Punto de vista: PRETERISTA: Chilton y Terry
Nota: Chilton comenta: Juan escribió el Libro
de Apocalipsis como un ciclo anual de profecías, con el propósito de que fueran
leídas en la congregación (en coincidencia con lecturas seriales del Antiguo
Testamento, especialmente Ezequiel) desde una Pascua a la siguiente.
·
Por esto, el Capítulo 22
completa un círculo entero, leyéndose los versículos Ap. 22:6-21 exactamente un
año después de que se leía el Capítulo 1.
·
Por esta razón, así como para
recapitular muchos de los temas de la profecía, el Capítulo 22 también tiene
mucho en común con el Capítulo 1.
·
Por ejemplo, leemos nuevamente que la profecía es de:
o
"las cosas que deben suceder pronto" (Ap. 22:6; compra con Ap. 1:1);
o
que es comunicada por un ángel
(Ap. 22:6; y Ap. 1:1)
o
a Juan (Ap. 22:8; y Ap. 1:1, 4, 9);
o
que es un mensaje dirigido a
"sus siervos" (Ap. 22:6; y Ap. 1:1);
o que hay una bendición especial para los que "guardan" sus palabras (Ap. 22:7; y Ap. 1:13);
o
y que tiene que ver
específicamente con el testimonio de Jesucristo (Ap. 22:16; 18, 20; y Ap. 1:2, 5, 9),
o
el Alfa y la Omega, el Primero
y el Último (Ap. 22:13; y
Ap. 1:8, 17),
o
el que "viene pronto" (Ap. 22:7, 12, 20; y Ap. 1:7).
·
David Chilton. Dias de Retribucion.
Ap. 22:1-5 El paraíso
restaurado
Ap.
22.1–2 (RVR95) Después me mostró un río limpio, de agua
de vida, resplandeciente como cristal, que fluía del trono de Dios y del
Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce
doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la
sanidad de las naciones.
Ap.
22.1–2 (DHH) El ángel me mostró un río limpio, de agua
de vida. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. 2
En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol de la vida, que da fruto cada mes, es decir,
doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones.
Nota: Chilton Ap.
22:1-2 La visión de la Nueva Jerusalén continúa:
·
El ángel de la copa (Ap. 21:9) muestra a Juan el
río del agua de la vida, transparente
como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle.
·
La escena se basa, primero, en el jardín de Edén, en el cual brotaban fuentes del
suelo (Gen. 2:6) para
formar un río, que luego se dividía en cuatro brazos y salía a regar la tierra
(Gen. 2:10-14).
·
Esta imagen es adoptada más
tarde por Ezequiel 47, en su visión del templo
del nuevo pacto.
·
En el antiguo pacto, el pueblo
debía viajar hasta el templo para ser purificado, pero eso ya no será así,
porque en los tiempos del nuevo pacto el gran lavacro de bronce en la esquina
sudoeste de la casa (2 Crón.
4:10) se inclina y vierte su contenido bajo la puerta, convirtiéndose en
un poderoso río de gracia y vida para el mundo, aún transformando las aguas del
Mar Muerto. Chilton. Dias de
Retribucion.
Ezequiel 47.1–9 (DHH)
1 El hombre
me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de
la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba
orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur
del altar.
2 Luego me
hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta
por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de
agua brotaba por el lado sur de la entrada.
3 El hombre
salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me
hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos.
4 Luego midió
otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba
entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la
corriente; el agua me llegaba ya a la cintura.
5 Midió otros
quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había
convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado.
6 Entonces me
dijo: “Fíjate bien en lo que has visto.” Después me hizo volver por la orilla
del río, 7 y vi que en las dos orillas había muchos árboles.
8 Entonces me
dijo: “Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del
Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del
mar se volverá dulce.
9 En
cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas
clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga
en agua dulce, y habrá todo género de vida.
Nota: Chilton Ap. 22:2
·
Ezequiel dijo que "en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro
lado"; Juan abunda en esto y nos dice que a cada lado del río
había el árbol de vida –
·
no un árbol solamente, sino
bosques de árboles de vida que bordeaban las orillas.
·
La bendición a la que Adán
renunció ha sido restaurada con abrumadora superabundancia, porque lo que hemos
ganado en Cristo es, como dijo Pablo, "mucho más" de lo que perdió
Adán:
Porque si por la transgresión de aquel uno
murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de
Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo ... Porque si por la transgresión
de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo,
Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia
... Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado
reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna
mediante Jesucristo, Señor nuestro. (Rom. 5:15-21).
·
Por lo tanto, el Paraíso no sólo es "restaurado"; es consumado, y traídas a completa fructificación
y completo cumplimiento todas y cada una de sus implicaciones. Chilton. Dias
de Retribucion.
Nota: Terry – Ap. 22:1.
Un río de agua de vida.
·
Aquí las imágenes están tomadas
de Ezek. 47:1, y Zech. 14:8,
pero la imagen proporcionada por Juan es muy hermosa.
·
El río que vio fue brillante
como el cristal, una vista fascinante; y fue visto saliendo del trono de Dios y
del Cordero.
·
Por lo tanto, debe ser de una
fuente inagotable y una corriente más sagrada. Comp. Juan 4:14.
·
También se ve que fluye en
medio de la calle de la ciudad, ya que estas palabras están mejor conectadas
con las anteriores y muestran la posición del río, no el árbol de la vida, como
muchos lo han leído.
·
Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones
más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 470).
Nota: Terry Ap. 22:2. En este lado del río y en ese:
es decir, en cada orilla del río.
·
El lenguaje es equivalente al
de Ezek. 47:7, 12 y Dan.
12:5.
·
Un
árbol de la vida: sugiriendo así que el paraíso
debe ser completamente restaurado (Gen 2:9). Comp. Ap. 2:7: "Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que
está en medio del paraíso de Dios".
·
Las palabras árbol de la vida
pueden tomarse aquí como un colectivo, como la calle de la ciudad (Ap. 21:21), y denotar una colección de árboles.
·
Produciendo
doce frutas: es decir, produciendo doce
cosechas de fruta, debido a que produce su fruto cada mes. Compare la
declaración similar en Ezequiel. 47:12.
·
Las hojas ... para la curación de las naciones — Comp. Ezek 47:12: "El
fruto del mismo será para la comida, y la hoja del mismo para la medicina".
·
Mientras las naciones caminan a
la luz de esta ciudad dorada, también sus heridas y enfermedades se curan con
las hojas de su árbol de la vida. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 470).
Nota: Chilton Ap. 22:2 La palabra Árbol es xulon,
a menudo usada con referencia a la cruz (Ap. 5:30;
10:39; 13:29; 1 Ped. 2:24)
·
En realidad, es probable que
Cristo fuese crucificado sobre un árbol vivo, como dan a entender sus palabras
en Lucas 23:31: "Porque
si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?"
·
Pablo vio la crucifixión de
Cristo como el cumplimiento de la maldición del Antiguo Testamento sobre el que
es colgado en un árbol (Gal.
3:13; comp. Deut. 21:23; Josué 10:26-27).
Nota: Chilton Ap. 22:2 Como en la visión de Ezequiel (Ezeq. 47:12), el árbol de vida es continuamente
productivo, llevando doce frutos, dando cada mes su fruto en un interminable
suministro de vida para los vencedores (Ap. 2:7), aquéllos que hacen sus mandamientos (Ap. 22:14).
·
Juan continúa
aclarando que el poder del árbol de Cristo transformará al mundo entero: Las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
·
Nuevamente, Juan no concibe
esto como una bendición reservada sólo para la eternidad, aunque sus efectos
continúan por la eternidad.
·
El árbol de
vida sustenta a los creyentes ahora, al participar ellos de Cristo:
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y
ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la
oyeren, vivirán. (Juan 5:24-25)
·
Del mismo modo, Juan espera que
las virtudes curativas de la cruz den vida a las naciones como tales, en el
mundo; las naciones, él nos ha dicho, están compuestas de "aquéllos cuyos nombres están inscritos en el libro de la vida
del Cordero", pues las naciones como tales son admitidas a la
Santa Ciudad (Ap. 21:24-27).
·
El río de vida está fluyendo
ahora (Juan 4:14; 7:37-39),
y continuará fluyendo en un siempre creciente río de bendiciones para la
tierra, sanando a las naciones, y poniendo fin a la anarquía y la guerra (Zac. 14:8-11); comp. Miq. 4:1-4).
·
Esta
visión del futuro glorioso de la Iglesia, un futuro
terrenal y celestial, repara la tela que fue rota en Génesis.
·
En Apocalipsis, vemos al Hombre redimido, traído de vuelta al monte,
sustentado por el río y el árbol de vida, recuperando su perdido dominio y
gobernando como rey-sacerdote sobre la tierra.
·
Este es
nuestro privilegio y nuestra herencia ahora, definitiva y progresivamente, en
esta era; y será nuestra plenamente en la edad por
venir. Chilton. Dias de Retribucion.
Ap. 22.3–4 (RVR95) Y no habrá
más maldición. El trono de Dios y del
Cordero estará en ella, sus siervos lo servirán, 4 verán
su rostro y su nombre estará en sus
frentes.
Ap. 22.3–4 (DHH)Ya no habrá
allí nada puesto bajo maldición. El trono de Dios y del Cordero
estará en la ciudad, y sus siervos lo adorarán. 4 Lo
verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente.
Nota: Chilton Ap. 22:3-4
·
El trono de Dios y del
Cordero estará en la Santa Ciudad, como Juan da a
entender en Ap. 21:3, 11,
22-23.
·
Es notable que los ciudadanos
sean llamados “sus siervos”: una expresión que se usa principalmente para
describir a “los profetas” (comp. Ap. 1:1; 10:7; 11:18; 15:3; 19:2,
5 [comp. Ap. 18:24]; Ap. 22:6, 9).
·
Como hemos visto, este ha sido
un tema significativo en Apocalipsis, el cumplimiento de la esperanza de
comunión con Dios en el Antiguo Testamento: Todos
los del pueblo del Señor son profetas, porque el Señor ha puesto de su Espíritu
en ellos (Num. 11:29).
·
Por lo tanto, ellos verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes.
o
Kline comenta: "Tras las imágenes de Apocalipsis 22:4 están las
figuras de Moisés y Aarón. Aarón llevaba en la frente el nombre del Señor
inscrito en la corona al frente de la mitra sacerdotal. El rostro mismo de
Moisés fue transformado en una imagen refleja del Rostro de Gloria, el Nombre
de la Presencia de Dios, cuando Dios le habló 'cara
a cara' (Num. 12:8) desde la Nube de Gloria. …... Decir que los vencedores en la Nueva Jerusalén llevan el
nombre de Cristo en sus frentes es decir que ellos reflejan la gloria de
Cristo, lo cual es decir que llevan la imagen del Cristo glorificado".
·
Por eso, dice Pablo,
todos los santos ahora ven Su rostro: "Por tanto, nosotros todos,
mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor" (2 Cor. 3:18).
Y, porque todos los santos son sacerdotes (Ap. 1:6; 20:6), llevamos su nombre en nuestras
frentes (Ap. 2:12; 7:3; 14:1),
sirviéndole en su templo (Ap.
7:15). Chilton. Dias de Retribucion.
Nota: Terry Ap. 22:3.
·
Ya no
habrá maldición, como Zacarías también
profetizó (Zac. 14:11).
·
La maldición original traída al
mundo del hombre por el pecado (Gen.
3:16–19, 23) es eliminada, y todas las
naciones tienen acceso al árbol de la vida.
·
Esto realmente apunta a la regeneración y restauración de todas las cosas (Mat.
19:28; Hechos 3:21),
un paraíso celestial recuperado.
·
El trono de Dios y del Cordero
estará allí, para que todos los que entren puedan pararse delante del trono,
como los ancianos y los querubines de Ap. 4:4–6, y como muchos siervos ministrantes reales, no solo
lo adorarán, sino que le prestarán servicio. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (p. 471).
Nota. Terry Ap. 22:4.
·
Verán
su rostro — Comp. Salmo
17:15; Mat. 5:8; 1 Cor. 13:12; 1 Juan 3:2.
·
Esta visión beatífica de los
santos de Dios suplanta a los querubines.
·
Como esta ciudad no tiene
templo, así como el lugar santísimo está en el cielo, no tiene querubines
simbólicos.
·
Para los siervos glorificados
de Dios y del Cordero, que se lavaron la túnica y obtuvieron autoridad sobre el
árbol de la vida (versículo 14), ahora toman los lugares de "las criaturas vivientes" y se dan cuenta de
toda la vida y la gloria que esas formas de Viviendo siendo simbolizado.
·
Nombre
en sus frentes — Comp. Ap. 3:12;
14:1. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio
(p. 471).
Ap. 22.5 (RVR95) Allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de
luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el
Señor los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos.
Ap. 22.5 (DHH) Allí no habrá noche, y los que allí vivan no necesitarán luz de lámpara ni
luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y
ellos reinarán por todos los siglos.
Nota: Chilton Ap. 22:5
·
Como nos dijo Juan en 21:22-25,
dentro de los muros de la Santa Ciudad ya” no habrá
más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque
Dios el Señor los iluminará.
·
En nuestro estudio de "los nuevos cielos y la nueva tierra" en el
Capítulo 21, tomamos nota de cómo Pedro instaba a las iglesias a llevar una
vida santa en vista de la era de justicia que se aproximaba y que habría de ser
introducida a la caída del antiguo pacto con la destrucción de del templo (2 Ped. 3:1-14).
·
De manera similar, Pablo
exhortaba a los cristianos de Roma a vivir
piadosamente en vista de la inminente alborada del día:
o
Y esto,
conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora
está más cerca nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y
se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos
las armas de luz. (Rom. 13:11-12).
·
De manera muy parecida,
escribió a los tesalonicenses, arguyendo que sus vidas debían caracterizarse
por el día que se acercaba, más bien que por la noche que desaparecía:
o Porque vosotros sabéis perfectamente que el día
del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y
seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores
a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en
tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros
sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los
que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la
coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no
nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo. (1 Tes. 5:2-9).
·
La era del antiguo pacto era el
tiempo de la oscura noche del mundo; con el advenimiento de Jesucristo ha
llegado la era de la luz, el gran día del Señor, establecido a su ascensión y
su plena inauguración del Nuevo Pacto:
o
Levántate,
resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre tí.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas
sobre tí amanecerá Jehová, y sobre tí será vista su gloria. Y andarán las
naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. (Isa. 60:1-3)
o
Porque he
aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los
que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los
que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá
salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. (Mal. 4:1-2)
o
Bendito el
Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo ... Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la
aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para
encaminar nuestros pies por camino de paz. (Lucas 1:68, 78-79).
o
En él
estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas
resplandece, y las tineblas no prevalecieron contra ella. (Juan 1:4-5)
o
Otra vez
Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12).
o
En los
cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que
nos les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios ... Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese
la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. (2 Cor. 4:4, 6).
o
Con gozo dando gracias al
Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino
de su amado Hijo. (Col. 1:12-13).
o
Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las
buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,
sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel se acerca. (Heb. 10:23-25).
o
Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. (2 Ped. 1:19).
·
Debemos recordar nuevamente
que, en la Escritura, la era del Nuevo Pacto está considerada definitiva y
progresivamente como una era de luz, en contraste con la relativa oscuridad de los
tiempos pre-mesiánicos.
·
En un
sentido absoluto y último, la luz vendrá sólo al fin del mundo, a la segunda venida de Cristo.
·
Pero, como los apóstoles
contemplaban el fin de la era del antiguo pacto, durante el cual las naciones
fueron esclavizadas por los demonios, hablaban de la inminente aurora como una
era de justicia, cuando el poder del evangelio arrasaría la tierra, haciendo
añicos la idolatría e inundando las naciones con la luz de la gracia de Dios.
·
Hablando
relativamente, la historia entera del mundo, desde la caída de Adán
hasta la ascensión de Cristo, fue noche; hablando relativamente, el futuro
entero del mundo es día brillante.
·
Esto sigue el patrón
establecido en la creación, en el cual los cielos y la tierra se mueven
escatológicamente de la tarde a la mañana, siendo sucedida la luz menor por la
luz mayor, yendo de gloria en gloria (Gen. 1:5, 8,
13, 19, 23, 31): Ahora, nos dice Juan, Jesucristo ha aparecido, y "viene pronto", como la brillante Estrella de
la Mañana (v. 16). Chilton. Dias de Retribucion.
Nota: Terry Ap. 22:5
·
No más
noche: por lo tanto,
día eterno
·
No
necesita luz de lámpara y luz de sol: por la
misma razón que la que se da en Ap.
21:23. Comp. Salmo 36:9.
o
Ellos
reinarán por los siglos de los siglos: para que el reino de los mil años (Ap. 20:4–6) no sea más que el comienzo de una vida
real y felicidad que continuará a través de todos los eones por venir.
o
Y así, el reino de los santos
del Altísimo será verdaderamente, como escribió Daniel, "un reino eterno" (Dan. 7:27).
o
Esta es la "vida eterna" de Matt. 25:46, así como la segunda muerte, el lago
de fuego, es el "castigo eterno"
al que se van los "malditos".
·
Pero ninguna maldición vendrá más a aquellos que se paran ante el trono y heredan
el reino preparado para ellos desde la fundación del mundo. Terry, M. S.
(1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio (p. 471).
Nota: Terry Así
termina la visión de la nueva Jerusalén, la esposa del Cordero. Lo
que sigue es de la naturaleza de una conclusión del libro.
·
Esta gloriosa imagen de la
nueva Jerusalén, la Novia, la esposa del Cordero, es el Apocalipsis del Nuevo
Testamento de lo que los últimos nueve capítulos de Ezequiel retratan en una descripción más
minuciosa y detallada peculiar de ese profeta.
·
En su conjunto, es una imagen
simbólica de la Iglesia de Cristo en el tiempo y la eternidad, pero
especialmente en su glorificación final.
·
En repetidas ocasiones hemos
llamado la atención sobre el hecho de que la concepción del Nuevo Testamento de
la vida del creyente en Cristo deja el asunto de la muerte completamente fuera
de cuenta.
·
El que vive y cree en Cristo
nunca muere (Juan 11:26).
·
Habiendo muerto con Cristo,
también resucitó con él y, como en el caso de su Señor resucitado, concibe que
"la muerte ya no tiene dominio sobre él"
(Rom. 6:8-11; Col. 3:1).
·
Por lo tanto, toda la Iglesia
también se concibe como el cuerpo vivo de Cristo, y todos los ideales de
triunfo y gloria que los profetas del Antiguo Testamento asociados con el reino
mesiánico están en el Apocalipsis del Nuevo Testamento asociado con la Iglesia
y el reino de Cristo.
o
Los miembros de este cuerpo
santificado "ya han venido al Monte Sión, a la
ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a las innumerables huestes
de ángeles, a la asamblea general y la iglesia de los primogénitos que están
inscritos en el cielo, y a Dios el Juez de todos, y a los espíritus de los
hombres justos hechos perfectos, y a Jesús, el Mediador del nuevo pacto, y a la
sangre de la aspersión que habla mejor que la de Abel "(Heb. 12: 22–24 )
·
Una concepción tan vívida de la
identificación con Dios y Cristo y todas las santas hojas por el momento todas
las demás cosas fuera de la vista, y asocia con la vida bendita en Cristo la
visión de la comunión eterna en su gloria. Terry, M. S. (1898). Apocalipsis
bíblicos: un estudio (pp. 471–472).
Nota: Chilton Ap. 22:5
·
En su comentario final sobre la
restauración del paraíso, Juan nos dice que el real sacerdocio reinará, no sólo
durante un "milenio", sino por los siglos de los siglos:
- "El reino de los mil años (Ap. 20:4-6) no es sino el principio de una vida real y una felicidad que han de continuar por todas las edades por venir.
- Y así, el reino de los santos del Altísimo será más verdaderamente, como escribió Daniel, 'un reino eterno' (Dan. 7:27).
- · Esta es la 'vida eterna' de Mateo 25:46, del mismo modo que la segunda muerte, el lago de fuego, es el 'castigo eterno' al cual van los 'malditos'" Chilton. Dias de Retribucion.
Fin de Estudio: Ap. 22:1-5 – ¡El paraíso
restaurado!
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