inmediata a ese grito, se abre el sexto sello y todos los
signos y terrores del día de la ira. Aparecer. Estas son todas revelaciones
apocalípticas de cosas que "sucederían
rápidamente". Terry (1898). Apocalípticos bíblicos:
(págs. 332–333).
Resume: Estudio
– Ap. 6:1-17 Seis Sellos y Cuarto
Caballos – Visión #3.
Seis Sellos: El Juicio de Jesús sobre Jerusalén.
1. Guerra (Ap.
6:1-2)
2. Conflictos
internacionales (Ap. 6:3-4)
3. Hambrunas
(Ap. 6:5-6)
4. Pestilencias
(Ap. 6:7-8)
5. Persecución
(Ap. 6:9-11)
6. Terremotos;
des--creación (Ap. 6:12-17)
Cuatro Caballos: Las consecuencias de la guerra.
1.
El Caballo Blanco: Su jinete
con arco.
2.
El Caballo Rojizo: Su jinete
con una espada muy grande.
3.
El Caballo negro: Su jinete con
una balanza: Escaso de comida.
4.
El Caballo amarillo: Su jinete trae
guerras, con hambres, con enfermedades y con las fieras de la tierra.
1.
Es Dios: Que trae estos juicios sobre la tierra - que los juicios son
enviados desde el trono, y que los mensajeros del juicio son los mismos ángeles
de Dios.
2.
Es Jesús: El Cordero, quien abre los sellos del juicio.
3.
Es Jesús, el Rey de reyes, quien sale cabalgando a conquistar, conduciendo
los ejércitos angélicos contra las naciones, para destruir a los que se rebelan
contra su gobierno universal.
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