Punto de vista:
PRETERISTA
Nota: Continuación de la profecía de la destrucción de Jerusalén (Babilonia).
Nota: David Chilton, Milton Terry, J. Stuart Russell y Philip Carrington, creen que los capítulos restantes (Ap. 12-19) continúan la profecía de la
destrucción de Jerusalén (identificando a
Babilonia también con Jerusalén). Chilton afirma que "la
segunda mitad del Libro de Ap. cubre casi el mismo terreno que la primera, pero
desde una perspectiva diferente". Gregg, S. (1997). Ap.
cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (págs. 252–254).
Nota: Greg dice que: Este capítulo da un
preludio al juicio de los siete cuencos. Hubo una escena celestial de victoria
en los capítulos 4–5, justo antes de la ruptura de los siete sellos, y un
preludio similar en Ap. 8:1–6
anticipó las siete trompetas. Se dice que los
juicios del tazón son las siete últimas plagas (Ap. 15:1), y provocarán
el final de Jerusalén. El marco temporal es el final de la guerra
judía (70 d. C.). Gregg, S. (1997). Revelación, cuatro puntos de
vista: un comentario paralelo (p. 344).
Nota: Terry dice que: Los contenidos del cap. 15 son de la
naturaleza de una introducción al derramamiento de los siete cuencos de ira (cap. 16), que se corresponderán sorprendentemente con las siete
trompetas. Después del anuncio de las siete últimas plagas en el
versículo 1, hay una
visión de los vencedores cantando una canción de triunfo (versículos 2-4), y esta
característica artística corresponde a la introducción de las multitudes,
selladas por el Dios viviente y vestidas de blanco túnicas, cantando con los
ángeles alrededor del trono (cap.
7), que se introdujo entre la apertura de los sellos sexto y séptimo y
justo antes de que los siete ángeles fueran enviados a tocar las siete
trompetas de la aflicción. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos:
un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las
Escrituras canónicas (p. 413).
Ap.
16.1 (RVR95) Entonces oí desde el templo una gran voz
que decía a los siete ángeles: «Id y derramad sobre
la tierra las siete copas de la ira de Dios».
Ap.
16.1 (DHH) Oí una fuerte voz, que salía del santuario y
que decía a los siete ángeles: “Vayan y vacíen sobre
la tierra esas siete copas de la ira de Dios.”
Nota: ¿Una gran voz? ¿Quién mando
los siete ángeles?
Nota: Terry dice esto sobre Ap. 15:1.
·
Voz fuera
del templo: el templo es el que acabamos de
mencionar (Ap. 15:8)
y, como estaba tan lleno de la nube de la gloria de Dios que nadie pudo entrar,
la voz debe ser entendida como de Dios mismo.
·
Derrama
los siete tazones: sobre la figura de derramar ira
divina, compara el Salmo
69:24; Jer. 10:25; Ezek. 14:19; Zeph. 3:8.
·
Los cuencos, o viales (φιάλας), se conciben como ingredientes de penas penales,
como las tazas de Ap. 14:10
y Ap. 16:19. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un
estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras
canónicas (p. 417).
Nota: Chilton dice sobre Ap. 16:1
La orden que autoriza los juicios es dada
por una voz desde el templo, subrayando nuevamente el origen tanto divino como
eclesiástico de estas terribles plagas (Ap. 15:5-8).
·
"Los juicios de las copas son el desbordamiento de
la ira de Dios, que brota en llamaradas y llena su templo, una visita o
presencia concedida en respuesta a las oraciones de los santos".
·
A los
siete ángeles se les dice que derramen las copas de
la ira de Dios:
·
La
Septuaginta usa este verbo (ekcheo) en las instrucciones para que el sacerdote
derrame la sangre del sacrificio alrededor de la base del altar (Lev. 4:7, 12, 18, 25, 30, 34;
8:15; 9:9).El término se usa en Ezequiel con referencia a la fornicación
del Israel apóstata con los paganos (Eze. 16:36; 23:8), al hecho de que Israel ha derramado sangre
inocente por medio de la opresión y la idolatría (Eze. 22:3-4, 6, 9, 12, 27), y a la amenaza de
Dios de derramar su ira sobre Israel (Eze. 14:19; 20:8, 13, 21; 21:31).
·
En el Nuevo Testamento, se usa de manera similar en
contextos paralelos a temas principales en Apocalipsis: el derramamiento del
vino (Mat. 9:17; Mar. 2:22;
Luc. 5:37), el derramamiento de la sangre de Cristo (Mat. 26:28; Mar. 14:24; Luc. 22:20),
el derramamiento de la sangre de los mártires (Mat. 23:35; Luc. 11:50; Hech. 22:20; Rom. 3:15),
y el derramamiento del Espíritu (Hech. 2:17-18, 33; 10:45; Rom. 5:5; Tito 3:6; comp. Joel 2:28-29; Zac.
12:10).
·
Todas estas diferentes
asociaciones están en el trasfondo del derramamiento de las plagas sobre la
tierra que ha vertido la sangre de Cristo y de sus testigos, el pueblo que ha
resistido y ha rechazado al Espíritu: Los viejos
odres de Israel están a punto de reventar. Chilton. Días
de Retribución.
Ap.
16.2 (RVR95) Fue el primero
y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su
imagen.
Ap.
16.2 (DHH) El primer ángel
fue y vació su copa sobre la tierra; y a toda la gente que tenía la
marca del monstruo y adoraba su imagen, le salió una
llaga maligna y dolorosa.
Nota: La primera copa:
Ulcera maligna y pestilente.
Nota: La copa de Ira no es sobre los creyentes, es sobre los que tiene la
marca del monstruo (la bestia).
Nota: Terry comenta que:
·
El primero
... una llaga ruidosa y grave: aunque el primer
cuenco se vertió directamente en la tierra, lo que corresponde a la primera
trompeta (Ap. 8:7),
resultó como las cenizas y el pequeño polvo de la tierra de Egipto al producir
un llaga malaria o úlcera (ἕλκος), sobre los hombres que tenían la marca de la
bestia.
·
En esto fue como la sexta plaga
egipcia (Ex. 9: 8-10),
que trajo forúnculos y heridas al hombre y la bestia y
atormentó a los magos, así como a todos los demás egipcios.
·
La primera trompeta fue seguida
por granizo y fuego, mezclados con sangre que,
como la séptima plaga de Egipto (Ex. 9: 22–25), hirió la tierra, la hierba y el árbol.
·
Pero en
ambos casos, la esfera de operación era la tierra, a diferencia del mar, las aguas, el
abismo y los cielos. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un
estudio (p. 418).
Nota: Chilton comenta:
Ap. 16:2 Al
derramar el primer ángel su copa sobre la tierra, viene una úlcera maligna y
pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y adoraban su
imagen.
·
Las úlceras son una adecuada
retribución por la apostasía, "un espantoso
sello para vengar la marca de la bestia", como si la marca se hubiese "convertido en una infección letal".
·
Así como Dios había hecho
brotar úlceras sobre los impíos egipcios, adoradores del estado, perseguidores
de su pueblo (Ex. 9:8-11),
también está enviando plagas sobre estos adoradores de la bestia en la tierra
de Israel - el pueblo del pacto, que
ahora se ha convertido en perseguidor egipcio de la Iglesia.
·
Esta plaga es específicamente
mencionada por Moisés en su lista de las maldiciones del pacto por la idolatría
y la apostasía:
"Jehová te herirá con la úlcera de
Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado... Te
herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la
planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado" (Deut. 28:27, 35).
·
Chilton.
(p. 398). Días de Retribución.
Ap.
16.3 (RVR95) El segundo ángel derramó su
copa sobre el mar, y este se convirtió en sangre
como de muerto, y murió todo ser viviente que había en el mar.
Ap.
16.3 (RVR95) El segundo ángel derramó su copa sobre el
mar, y este se convirtió en sangre como de muerto,
y murió todo ser viviente que había en el mar.
Nota: La segunda copa: Sangre en el mar.
Nota: Terry comenta: El segundo ... en el mar ... sangre.
·
Esta plaga y la siguiente
resultan en la misma calamidad que la primera plaga egipcia (Ex. 7:19–21), y está en notable analogía con
los efectos que siguieron al sonido de la segunda trompeta (Ap. 8:8, 9)
·
Pero la aflicción de la
trompeta afectó solo a una tercera parte del mar y
sus criaturas; esto afecta a todo el mar,
por lo que todos los seres vivos en él murieron.
·
Otra característica notable fue
que el mar se convirtió en sangre como un hombre
muerto; es decir, dice Düsterdieck, "no es un gran charco de sangre, como el
de muchos muertos, pero la horrible realidad aumenta
porque el mar parece la
sangre coagulada y ya
putrefacta de un hombre muerto". Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: (p. 418
Nota: Chilton Ap. 16:3
El segundo ángel derrama su copa en el mar, y se convierte en sangre, como en
la primera plaga de Egipto (Ex.
7:17-21) y la segunda trompeta (Ap. 8:8-9).
·
Esta vez, sin embargo, la
sangre no corre a torrentes, sino que es como la de un muerto: espesa, coagulada, y putrefacta.
·
La sangre se menciona cuatro
veces en este capítulo; cubre la faz de Israel, derramándose sobre los cuatro
rincones de la tierra. Chilton. (P. 398-399). Días de Retribución.
Nota: Chilton: Aunque el significado principal
de esta plaga es simbólico, y se refiere a la inmundicia de la sangre y la
muerte (comp. Lev. 7:26-27;
15:19-33; 17:10-16; 21:1; Num. 5:2; 19:11-19), tiene estrechos paralelos
con los sucesos reales de la gran tribulación.
En una ocasión, miles de rebeldes judíos
huyeron al mar de Galilea de la masacre ejecutada por los romanos en Tariquea.
Echándose al lago en pequeños y frágiles botes, pronto fueron perseguidos y
alcanzados por las fuertes barcas de las fuerzas superiores de Vespasiano.
Luego, como cuenta Josefo, fueron
masacrados sin piedad:
"Los judíos no podían escapar a tierra,
donde todos estaban armados contra ellos, ni librar una batalla naval en
igualdad de condiciones...El desastre les alcanzó, y fueron enviados al fondo,
botes y todo. Algunos trataron de romper el cerco, pero los romanos les
alcanzaron con sus lanzas, y a otros los mataron saltando sobre las barcas y
traspasándoles los cuerpos con sus espadas; algunas veces, al acercarse las
barcas, los judíos quedaban atrapados en medio, y eran capturados junto con sus
embarcaciones. Si alguno de los que se habían lanzado al agua salían a la
superficie, eran despachados rápidamente con una flecha, o una barca los
alcanzaba; si, en su desesperación, trataban de subirse a las barcas de sus
enemigos, los romanos les cortaban la cabeza o las manos. Así morían estos
desgraciados en ambos lados en incontables números y de todas las formas
posibles, hasta que los sobrevivientes eran derrotados y empujados hasta la
orilla, sus botes rodeados por el enemigo. Al lanzarse sobre ellos, muchos eran
alanceados mientras estaban todavía en el agua; muchos saltaban a tierra, donde
eran muertos por los romanos.”
"Uno podía
ver el lago entero manchado de sangre y atestado de cadáveres, pues ni un solo
hombre escapó. Durante los días que siguieron, un horrible hedor flotaba sobre
la región, y ésta presentaba un espectáculo igualmente horripilante. Las playas
estaban llenas de botes destruidos y cadáveres hinchados, los cuales, calientes
y pegajosos por la descomposición, contaminaban el aire de tal modo que la
catástrofe que sumergió a los judíos en lamentación repugnaba aun a los que la
habían causado".
Chilton. (p. 399-400). Días de Retribución.
Ap.
16.4 (RVR95) El tercer
ángel derramó su copa sobre los
ríos y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
Ap.
16.4 (DHH) El tercer ángel vació su copa
sobre los ríos y manantiales, y se volvieron sangre.
Nota: La
tercera copa (Ap. 16:4-6):
Sangre en los ríos y manantiales.
Nota: Terry comenta: El tercero ... ríos y fuentes ... sangre.
Esta tercera plaga mantiene la misma
distinción entre el mar y los ríos y fuentes como se observó en la tercera
trompeta (Ap. 8:10, 11);
pero mientras que el resultado de la tercera trompeta fue amargar las aguas
para causar la muerte de los que bebieron, la tercera plaga, como la segunda, convierte las aguas en sangre. Esta diferencia fue
diseñada, como se ve en lo que se agrega en los versículos 5–7; porque en toda
esta sangre "el ángel de las aguas"
reconoce la justa retribución por "la sangre de
los santos y profetas". Terry, M. S. (1898). Apocalípticos
bíblicos: (págs. 418–419).
Nota:
Chilton comenta: Ap.
16: 4-7
·
La plaga de la tercera copa se
parece más directamente a la primera plaga egipcia (y a la tercera trompeta:
comp. Ap. 8:10-11),
porque afecta a los ríos y a las fuentes de las aguas, convirtiendo en sangre
el agua de beber.
·
A través de las Escrituras, el
agua es símbolo de vida y bendición, comenzando por la historia de la creación
y el jardín de Edén.
·
En esta plaga, las bendiciones del Paraíso se invierten y se convierten en
pesadilla; lo que una vez fue puro y limpio se contamina y se vuelve
inmundo a causa de la apostasía. Chilton. (p. 400). Días de Retribución.
Ap.
16.5-6 (RVR95) Y oí que el
ángel de las aguas decía: «Justo eres
tú, Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.
6 Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de
los profetas, también tú les has dado a beber sangre, pues se lo merecen».
Ap.
16.5-6 (DHH) Luego oí que el ángel de las aguas decía: “Tú
eres justo por haber juzgado así, oh Dios santo, que eres y que eras, 6 porque ellos derramaron la sangre de tu pueblo santo y de los profetas, y ahora tú les has dado a beber
sangre. ¡Se lo han merecido!”
Nota: El
ángel de las aguas:
·
Dios es justo en su ira sobre
los que mataron su pueblo santo y los profetas.
·
Dios es justo en su juicio a
“beber sangre”.
Nota: Terry comenta sobre Ap. 16:5:
·
El
ángel de las aguas: todo en la visión
apocalíptica parece tener un ángel superintendente, pero el ángel debe
concebirse como la personificación ideal de lo que representa. Como el ángel de
una iglesia no es más que una figura para la iglesia misma, el ángel de las aguas no es más que una
personificación de las aguas mismas. Es como si las mismas aguas clamaran en
reconocimiento de los justos juicios de Dios.
·
Eres
justo: comp. Salmo 19:9. Como es habitual en la descripción
de la alabanza, el lenguaje está compuesto por selecciones selectas de las
expresiones actuales de adoración devota. Comp. Ap. 15:3, 4.
·
Así
juzga: O, porque
juzgaste estas cosas, a saber, este juicio de sangre, porque parecía una
retribución tan apropiada por la sangre derramada de los santos. Terry, M. S.
(1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (págs. 418–419).
Nota: Terry sobre Ap. 16:6.
·
Derramaron
la sangre de los santos: ¿Quiénes son ellos que
derramaron esta sangre de los santos y profetas? La respuesta inconfundible es:
los que están representados por la mujer de Ap. 17:6,
que estaba "borracha con la sangre de los
santos y con la sangre de los testigos de Jesús", es decir,
"Babilonia la grande" (Ap. 14:8; 16:19),
cuyo juicio está simbolizado en todas estas plagas.
·
Y les
diste sangre para beber: cumpliendo la profecía
de Jesús contra la Jerusalén asesina, "que mata a los profetas y apedrea a
los que le son enviados" (Mateo 23:34–37).
·
Dignos
son ellos: es decir, ricamente merecedores de
tal retribución sangrienta, y por lo tanto se dijo que sobre ellos vendría
"toda la sangre justa derramada sobre la tierra"
(Mateo 23:35). Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 419).
Nota: Chilton comenta que:
Por lo tanto, hay un "ángel de las aguas";
él junto con toda la creación personal de Dios, se regocija por el justo
gobierno de Dios sobre el mundo.
·
La estricta justicia de Dios,
resumida en el principio de lex talionis,
se evidencia en este juicio; el castigo corresponde al crimen. Derramaron la
sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre.
·
Como hemos visto, el crimen
característico de Israel fue siempre el asesinato de los profetas (2 Crón. 36:15-16; Luc. 13:33-34;
Hech. 7:52): Jesús mencionó este hecho como la razón específica de por
qué la sangre de los justos sería derramada en el juicio sobre aquella
generación (Mat. 23:31-36).
Chilton. (p. 401). Dias de Retribucion.
Ap.
16.7 (RVR95) También oí a otro,
que desde el altar decía: «¡Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus
juicios son verdaderos y justos!».
Ap.
16.7 (DHH) Oí también que el
del altar decía: “Sí, oh Señor, Dios todopoderoso, tú has juzgado con
verdad y rectitud.”
Nota: Desde el altar: El Señor ha juzgados con verdad y rectitud.
Nota: Terry comenta que en Ap. 16:7.
·
Escuché
decir al altar: lo mismo que si hubiera escrito al
ángel del altar, porque en este simbolismo el uno representa al otro, ya que el
"ángel de las aguas" en el
versículo 5 anterior es el mismo que las aguas mismas.
·
Las aguas no solo claman en
alabanza a los juicios verdaderos y justos de Dios,
sino que el altar en el que se median las oraciones de todos los santos (Ap. 8:3-5) pronuncia el
mismo reconocimiento ante el Señor Dios, el Todopoderoso.
·
Compare las voces del altar en Ap. 9:13 y Ap. 14:18. Terry,
M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (p. 419).
Nota: Chilton dice: Uniéndose al ángel en
alabanza viene la voz del altar mismo, donde la sangre de los santos y de los
profetas había sido derramada.
·
El altar se regocija: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso,
tus juicios son verdaderos y justos.
·
Los santos reunidos alrededor
del altar habían clamado pidiendo justicia y venganza de sus opresores (Ap. 6:9-11). En la destrucción de Israel, esa oración es contestada; los
testigos son vindicados.
·
Es más que coincidencia que
estas oraciones en los versículos 5-7 (junto con el texto del cántico de Moisés
en 15:3-4) en realidad están "basadas en el
cántico de los sacerdotes y los levitas durante el intervalo entre la
preparación y la ofrenda del sacrificio".
·
Irónicamente - tal como Dios mismo
se está preparando para el holocausto total del año 70 d. C. - los mismos
ángeles del cielo cantaban contra el Israel apóstata su propia liturgia. Chilton.
(p. 401). Días de Retribución.
Ap.
16.8-9 (RVR95) El cuarto ángel derramó su
copa sobre el sol, al cual le fue permitido quemar a los hombres con fuego. 9 Los hombres fueron
quemados con el gran calor y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder
sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
Ap.
16.8-9 (DHH) El cuarto ángel vació su
copa sobre el sol, y se le dio al sol poder para quemar con fuego a la gente. 9 Y todos quedaron
terriblemente quemados; pero no se volvieron a Dios ni lo alabaron, sino que
dijeron cosas ofensivas contra él, que tiene poder sobre estas calamidades.
Nota: La cuarta copa: El sol quema los hombres.
Nota: Resultados del copa.
·
Quedaron terriblemente quemaos.
·
Pero todavía no se volvieron a
dios.
·
No Alabaron a dios.
·
Dijeron cosas ofensivas contra
Dios.
·
No se arrepintieron.
Nota: Terry comenta sobre Ap. 16:8-9.
·
El cuarto
... sobre el sol: Compare el resultado de la cuarta
trompeta (Ap.8:12).
·
En la trompeta, otras
luminarias fueron golpeadas y la tercera parte se oscureció, pero el objetivo
de esta plaga era quemar a los hombres con fuego.
·
Esto fue lo opuesto directo a
la novena plaga de Egipto (Ex. 10: 21-23),
pero ambos fueron adaptados para producir horror y tormento, y el resultado del juicio fue que los atormentados blasfemaron
el nombre del Dios que ha El poder sobre estas plagas.
·
Compare la impenitencia correspondiente de
aquellos "que no fueron asesinados con estas
plagas" (en Ap. 9:20, 21). Terry,
M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (págs. 419–420).
Nota: Chilton Ap. 16:8-9
·
El cuarto ángel ahora derrama
su copa sobre el sol, al cual le es dado quemar a los hombres con fuego.
·
Mientras que la cuarta trompeta
resultó en una plaga de tinieblas (Ap. 8:12), ahora el calor del sol aumenta, de modo que los
hombres son quemados con un gran fuego.
·
También esto es una inversión
de una bendición de pacto que estaba presente en el Éxodo, cuando Israel fue
protegido del calor del sol por la Nube de Gloria, la Sombra del Todopoderoso (Ex. 13:21-22; comp. Sal. 91:1-6).
Chilton. (p. 402). Días de Retribución.
Nota: Chilton dice: Los apóstatas
rehusan someterse al señorío de Dios sobre ellos.
·
Como la bestia, cuya cabeza
está coronada de "nombres de blasfemia" (Ap. 13:1) y cuya imagen
adoran, los hombres blasfemaron el nombre del Dios que tiene poder sobre estas
plagas.
·
Y, como el impenitente Faraón
(comp. Ex. 7:13, 23; 8:15, 19, 32; 9:7, 12, 34-35;
10:20, 27; 11:10; 14:8), no se arrepintieron para darle gloria.
·
Israel se ha
convertido en Egipto, endureciendo su corazón; y, como
Egipto, será destruído. Chilton. (p. 404). Dias de Retribucion.
Ap.
16.10-11 (RVR95) El quinto ángel derramó
su copa sobre el trono de la bestia, y su reino se cubrió de tinieblas. La gente se mordía la lengua por causa del dolor 11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus
dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de
sus obras.
Ap.
16.10-11 (DHH) El quinto ángel vació su
copa sobre el trono del monstruo, y su reino quedó en oscuridad. La gente se mordía la lengua de dolor; 11 pero ni
aun así dejaron de hacer el mal, sino que a causa de sus dolores y sus llagas dijeron cosas ofensivas contra el Dios del cielo.
Nota: La quinta copa: ¡Sobre el trono de la bestia!
Nota: Terry sobre Ap. 16:10-11.
·
El
quinto ... sobre el trono de la bestia: Compare
la quinta trompeta y los tormentos que le siguieron (Ap. 9: 1–11). Las langostas atormentadoras, que
salieron del "pozo del abismo",
tienen un rey sobre ellas cuyo nombre es Abaddon y Apollyon.
·
Este rey del abismo no es otro
que el gran dragón rojo de Ap.
12:3, "el que se llama el Diablo y
Satanás" (Ap.
12:9), y "dio su poder y su trono y gran
autoridad" a la bestia que salió del mar (Ap. 13:2)
·
Ahora, al derramarse el quinto
cuenco de ira, su reino se oscureció, y el consiguiente tormento fue aún peor
que el causado por la novena plaga egipcia, que trajo una densa oscuridad sobre
todo el reino de Faraón (Ex.10:
21 –23).
·
Al ser derramado sobre el trono
de la bestia, este cuenco de ira parece haber atormentado al mismo Satanás y a
sus ángeles caídos, así como a todos los súbditos de su poder infernal (comp. Mat. 8:29; Marcos 1:24; 5:7)
·
Se
mordieron las lenguas por el dolor: esto se refiere a todos aquellos súbditos de Satanás y la bestia, a
quienes se les había entregado para creer una mentira y que persistieron en su
impiedad a pesar de todas las advertencias y juicios anteriores. Al derramar la
sangre de los santos (Ap. 16:6)
habían infligido muchas y grandes torturas; ahora son visitados con
tormento demoníaco.
·
Blasfemó
al Dios del cielo: como las víctimas de la
plaga precedente (Ap. 16:9).
·
Debido
a sus dolores y llagas: cada plaga adicional
parece aumentar los dolores y las llagas (comprar con Ap. 16:2) de todo lo anterior. Para estas siete
últimas plagas, como las de Egipto, aumenta el poder a medida que avanzan, y no
se permite un respiro entre los golpes sucesivos.
·
No se
arrepintió: sus corazones, como el corazón del faraón,
se endurecieron y se volvieron impenitentes. Se habían endurecido
persistentemente hasta convertirse en "vasijas de ira preparadas para la
destrucción". Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un
estudio (p. 420).
Nota: Chilton Ap. 16:10-11 Aunque, a través del Apocalipsis,
la mayoría de los juicios está dirigida específicamente al Israel apóstata, los
paganos que se unen a Israel contra la Iglesia caen bajo condenación también.
·
En realidad, la Gran
Tribulación misma demostraría ser "la hora de
la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran
sobre la tierra" (Ap.3:10).
·
Por lo tanto, el quinto ángel
derrama su copa sobre el trono de la bestia; y al quemar el sol a los que
adoran a la bestia, las luces se apagan sobre su reino, y éste se oscurece - un
conocido símbolo bíblico de turbulencia política y la caída de gobernantes
(comp. Is. 13:9-10); Amós
8:9; Ez. 32:7-8).
·
El significado principal de
esta plaga es todavía el juicio sobre Israel, porque (en términos del mensaje
de Apocalipsis) ése era el trono y el reino de la bestia.
·
Además, como veremos, se dice
que la gente que sufre a causa de la quinta copa sufre también a causa de la
primera copa, que fue derramada sobre la tierra, sobre los israelitas
adoradores de la bestia (v. 2). Chilton. (405). Dias de Retribucion.
·
Sin embargo, es probable que
este juicio corresponda parcialmente a las guerras, las revoluciones, los
disturbios, y las "convulsiones mundiales" que sacudieron el imperio después de que Nerón
se suicidó en junio del año 68.
·
En relación con esto, F. W.
Farrar escribe sobre "los horrores infligidos a Roma y los romanos en
las gueras civiles por los gobernadores provinciales - ya simbolizados como los
cuernos de la bestia, y caracterizados aquí como reyes pero sin reinos. Eran
Galba, Oto, Vitelio, y Vespasiano. Vespasiano y Muciano deliberadamente planearon
matar de hambre al populacho romano; y
en la feroz lucha de los vitelianos contra Sabino y Domiciano, y la masacre que
siguió, ocurrió el suceso que resonaba tan portentosamente en los oídos de todo
romano - el templo de Júpiter capitolino ardió hasta el suelo el 19 de
diciembre del año 69 d. C. No fue la menor de las señales de los tiempos el
hecho de que el espacio de un año vio envueltos en llamas a dos de los más
venerados santuarios del mundo antiguo - el templo de Jerusalén y el templo del
gran dios latino" Chilton. Dias de Retribucion.
Sexta Plaga: Ap. 16:12-16
Ap.
16.12 (RVR95) El sexto ángel derramó su
copa sobre el gran río Éufrates, y el agua de este
se secó para preparar el camino a los reyes del oriente.
Ap.
16.12 (DHH) El sexto ángel vació su copa
sobre el gran río Éufrates, y el agua del río se
secó para dar paso a los reyes que venían de oriente.
Nota: La sexta copa: Libre paso de los ejércitos. Ap. 16:12-16
Nota: Terry Ap. 16:12.
·
El sexto
... sobre el gran río Eufrates: Compare la sexta trompeta y los ejércitos del Eufrates que convocó
para una guerra destructiva (Ap.
9:13-19).
·
El significado simbólico de
Eufrates es el mismo aquí que en Ap.9:14.
·
Las imágenes se cambian aquí
para ajustarse a otro punto de vista.
·
En lugar de cuatro ángeles
atados con sus inmensas huestes, y desatados por el mandato divino, tenemos el
agua del gran río seca, para que el camino esté preparado para los reyes que
vienen del amanecer.
·
Por lo tanto, el procedimiento
de estos reyes está tan verdaderamente bajo el control divino como la marcha de
Israel a través del Mar Rojo y el Jordán (comp. Jos. 4:23, 24).
·
Como el asirio fue empleado como la
vara de la ira de Jehová para ejecutar su ira sobre una nación hipócrita (Is. 10:5-6), así son estos reyes
desde el amanecer para ejecutar como un juicio sobre la misma nación, ahora
completamente apóstata y condenada. al terrible castigo aquí retratado.
·
Los reyes y los ejércitos que
marcharon desde el Lejano Oriente hacia el Oeste, naturalmente, se hablaría de
la salida del sol, y deben cruzar el Éufrates en su marcha hacia el oeste.
·
La analogía y la auto
consistencia del simbolismo requieren que, aunque en cierto sentido sean "los reyes del mundo entero" (Ap. 16:14), marchan desde
ese barrio de donde vinieron los reyes y ejércitos más terribles que los de la
antigua tierra desolada de Israel. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 421).
Nota: Chilton Ap. 16:12 En correspondencia con
la sexta trompeta (Ap. 9:13-21),
la sexta copa es derramada sobre el gran río, el Éufrates; y el agua de éste se
secó, para que estuviese preparado el camino para los reyes del oriente.
·
Como vimos en Ap. 9:14, el Éufrates era
la frontera norte de Israel, de la cual venían los ejércitos invasores para
asolar y oprimir al pueblo del pacto.
·
La imagen del secamiento del
Éufrates a favor de un ejército conquistador está tomada en parte de una
estratagema de Ciro el persa, que conquistó a Babilonia desviando temporalmente
al Éufrates de su curso, permitiendo que su ejército marchara por el lecho del
río en dirección opuesta a su curso y entrara en la ciudad, tomándola por
sorpresa.
·
Por supuesto, la idea básica es
el secamiento del Mar Rojo (Ex.
14:21-22) y del río Jordán (Josué 3:9-17; 4:22-24) para el victorioso pueblo de Dios.
·
Nuevamente está allí la nota
subyacente de una ironía trágica: Israel se ha convertido en la nueva
Babilonia, un enemigo de Dios que ahora debe ser conquistado por un nuevo Ciro,
al ser milagrosamente librado y traído a su herencia el verdadero pueblo del
pacto.
·
Como observa Barrington, la
llegada de los ejércitos desde el Éufrates "seguramente
no representa sino el regreso de Tito para sitiar a Jerusalén con refuerzos
adicionales"; y es
ciertamente más que coincidencia que miles de estos mismos soldados realmente
venían del Éufrates". Chilton.
(p. 407). Dias de Retribucion.
Ap.
16.13-14 (DHH) Vi que de la boca del dragón, de la boca
del monstruo y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus impuros en
forma de ranas. 14 Son espíritus de
demonios, que hacen señales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo
para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Ap.
16.13-14 (RVR95) Vi salir de la boca del dragón, de la
boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos
semejantes a ranas. 14 (DHH)
Eran espíritus de demonios, que hacían señales milagrosas y salían a reunir a
todos los reyes del mundo para la batalla del gran día del Dios todopoderoso.
Nota: Tres bocas y tres espíritus
impuros en forma de ranas.
Nota: Espíritus de demonios: Hace señales
Nota: Terry sobre Ap.16:13-14.
·
Tres
espíritus inmundos como ranas: como muchas de estas
plagas muestran una referencia manifiesta a las plagas de Egipto, tal vez
podamos ver en esta mención de las ranas una alusión a la segunda plaga egipcia
(Ex. 8:5-6). Pero la
alusión es, a lo sumo, solo incidental.
·
Los espíritus inmundos
constituyen una trinidad al proceder del dragón, la bestia y el falso profeta,
cada uno representado por un espíritu y, sin embargo, los tres están "unidos en una concordia demoníaca".
·
El falso
profeta: No es más que otro nombre para la segunda
bestia fuera de la tierra (Ap.
13:11), y así llamado a causa de las señales y enseñanzas engañosas que
se le atribuyen en Ap. 13:13-14.
·
Se dice que “la trinidad de las fuerzas satánicas” son
espíritus de demonios, signos de trabajo, que salen sobre los reyes de todo el
mundo, para reunirlos en la guerra.
·
Aquí vemos una alusión obvia a
la visión de Micaías, que vio "un
espíritu mentiroso" salir y hablar por boca de los falsos
profetas de Acab, persuadiendo a los reyes para emprender una guerra desastrosa
(1 Reyes 22:19–23).
·
Porque aunque esta guerra del
gran día de Dios, el Todopoderoso, sea un medio de derramar un tazón de ira
sobre sus enemigos, su sabiduría y poder infinitos pueden emplear la agencia de
demonios y huestes militares para ejecutar sus juicios punitivos.
·
El gran
día de Dios es cualquier día en el que ejecuta los juicios temerosos de su poder
todopoderoso sobre los hombres y las naciones malvadas. Comp. Joel 2:1, 11, 31; Es. 13:6, 9;
Zeph 1:14-18; Amós 5:18.
·
Este fue el gran día de ira presagiado por
Jesús en la parábola del matrimonio del hijo del rey, cuando "el rey se enojó, y envió sus ejércitos y destruyó a esos
asesinos, y quemó su ciudad" (Mateo 22:7) Estos reyes son los mismos que se
describen más particularmente en Ap. 17:16-17. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (págs. 421–422).
Nota: Chilton Ap.
16:13-14 Ahora Juan ve tres espíritus inmundos que salen de la boca del dragón, de
la boca de la bestia y de la boca del falso profeta (la bestia que subía de la
tierra en Ap. 13:11; comp. Ap. 19:20).
·
Se establece aquí una relación
con la segunda plaga egipcia, porque la multitud de ranas que infestaron a
Egipto venían del río (Ex. 8:1-7).
·
St. Juan ha combinado estas
imágenes en estos versículos: Primero, una invasión desde un río (vers.
12); segundo, una plaga de ranas (en las leyes alimenticias del Antiguo
Pacto, las ranas son inmundas: Lev. 11:9-12, 41-47).
·
Pero estas "ranas"
son en realidad espíritus de demonios, que hacen señales para engañar a la
humanidad. Aquí hay nuevamente un énfasis múltiple sobre el dragón (imitado por
sus cohortes) que arroja cosas por la boca (comp. Ap.
12:15-16; 13:5-6); contrástese con Ap. 1:16;
11:5; 19:15, 21); y la triple repetición de la boca sirve aquí también
como otro punto de contacto con la sexta trompeta (Ap.
9:17-19).
·
Estos espíritus inmundos del
diablo, el gobierno romano, y los dirigentes de Israel, salen a los reyes del
mundo entero (comp. Sal. 2) para reunirlos para la batalla del gran día de
Dios.
·
Por medio de su falsa profecía
y obras milagrosas, incitan a los ejércitos del mundo a unirse en guerra contra
Dios.
·
De lo que no se dan cuenta es
de que la batalla es del Señor, y de que los ejércitos están siendo traídos
para cumplir los propósitos de Dios, no los de ellos.
·
Es Él quien prepara el camino para
ellos, aun secando el río Éufrates para que pasen. Chilton. (p. 405). Días
de Retribución.
Ap.
16.15 (RVR95) «Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el
que vela y guarda sus vestiduras, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza».
Ap.
16.15 (DHH) “Miren, yo vengo como el ladrón. Dichoso el
que se mantiene despierto y conserva su ropa, para que no ande desnudo y se vea
la vergüenza de su desnudez.”
Nota: Vengo como ladrón: Inesperado.
Nota: Terry: Ap. 16:15.
·
He
aquí, vengo como ladrón: Comp. Ap. 3:3; Mat. 24:42–44; Lucas 12:35–40; 1 Tes. 5:2.
·
Bienaventurado
el que mira: Un eco de Matt. 24:46 y Lucas 12:37.
·
Guarda
sus vestiduras: como se sugiere en Ap. 3:18 y Ap. 7:9, 14;
comp. Ap. 22:14. Si
no se observan y no se manchan sus prendas, se expondrá a la desnudez y la
vergüenza ante la venida del Señor.
·
¡Este
versículo es un paréntesis! La naturaleza de una advertencia
ocasionada por la mención del "gran día de Dios
Todopoderoso" (Ap.
16:14).
·
Compare la exclamación en la
profecía de Jacob inmediatamente después de la mención de Dan como una
serpiente, mordiendo los talones del caballo y arrojando al jinete (Gen 49:18). Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 422).
Nota: Chilton sobre Ap. 16:15
·
La narración se interrumpe
súbitamente: He aquí, vengo como ladrón. Este es el tema central del Libro de
Apocalipsis, y que resume las amonestaciones de Cristo a las iglesias en las
siete cartas (comp. Ap. 2:5, 16, 25; 3:3, 11).
·
En realidad, la llegada de los
ejércitos romanos será la venida de Cristo en terrible ira contra sus enemigos,
los que le han traicionado y muerto a sus testigos.
·
Las palabras y las imágenes
específicas parecen estar basadas en la carta a la iglesia de Sardis: "Vendré sobre tí como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré
sobre tí" (Ap. 3:3; comp. Mat.
24:42-44; Luc. 12:35-40; 1 Tesa. 5:1-11).
·
Esa carta dice también: "Sé
vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado
tus obras perfectas delante de Dios... Pero tienes unas pocas personas en
Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras
blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas..."
(Ap. 3:2, 4-5). Chilton. (p. 408). Dias
de Retribucion.
·
De manera similar, continúa el
texto de la sexta copa, en la tercera bienaventuranza del Apocalipsis: Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no
ande desnudo, y vean su vergüenza (comp. Ap. 3:18, en la carta a Laodicea: "Te aconsejo que de mí compres... vestiduras blancas para
vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez").
·
John Sweet comenta: "Aquí el tiempo verbal de andar desnudo y ser visto
es el presente de subjuntivo - 'andar desnudo habitualmente'. El peligro es el
de ser sorprendido con la guardia abajo, no momentánea, sino habitualmente -
para ponerlo crudamente, no con los panttalones abajo, sino absolutamente sin
pantalones".
·
Philip Barrington explica el origen de la alusión de Juan: "Había un oficial de
guardia en el templo cuyo oficio consistía en ir de un lado para otro y
asegurarse de que los centinelas permaneciesen despiertos; si les encontraba
dormidos, les azotaba; si les encontraba en lo mismo la segunda vez, les
quemaba la ropa. Esta es la única explicación posible de este pasaje.
Significa: Ahora es el momento para que los centinelas del templo permanezcan
despiertos. Por supuesto, todo el simbolismo de la sexta fuente, de la cual
esto es parte, tiene que ver con un ataque contra el templo".
·
El juicio y la destrucción se
acercan rápidamente; no hay tiempo que perder. Las iglesias deben estar
despiertas y alertas. Chilton. (p. 410). Dias de Retribucion.
Ap.
16.16 (RVR95) Y los reunió en el lugar que en hebreo se
llama Armagedón.
Ap.
16.16 (DHH) Y reunieron a los reyes en el lugar que en
hebreo se llama Harmagedón.
Nota: Terry nota que:
·
Se
reunieron: el tema del verbo es el mismo que el
de salir (ἐκπορεύεται) en el versículo 14, a saber, los espíritus inmundos, que
salen a reunir (συναγαγεῖν) a los reyes juntos. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 422).
Nota: Chilton: Ap. 16:16
La narración se reanuda: Los demonios congregan a los
reyes de la tierra al lugar que en hebreo se llama Armagedón.
·
Literalmente, esto se escribe
Har-Magedon, que significa el monte de Meguido.
·
Aquí surge un problema para los
"literalistas", porque Meguido es una ciudad sobre una llanura, no
una montaña.
·
Nunca
hubo ni habrá ninguna "batalla de Armagedón" literal, porque tal
lugar no existe.
·
La montaña más cercana a la
llanura de Meguido es el Monte Carmelo, y esto es presumiblemente lo que Juan
tenía en mente. Chilton. (n.d.). Dias
de Retribucion.
Nota: Chilton dice: ¿Por qué no dijo
simplemente Monte Carmelo?
·
Farrer contesta: "Uno sólo puede suponer que Juan quiere referirse a
Meguido y al Monte Carmelo al mismo tiempo" -
o
Carmelo, por su asociación con
la derrota de los falsos profetas de Jezabel, y Meguido, porque fue el
escenario de varios importantes combates militares en la historia bíblica.
Meguido está enumerada entre las conquistas de Josué (Josué 12:21), y es
especialmente importante como el lugar en que Débora derrotó a los reyes de
Canaán (Jud. 5:19).
o
El rey Ocozías de Judá, el
malvado nieto del rey Acab de Israel, murió en Meguido (2 Reyes 9:27).
o
Quizás el suceso más significativo
que tuvo lugar allí, en términos de las imágenes de Juan, fue la confrontación
entre el rey Josías de Judá y el Faraón egipcio Necao.
o
En deliberada desobediencia a
la Palabra de Dios, Josías se enfrentó a Necao en combate en Meguido y fue
herido mortalmente (2 Crón. 35:20-25).
o
Después de la muerte de Josías,
la espiral vertical hacia la apostasía, la destrucción, y la esclavitud fue
rápida e irrevocable (2 Crón. 36). Chilton. Días de Retribución.
Nota: Chilton dice: Los judíos se lamentaron
por la muerte de Josías, aun hasta el tiempo de Esdras (véase 2 Crón. 35:25), y el
profeta Zacarías usa esto como imagen del luto de Israel por el Mesías: Después
de prometer "destruir a todas las naciones que
vienen contra Jerusalén" (Zac. 12:9), dice Dios:
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre
los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a
quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose
por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto
en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el
valle de Meguido. Y la tierra lamentará, cada linaje aparte... (Zac.
12:10-11).
"Meguido"
era para Juan símbolo de derrota y desolación,
un "Waterloo" que significaba la derrota de los que se oponen a Dios,
como explica Farrer:
"En suma,
el monte de Meguido permanece en su mente como un lugar donde la profecía
mentirosa y sus embaucadores van a enfrentarse a su destino; donde los reyes y
sus ejércitos son llevados con engaño a su destrucción; y donde todas las
tribus de la tierra se lamentan de verle a Én en poder, aquél al que, en su
debilidad, habían traspasado". Chilton. (412). Dias de
Retribucion.
Ap.
16.17 (RVR95) El séptimo
ángel derramó su copa por el
aire. Y salió una gran voz del santuario del cielo, desde el trono, que decía:
«¡Ya está hecho!».
Ap.
16.17 (DHH) El séptimo
ángel vació su copa en el aire, y
desde el santuario salió una fuerte voz que venía del trono y decía: “¡Ya está hecho!”
Nota: La séptima copa: El
juicio de Dios sobre Jerusalén, es un hecho.
Nota: Terry: Ap. 16:17.
·
El
séptimo ... sobre el aire: el hogar elemental
de los relámpagos, voces y truenos, y la fuente del granizo a punto de caer
sobre los hombres. El sonido de la séptima trompeta fue seguido por "grandes voces en el cielo" anunciando el
comienzo del reinado de Cristo (Ap.
11:15); pero el sonido de esa trompeta se retrasó por la revelación de
muchas cosas que deben suceder antes del final.
·
Aquí, por el contrario, el plan
del escritor aún no es introducir la venida del reino de Cristo, sino
representar los juicios de señal por los cuales se consuma el final de la era
pre-mesiánica.
·
Los dos eventos fueron esencialmente
simultáneos, pero el simbolismo apocalíptico retrata primero la caída de
Babilonia la grande y muestra cuánto estuvo representado e implicado en el
hecho de que Dios "le dio la copa del vino de
la ferocidad de su ira".
·
Por lo tanto, la séptima plaga muestra el temible final de estos juicios,
y no es hasta después de que el escritor ha descrito ampliamente la caída de la
ramera sangrienta y después de que las multitudes en el cielo han cantado su
canción de aleluya sobre su justa retribución que el "Rey de reyes y señor de señores” avanza hacia sus
conquistas mundiales y la nueva Jerusalén desciende del cielo a la tierra.
·
Gran voz
desde el templo desde el trono: la misma voz que
había ordenado a los siete ángeles derramar los cuencos de ira.
·
Ya está
hecho: La finalización
de las siete plagas. Esta imagen del juicio séptuple ya está hecha. Terry,
M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (p. 424).
Nota: Chilton Ap. 16:17
Finalmente, el séptimo ángel derrama su
copa sobre el aire.
·
La razón de esto no parece ser
que el aire es el dominio de Satanás, "el príncipe de la potestad del
aire" (Ef. 2:2), sino más bien que es el elemento en el cual los
relámpagos y los truenos (v. 18) y el granizo (v. 21) han de producirse.
·
Nuevamente sale una voz del
templo en el cielo, desde el trono, significando el control y la aprobación de
Dios.
·
Juan nos dice en Ap. 15:1 que
estas siete plagas habrían de ser "las últimas,
porque en ellas la ira de Dios se ha consumado"; por lo tanto,
con la séptima copa, la voz proclama: Hecho está (comp. Ap. 21:6). Chilton.
Dias de Retribucion.
Ap.
16.18 (RVR95) Entonces hubo
relámpagos, voces, truenos y un gran temblor de tierra, un terremoto
tan grande cual no lo hubo jamás desde que los hombres existen sobre la tierra.
Ap.
16.18 (RVR95) Entonces hubo
relámpagos, voces, truenos y un gran temblor de tierra, un terremoto
tan grande cual no lo hubo jamás desde que los hombres existen sobre la tierra.
Nota: Chilton sobre Ap.
16:18:
·
Nuevamente aparecen los fenómenos
asociados con el día del Señor y la actividad hechora del pacto de la Nube de
Gloria: destellos de relámpagos y truenos y voces; y hubo un gran terremoto.
·
Siete veces en el Apocalipsis
menciona Juan un terremoto (Ap.
6:12; 8:5; 11:13; 11:19; 16:18), subrayando sus dimensiones de pacto.
·
Cristo vino a traer el
terremoto definitivo, el gran terremoto cósmico del Nuevo Pacto, un terremoto tan poderoso y tan grande cual no lo hubo jamás
desde que los hombres han estado sobre la tierra (comp. Mat. 24:21; Éx. 9:18; 24; Dan. 12:1; Joel 2:1-2). Chilton. Dias
de Retribucion.
Ap.
16.19 (RVR95) La gran ciudad
se dividió en tres partes y las
ciudades de las naciones cayeron. La gran Babilonia vino en memoria delante de
Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
Ap.
16.19 (DHH) La gran ciudad
se partió en tres, y las ciudades del mundo se derrumbaron; y Dios
se acordó de la gran ciudad de Babilonia, para hacerla beber el vino de su ira
terrible.
Nota: Terry –
·
La gran
ciudad se dividió en tres partes:
esta ciudad está aquí, como en otras partes del libro,
idéntica a Babilonia la grande. Ya un ángel apocalíptico ha anunciado su caída
(Ap. 14:8), pero el
esquema del libro contempla imágenes repetidas de su derrocamiento, y el
propósito de las repeticiones es el mismo que el sueño duplicado de Faraón (Gen 41:32). Terry, M. S.
(1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (p. 424).
·
La triple división del acto
simbólico de Ezequiel (Ezequiel
5:2–12) parece haber estado en la mente del escritor, porque esa era una
profecía contra Jerusalén, a quien Dios "puso
en medio de las naciones".
·
Porque, según el oráculo del
profeta, "ella ha transformado mis juicios en maldad más que las naciones
que la rodean ... Por lo tanto, los padres comerán a los hijos en medio de ti,
y los hijos comerán a sus padres; y te ejecutaré juicios ... Una tercera parte
de ti morirá con pestilencia, y con hambre serán consumidos en medio de ti; y
una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y esparciré una tercera parte
a todos los vientos, y sacaré una espada tras ellos ".
·
Así, en la plenitud de los tiempos, fue esta ciudad una vez
favorecida, habiéndose convertido en una abominable Babilonia, recordada ante
los ojos de Dios para darle la copa del vino de la ferocidad de su ira. Terry
(1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (p. 425).
Nota: Chilton Ap. 16:19
Como hemos visto, la gran ciudad es la
antigua Jerusalén, donde el Señor fue crucificado (Ap. 11:8; comp. Ap. 14:8); originalmente
designada para que fuera "la luz del mundo, una
ciudad asentada sobre una colina", ahora es una asesina
apóstata, condenada a perecer. Bajo el juicio de la séptima copa, ha de ser
dividida en tres partes.
·
Las imágenes se toman del
capítulo quinto de Ezequiel, en el cual Dios da instrucciones al profeta para
que represente un drama de la venidera destrucción de Jerusalén. Ezequiel debía rapar su cabeza con una navaja y luego dividir
cuidadosamente el cabello en tres partes:
Una tercera
parte quemarás a fuego en medio de la ciudad... y tomarás una tercera parte y
la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás
al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos. Tomarás también de allí
unos pocos en número, y los atarás en la falda de tu manto. Y tomarás otra vez
de ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí
saldrá el fuego a toda la casa de Israel. Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es
Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de
ellas. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las
naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon
mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. Por tanto, así ha
dicho Jehová: Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor
de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis
leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros
habéis andado. Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra tí;
sí, yo, y haré juicios en medio de tí ante los ojos de las naciones. Y haré en tí
lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus
abominaciones. Por eso, los padres comerán a los hijos en medio de tí, y los
hijos comerán a los padres; y haré en tí juicios, y esparciré a todos los
vientos todo lo que quedare de tí. Por tanto, vivo yo, dice Jehová, el Señor,
ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te
quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.
Un tercera parte de tí morirá de pestilencia y será consumida de hambre en
medio de tí; y una tercera parte caerá a espada alrededor de tí; y una tercera
parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada. (Eze. 5:1-12).
Chilton. Dias de Retribucion.
Aunque la imagen de Juan
de la división de la ciudad en tres partes está claramente tomada de Ezequiel,
la referencia específica puede ser la que conjetura Barrington:
"Esto se refiere a la división en tres facciones,
que se volvió aguda después del regreso de Tito. Mientras Tito sitiaba la
ciudad desde afuera, los tres dirigentes de las facciones rivales luchaban
ferozmente entre ellos desde adentro. De no haber sido por esto, la ciudad
podría haber evitado la derrota por largo tiempo, quizás hasta por tiempo
indefinido, porque ningún gran ejército podría sostenerse por mucho tiempo en
aquellos días cerca de Jerusalén: no había agua ni provisiones. Esta lucha
dentro de la ciudad la puso rápidamente en manos de Tito; 'los días fueron
acortados'". Chilton. Dias
de Retribucion.
Ap.
16.20-21 (RVR95) Toda isla huyó y los montes ya no
fueron hallados. 21 Del cielo cayó sobre los hombres
un enorme granizo, como del peso de un
talento. Y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del
granizo, porque su plaga fue sumamente grande.
Ap.
16.20-21 (DHH) Todas las islas y los montes
desaparecieron, 21 y del cielo cayeron sobre la
gente enormes granizos, que pesaban más
de cuarenta kilos, y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios
por la calamidad del granizo, porque fue un castigo muy grande.
Nota: Terry sobre Ap. 16:20. Todas las
islas huyeron ... no se encontraron montañas, metáforas
apocalípticas como las de Ap.
6:14, diseñado para producir una impresión de la terrible fuerza y la
ferocidad del juicio.
Nota: Terry sobre Ap. 16:21. Gran
saludo sobre el peso de un talento: el increíblemente grande tamaño
de estos granizos está en consonancia con la imagen metafórica del versículo
20.
·
El talento judío pesaba más de
cien libras troy, por lo que cada granizo debe ser concebido como un enorme
lanzador tan pesado como un hombre podría levantarlo. Compare la plaga egipcia
del granizo (Éxodo 9: 23–26).
·
En la declaración de que este
gran granizo desciende del cielo sobre los hombres, podemos ver una señal de
"la guerra del gran día de Dios, el Todopoderoso" (versículo 14
anterior).
·
Aquí hay una alusión a la
guerra en Gabaón, donde Jehová desconcertó a los enemigos de su pueblo, y
"los mató con una gran matanza ... y arrojó
grandes piedras del cielo sobre ellos" (Jos. 10:10-11).
·
Del mismo modo, las estrellas
del cielo lucharon contra Sísara y su ejército (Jue. 4:15; 5:20). Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 425).
Nota: Gentry nota que: John
presenta la dramática demanda del pacto contra Israel por su adulterio. El
castigo en la ley de Dios para el adulterio es la muerte (Lev. 20:10), que en
la ley bíblica es por lapidación.
·
Por lo tanto, somos testigos de
enormes granizos que llueven sobre Jerusalén en Apocalipsis 16:21: “Desde el
cielo, grandes granizos de aproximadamente cien libras [Gr. talantiaia,
talento, KJV] cada uno cayó sobre los hombres. Y maldijeron a Dios a causa de
la plaga del granizo, porque la plaga era muy terrible ".
·
Josefo registra su cumplimiento histórico en la catapulta romana de
Jerusalén: Las piedras que se echaron eran del peso de un talento [Gr.
talantiaia], y fueron llevados dos furlongs y más. El golpe que dieron no era
una forma de ser sostenido, no solo por aquellos que se pararon primero en el
camino, sino por aquellos que estaban más allá de ellos por un gran espacio. En
cuanto a los judíos, al principio vieron la llegada de la piedra, porque era de
color blanco. (Guerras 5.6.3) Gentry
(1998). Cuatro puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis (p. 73).
Nota: Chilton nota que: Ap. 16:20 En
este juicio final, todo falso refugio desaparece; las montañas y las rocas ya
no pueden ocultar a los impíos "del rostro de
aquél que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero" (Ap. 6:16): Y toda isla huyó, y los montes no
fueron hallados. Chilton. Dias de Retribucion.
Nota Chilton sobre Ap. 16:21 - Varias veces
hemos notado la estrecha relación entre Apocalipsis y la profecía de Ezequiel.
·
Aquí nuevamente hay un
paralelo: Ezequiel declara que los falsos profetas de Jerusalén traerían sobre
ella destrucción por medio de una violenta tormenta de granizo (Eze. 13:1-6).
·
Juan predice la misma suerte: Y
cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento
[100 lbs.]; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga de granizo;
porque su plaga fue sobremanera grande.
·
Como con las otras plagas, la
imagen ha sido tomada prestada de las plagas que Moisés trajo sobre Egipto (en
este caso, la séptima plaga: Éx.
9:18-26).
·
La plaga de granizo también
evoca asociaciones con "las grandes piedras del cielo" que Dios
arrojó sobre los cananeos cuando la tierra estaba siendo conquistada bajo Josué
(Josué 10:11); como
cantó Débora, las mismas estrellas del cielo hacen guerra contra los enemigos
de Dios (Jud. 5:20).
Puede que una historia referente a esta
"tormenta de granizo" haya sido
recordada por Josefo en su extraño relato de los enormes proyectiles de
piedra lanzados por las catapultas romanas contra la ciudad:
"Los proyectiles de piedra pesaban
un talento y viajaban cuatrocientos metros o más, y su impacto era enorme, no
sólo sobre los que eran golpeados primero, sino también sobre los que estaban
detrás. Al principio los judíos vigilaban la llegada de las piedras - porque
eran blancas - y su aproximación era indicada, visualmente, por su brillante
superficie, y audiblemente, por el zumbido que producían. Los centinelas
apostados en las torres daban aviso cada vez que la catapulta era accionada y
la piedra salía disparada hacia ellos, gritando en su lengua nativa: '¡Viene el
Hijo!' Los que estaban en la línea de fuego se quitaban y se lanzaban al suelo,
una precaución cuyo resultado era que la piedra pasaba sin hacer daño y cayera
en la retaguardia. Para frustrar esto, se les ocurrió a los romanos ennegrecer
las piedras, de manera que no pudieran verse tan fácilmente por anticipado;
entonces daban en el blanco y destruían a muchos de un solo tiro". Chilton.
(p. 413). Dias de Retribucion.
Después de considerar varias teorías sobre
el significado de esta frase, Stuart Russell escribe:
"No es posible sino que los judíos sabían
bien que la gran esperanza y fe de los cristianos era la pronta venida del
Hijo. Según Josefo, fue más o menos por este tiempo que Santiago, el hermano de
nuestro Señor, testificó públicamente en el templo diciendo que 'el Hijo del
Hombre estaba a punto de venir en las nubes del cielo', y luego selló su
testimonio con su sangre. Parece muy probable que los judíos, en su blsfemia
desafiante y desesperada, cuando veían la masa blanca volar por el espacio,
lanzaban el grito obsceno: 'Viene el Hijo', en son de burla de la esperanza
cristiana de la Parusía, a la cual posiblemente le atribuían el ridículo
parecido con la extraña aparición del proyectil". Chilton. (418). Dias de Retribucion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario