sábado, 21 de diciembre de 2019

Estudio: Ap. 9:1-12- El Séptimo Sello: La Quita Trompeta


El Quito Trompeta: El Infierno este suelto sobre la tierra (de Judea y la cuidad de Jerusalem).

Ap. 9:1-6: “El primer aysimular y diferente que la plaga de langostas en Éxodo 10:12-15
Éxodo 10.12–15 (BJL) Yahvé dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre el país de Egipto para que venga la langosta; que invada el país de Egipto y devore toda la hierba del país y cuanto quedó del granizo.»
13 Moisés extendió su cayado sobre el país de Egipto y Yahvé hizo soplar el viento del este sobre el país todo aquel día y toda la noche. Y cuando amaneció, el viento del este había traído la langosta.
14 La langosta invadió todo el país de Egipto y se posó en todo el territorio egipcio; una nube de langostas como no la había habido hasta entonces ni la habría después.
15 Cubrió toda la superficie del país, oscureciendo la tierra; devoró toda la hierba del país y todos los frutos de los árboles que el granizo había dejado. No quedó nada verde ni en los árboles ni en los campos en todo el país de Egipto.

Ap. 9.1-2 (RVR95) El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra. Y se le dio la llave del pozo del abismo. 2 Abrió el pozo del abismo, y del pozo subió humo como humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo.
Ap. 9.1-2 (DHH) El quinto ángel tocó su trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2 Abrió el pozo del abismo, y de él subió humo como de un gran horno; y el humo del pozo hizo oscurecer el sol y el aire.

Nota: Chilton dice que: “El abismo” es el extremo más alejado del cielo (Gen. 49:25; Deut. 33:13) y de las altas montañas (Sal. 36:6). Se usa en las Escrituras como referencia a las partes más profundas del mar (Job. 28:14; 38:16; Sal. 33:7) y a los ríos subterráneos y fuentes de aguas (Deut. 8:7; Job. 38:16) de donde vinieron las aguas del diluvio (Gen. 7:11; 8:2; Prov. 3:20; 8:24), y que regaban el reino de Asiria (Eze. 31:4, 15) Chilton - Días de Retribución.

Nota: Chilton comenta que:
·         El profeta Ezequiel amenazó a Tiro con una gran desolación de la tierra, en la cual Dios haría subir el abismo para que cubriera la ciudad con un nuevo diluvio, haciendo bajar a su pueblo al abismo en las partes más bajas de la tierra (Ezequiel 26:19-21),

Ezequiel 26.19–21 (BJL) «Porque así dice el Señor Yahvé: Cuando yo te convierta en una ciudad en ruinas como las ciudades despobladas, cuando yo empuje sobre ti el océano, y te cubran las muchas aguas, 20 entonces te precipitaré con los que bajan a la fosa, con el pueblo de antaño; te haré habitar en los infiernos, como las ruinas de antaño, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivos. 21 Haré de ti un objeto de espanto, y no existirás más. Se te buscará y no se te encontrará jamás, oráculo del Señor Yahvé.»

Nota: Chilton dice que “El abismotambién es:
1.      El dominio del dragón (Job 41:31; Sal. 148:7; Ap. 11:7; 17:8)
2.      La prisión de los demonios (Luc. 8:31; Ap. 20:1-3)
3.      El reino de los muertos (Rom. 10:7).

Nota: La conclusión de Chilton es que:
1.      Juan advierte a sus lectores que el infierno está a punto de desatarse sobre la tierra de Israel; como con la antigua Tiro, el abismo está siendo traído a la superficie para que cubra la tierra con sus “espíritus inmundos”.
2.      El Israel apóstata será:
o   Lanzado fuera de la presencia de Dios.
o   Excomulgado del templo.
o   ¡Y lleno de demonios!
3.      Uno de los mensajes centrales de Apocalipsis es que:
o   La Iglesia “tabernáculos” [moras] en el cielo; el corolario de esto es que los tabernáculos de “la falsa iglesia” tabernáculos [moras] en el infierno. Chilton. Días de Retribución.

Ap. 9.3-4 (RVR95) Del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder, como el poder que tienen los escorpiones de la tierra. 4 Se les mandó que no dañaran la hierba de la tierra, ni cosa verde alguna ni ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes.
Ap. 9.3-4 (DHH) Del humo salieron langostas que se extendieron por la tierra; y se les dio poder como el que tienen los alacranes. 4 Se les mandó que no hicieran daño a la hierba de la tierra ni a ninguna cosa verde ni a ningún árbol, sino solamente a quienes no llevaran el sello de Dios en la frente.


Nota: Chilton dice que estas "langostas" son diferentes: son demonios del abismo, del pozo del abismo, del cual se habla siete veces en Apocalipsis (Ap. 9:1-2, 11; Ap. 11:7; Ap. 17:8; Ap. 20:1, 3). Chilton. Días de Retribución.

Nota: Chilton nota que: Durante el ministerio de Cristo, Satanás había caído a la tierra desde el cielo como una estrella [Lk 10:8] (Ap. 12:4, 9, 12); y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo.
·         Lo que todo esto significa es exactamente lo que Jesús profetizó durante su ministerio terrenal: la tierra que había recibido los beneficios de su obra y luego le había rechazado, sería invadida por demonios del abismo.
·         Debemos notar aquí que la llave se le da a Satanás, porque es Dios quien envía los demonios como azote sobre su pueblo rebelde. Chilton. Días de Retribución.

Nota: Durante el ministerio de Jesús, el había limpiado la tierra de los demonios, hora después de 40 año, regresaron con aún más demonios.
Mateo 12.41–45 (BJL) Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. 42 La reina del Sur se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. 43 «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de reposo, pero no lo encuentra. 44 Entonces dice: ‘Me volveré a mi casa, de donde salí.’ Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden. 45 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación malvada

Nota: Chilton dice que: Puesto que Israel había rechazado al Rey de reyes, las bendiciones que había recibido se convertirían en maldiciones. Jerusalén había sido "barrida" por el ministerio de Cristo; ahora se convertiría en "habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible" (Ap. 18:2).
·         La generación entera fue poseída más y más por demonios; su progresiva locura nacional es evidente al leer uno el Nuevo Testamento, y sus horripilantes etapas finales están descritas en las páginas de la obra de Josefo Las Guerras Judías:

o   La pérdida de toda capacidad de razonar,
o   Las turbas frenéticas que se atacaban entre sí,
o   Las engañadas multitudes que seguían a los profetas más transparentemente falsos,
o   La enloquecida y desesperada búsqueda de alimento,
o   Los asesinatos en masa,
o   Las ejecuciones,
o   Los suicidios,
o   Los padres que asesinaban a sus propias familias y
o   Las madres que devoraban a sus propios hijos.

·         Satanás y las huestes infernales simplemente pululaban por la tierra de Israel y consumían a los apóstatas. Chilton - Días de Retribución.


Nota: Chilton dice que: La vegetación de la tierra está específicamente exenta de la destrucción causada por las "langostas".
·         Esta es una maldición contra hombres desobedientes.
·         Sólo los cristianos son inmunes a los aguijones como de escorpión de los demonios (comp. Marcos 6:7; Luc. 10:17-19; Hech. 26:18). 
·         Los israelitas no bautizados, que no tienen el sello de Dios en sus frentes (véase Ap. 7:3-8), son atacados y atormentados por los poderes demoníacos.

Y el propósito inmediato que Dios tiene al desatar esta maldición no es la muerte, sino sólo el tormento, la desgracia, y el sufrimiento, al pasar la nación de Israel por una serie de convulsiones demoníacas. Juan repite lo que nos ha dicho en Ap. 6:16, que en aquellos días los hombres buscarían la muerte y no la hallarían; y desearían morir y la muerte huiría de ellos. Jesús había profetizado específicamente este anhelo de muerte entre los miembros de la generación final, la generación de judíos que le crucificarían (Luc. 23:27-30). Como la sabiduría de Dios había dicho hacía tiempo: "El que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen aman la muerte" (Prob. 8:36). Chilton -Días de Retribución.

Ap. 9.5-6 (RVR95) Pero no se les permitió que los mataran, sino que los atormentaran cinco meses; y su tormento era como el tormento del escorpión cuando hiere al hombre. 6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Ap. 9.5-6 (DHH) Pero no se les permitió matar a la gente, sino tan solo causarle dolor durante cinco meses; y el dolor que causaban era como el de una picadura de alacrán. 6 En aquellos días la gente buscará la muerte, y no la encontrará; desearán morirse, y la muerte se alejará de ellos.

Chilton pregunta: ¿Por qué dura la plaga de langostas cinco meses?
·         Primero es, una referencia al período de cinco meses, desde mayo hasta septiembre, cuando las langostas aparecen normalmente.

·         Segundo, esto puede referirse en parte a las acciones de Gesio Floro, el procurador de Judea, quien, durante cinco meses (comenzando en mayo del año 66 con la matanza de 3.600 ciudadanos) aterrorizó a los judíos, tratando deliberadamente de incitarlos a que se rebelarían.  Gesio Floro tuvo éxito: Josefo fecha el comienzo de “la Guerra de los Judíos” a partir de esta ocasión.

·         Tercero, el uso del término “cinco” está asociado en las Escrituras con poder, y específicamente con organización militar - la disposición de los milicianos israelitas en una brigada de cinco pelotones (Ex. 13:18; Num. 32:17; Josué 1:14; 4:12, Judas 7:11; comp. 2 Reyes 1:9 ss.) Por instrucciones de Dios, Israel habría de ser atacado por un ejército demoníaco que vendría desde el abismo. Chilton -  Días de Retribución.

·         Nota: ¿Cinco? La palabra hebrea en estos textos se traduce generalmente como enjaezado, armado, o en arreos marciales, pero “la traducción literal” es simplemente “cinco de un rango” (esto es, cinco pelotones de diez hombres en cada pelotón). Chilton - Días de Retribución.

Nota: Gentry dice: A los cuarenta años de la advertencia de Jesús, estalló la guerra judía. Durante el asedio final particularmente agotador de Jerusalén, una penumbra malvada se asentó sobre la ciudad. F. F. Bruce comenta: "Tito comenzó el asedio de Jerusalén en abril de 70. Los defensores resistieron desesperadamente durante cinco meses, pero a fines de agosto el área del templo estaba ocupada y la casa santa se quemó" (cf. Guerras 5).

Estos cinco meses de la guerra judía resultan ser su período más horrible y malvado (Guerras 5.1.1, 4–5; 10.5; 12.4; 13.6), y se ajustan bien a las imágenes de Ap. 9:5: “No se les dio poder matarlos, pero solo para torturar [Gr. basanizō] durante cinco meses. Y la agonía que sufrieron fue como la picadura de un escorpión cuando golpea a un hombre” (cf. Ap. 9:10). Gentry (1998). Una visión preterista de Apocalipsis en Cuatro puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis (p. 61).

Ap. 9.7-10 (RVR95) El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro, sus caras eran como caras humanas, 8 tenían cabello como cabello de mujer y sus dientes eran como de leones; 9 tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones, y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.
Ap. 9.7 (DHH) Las langostas parecían caballos preparados para la guerra; en la cabeza llevaban algo semejante a una corona de oro, y su cara tenía apariencia humana. 8 Tenían cabello como de mujer, y sus dientes parecían de león. 9 Sus cuerpos estaban protegidos con una especie de armadura de hierro, y el ruido de sus alas era como el de muchos carros tirados por caballos cuando entran en combate. 10 Sus colas, armadas de aguijones, parecían de alacrán, y en ellas tenían poder para hacer daño a la gente durante cinco meses.

Nota: Chilton nota que “La descripción de los demonios-langostas es muy similar a la de los ejércitos paganos invasores mencionados en los profetas (Jer. 51:27; Joel 1:6; 2:4-10; comp. Lev. 17:7 y 2 Crón. 11:15, donde la palabra hebrea para demonio es peludo). Chilton. Días de Retribución.

Nota: Chilton nota que este pasaje posiblemente se refiere también, en parte, a las bandas satánicas de fanáticos asesinos que hacían presa en los ciudadanos de Jerusalén.

Nota: Josefo dice, la gente tenía más que temer de los fanáticos que de los romanos:
"Con su insaciable hambre de botín, saqueaban las casas de los ricos, asesinaban a los hombres y violaban a las mujeres por diversión; bebían sus despojos con sangre, y de puro saciados se entregaban sin vergüenza a prácticas afeminadas, haciendo trenzas con su cabello y vistiendo ropas de mujer, empapándose de perfume y pintándose los párpados para hacerse más atractivos. Copiaban, no sólo los vestidos, sino también las pasiones de las mujeres, inventando, en su exceso de libertinaje, placeres ilegítimos en los cuales se revolcaban, como si estuviesen en un burdel. Así, contaminaron por entero la ciudad con sus asquerosas prácticas. Y, sin embargo, aunque llevaban rostros de mujeres, sus manos eran asesinas. Se acercaban con pasos remilgados, y luego, de repente, se convertían en combatientes y, desenvainando las espadas de debajo de sus teñidas capas, atravesaban con ellas a todos los transeúntes". Gueras IV, ix 10.

Nota: Chilton - Un punto particularmente interesante sobre la descripción del ejército de demonios es la declaración de Juan de que el sonido de sus alas era como el de carruajes, de muchos caballos que se apresuran a la batalla. Ese es el mismo sonido que hacen las alas de los ángeles en la Nube de Gloria (Eze. 1:24; 3:13; 2 Reyes 7:5-7); la diferencia aquí es que el ruido aquí lo hacen ángeles caídos. Chilton. Días de Retribución.

Nota: Josefo: Y ahora, mientras la ciudad se enfrentaba en una guerra por todos lados, de estas multitudes traicioneras de hombres malvados, la gente de la ciudad, entre ellos, era como un gran cuerpo desgarrado. Los hombres y las mujeres de edad estaban tan angustiados por sus calamidades internas, que deseaban a los romanos y esperaban fervientemente una guerra externa, a fin de liberarlos de sus miserias domésticas. Los ciudadanos mismos estaban bajo una terrible consternación y miedo ... El ruido también de los que luchaban era incesante, tanto de día como de noche; pero el lamento de los que lloraron superó al otro; Tampoco hubo alguna ocasión para que dejaran de lamentarse, porque sus calamidades se sucedían perpetuamente una sobre otra, aunque la profunda consternación en la que se encontraban impedía su llanto externo; pero, al estar limitados por su miedo a ocultar sus pasiones internas, fueron atormentados internamente [Gr. ebasanizonto, como en Ap. 9:5], sin atreverse a abrir los labios en gemidos ... Todos se desesperaron de sí mismos; para aquellos que no estaban entre los sediciosos no tenían grandes deseos de nada, ya que tenían la certeza de que pronto serían destruidos; pero, para los sediciosos, lucharon unos contra otros, mientras pisoteaban los cadáveres mientras yacían apilados uno sobre el otro, y enfurecidos por los cadáveres que estaban bajo sus pies, se convirtieron en los más feroces. Además, todavía inventaban algo que era pernicioso contra ellos mismos; y cuando resolvieron algo, lo ejecutaron sin piedad y no omitieron ningún método de tormento o de barbarie. (Wars 5.1.5, cursiva agregada) Gentry. (1998). Una visión preterista de la revelación. En S. N. Gundry y C. M. Pate (Eds.), Cuatro puntos de vista sobre el libro de Apocalipsis (pp. 61-62).

Ap. 9.11 (RVR95) Sobre ellos tienen como rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
Ap. 9.11 (DHH) El jefe de las langostas, que es el ángel del abismo, se llama en hebreo Abadón y en griego Apolión.

Nota: Chilton – Juan identifica al rey de los demonios, el ángel del abismo, y da su nombre tanto en hebreo (Abadón) como en griego (Apolión) - una de muchas indicaciones del carácter esencialmente hebraico del Apocalipsis.
·         Las palabras significan destrucción y destructor; Abadón se usa en el Antiguo Testamento para describir el reino de los muertos, "el lugar de destrucción" (Job 26:6; 28:22; 31:12; Sal. 88:11; Prov. 15:11; 27:20).
·         Juan, pues, presenta a Satanás como la mera personificación de la misma muerte (comp. 1 Cor. 10:10; Heb. 2:14).
·         Claramente, el hecho de que la hueste entera de los destructores de Satanás fuera desatada sobre la nación judía significaba realmente el infierno en la tierra.


Ap. 9.12 (RVR95) El primer ay pasó; pero vienen aún dos ayes después de esto.
Ap. 9.12 (DHH) Pasó el primer desastre; pero todavía faltan dos.

·         Sin embargo, Juan nos dice que esta epidemia de demonios en la tierra es sólo el primer ay. Ni siquiera es el peor, porque dos ayes (es decir, la sexta y la séptima trompetas) todavía faltan por venir después de estas cosas. Chilton. Días de Retribución.

Resume: Estudio – Ap. 9:1-12 El Séptimo Sello: La Quita Trompeta

·        El Séptimo Sello: La Quinta Trompeta

o   El primer ay sobre Jerusalem.
o   Langostas - Demonios del abismo.

Fin de Estudio: Ap. 9:1-12- El Séptimo Sello: La Quita Trompeta

lunes, 16 de diciembre de 2019

Estudio: Ap. 8.1-13 – El Séptimo Sello y Siete Trompetas


Nota: Sproul dice que:
El anuncio del séptimo sello se retrasa dramáticamente, mientras que los santos reciben la seguridad de que Dios los conoce y los protege en medio de las calamidades descritas en el cap. 6 (Ap. 6:12-17) Sproul (2005) The Reformation Study Bible

Ap. 8.1 (RVR95) Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
Ap. 8.1 (DHH) Cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio en el cielo durante una media hora.

·         ¡Por fin el libro está abierto, los siete sellos están rompió!  Pero hay una pausa, ¿por qué?

Nota: Chilton - Ap. 8:1-2 Finalmente, se rompe el séptimo sello, abriéndose para revelar las siete trompetas que anunciaban la condenación de Jerusalén, la una vez santa ciudad que se ha paganizado y que, como su predecesor Jericó, caerá como resultado del sonido de las siete trompetas (con Josué 6:4-5). Chilton. Días de Retribución.

Nota: Milton Terry comenta: "Quizás la idea de este silencio haya sido sugerida por el cese de los cantores y las trompetas cuando el rey Ezequías y los que con él estaban se inclinaban en reverente adoración (2 Crón. 29:28-29), y la media hora haya hecho alguna referencia al ofrecimiento de incienso descrito en los versículos 3 y 4, pues ése habría sido más o menos el tiempo necesario para que un sacerdote entrara en el templo, ofreciera incienso, y regresara (con Lev. 16:13-14; Luc. 1:10, 21)". Terry, Apocalipsis bíblicos: pp. 343.

Nota: Gregg - PRETERISTA: El breve silencio en el cielo contrasta bruscamente con el ruido de alabanzas y canciones que caracterizaron la escena celestial en los capítulos 4 y 5. Las "voces ruidosas" de los mártires preguntan cuánto tiempo pasaría antes de que fueran vengados (Ap. 6:10). Quizás sus gritos han cesado porque la venganza solicitada sobre sus perseguidores, los líderes de los judíos, ya había comenzado. Por un corto tiempo, representado simbólicamente como media hora, no se escucharían más quejas en el cielo. Pronto, sin embargo, las nuevas persecuciones de cristianos por parte de Roma causarían que la sangre justa llorara nuevamente por vindicación. Esto puede ser lo que se representa simbólicamente en los siguientes versículos, donde las oraciones de los santos nuevamente se ofrecen como incienso a Dios. La "media hora" puede ser el período de tiempo normalmente requerido por el sacerdote en el templo para ofrecer el incienso diario. Este "tiempo de incienso" fue un tiempo de oración silenciosa para los fieles asistentes (Lucas 1:10, 21). Esto estaría de acuerdo con la descripción de la ceremonia realizada por Alfred Edersheim. En este caso, es un ángel en el cielo, no un sacerdote en el templo, quien está ofreciendo el incienso (Ap.8:5). Gregg, S. (1997). Revelación, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (p. 138).


Ap. 8.2 (RVR95) Luego vi los siete ángeles que estaban de pie ante Dios, y se les dieron siete trompetas.
Ap. 8.2 (DHH) Luego vi a los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios, a los cuales se les dieron siete trompetas.

Nota: Gregg -Enfoque preterista:  Las primeras cuatro trompetas corresponden a los desastres infligidos por los romanos a los judíos en la guerra judía (66-70 d. C.). Gregg, S. (1997). Revelación, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (p. 143).

·         Chilton observa que:

o    la ironía de este pasaje se hace evidente cuando tenemos en cuenta que es una profecía contra el Israel apóstata ... Ahora, cuando se ordenó al pueblo de Dios que destruyera una ciudad apóstata, Moisés ... ordenó: "Reunirán todo su botín en el centro de su plaza abierta y queme todo su botín con fuego como holocausto al Señor tu Dios" (Deut. 13:16; Jue. 20:40; cf. Gen. 19:28).

o   La única forma aceptable de quemar una ciudad como un sacrificio quemado fue con el fuego de Dios: fuego del altar. Por lo tanto, cuando una ciudad iba a ser destruida, el sacerdote tomaba fuego del altar de Dios y lo usaba para encender el montón de botín que servía como leña, ofreciendo así toda la ciudad como sacrificio. Es esta práctica de poner una ciudad "bajo la prohibición", para que nada sobreviva a la conflagración (Deut. 13:12-18), que el libro de Apocalipsis usa para describir el juicio de Dios contra Jerusalén.

·         Para Israel, la trompeta era un instrumento utilizado para reunir a las tropas para la guerra o para advertir sobre una invasión enemiga. Al comparar los juicios venideros con el sonido de las trompetas, sugiere que Dios mismo está haciendo la guerra contra sus enemigos en el apóstata Israel.  Gregg, S. (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (pp. 144-146).

Nota: ¿Los siete ángeles? Tienen nombres 😊

Terry: Los siete ángeles que están delante de Dios: los conocidos ángeles de presencia familiares para los versados en la angelología judía actual (véase Tobit 12:15). Terry (1898). Apocalipsis bíblicos: un estudio de las revelaciones más notables de Dios y de Cristo en las Escrituras canónicas (p. 344).

Tobías 12.15 (DHH) Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y que pueden entrar ante su presencia gloriosa.

Terry: Se les dieron siete trompetas: por quien no se registra. En la visión correspondiente de los siete cuencos de ira, los cuencos fueron dados por una de las cuatro criaturas vivientes (Ap. 15:7). Cada uno de estos ángeles recibió una trompeta, como en Ap. 15:1 y Ap. 16:1, cada ángel tenía un plato de plagas. Las trompetas sirven como señales de tantas escenas sucesivas de una terrible serie de juicios, mientras que los cuencos son símbolos de tantos vasos de infortunio. Terry (1898). Apocalípticos bíblicos: (p. 344).


Ap. 8.3-4 (RVR95) Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 El humo del incienso con las oraciones de los santos subió de la mano del ángel a la presencia de Dios.
Ap. 8.3-4 (DHH) Después vino otro ángel, con un incensario de oro, y se puso de pie ante el altar; y se le dio mucho incienso, para ofrecerlo sobre el altar de oro que estaba delante del trono, junto con las oraciones del pueblo santo. 4 El humo del incienso subió de la mano del ángel a la presencia de Dios, junto con las oraciones del pueblo santo.

Nota: Las oraciones de los santos, las materias y los sufriendo persecución están pidiendo que Dios hace justicia.

Nota: Mucho incienso, Muchas oraciones llegando al trono de Dios.

Nota:  Terry - El incienso es un símbolo apropiado de las oraciones de todos los santos, y se dice que el incienso fue entregado a las oraciones, es decir, agregado a las oraciones como una señal de que fueron presentadas y escuchadas ante el trono de Dios. Compare la mención del incienso en Ap. 5:8 y el Salmo 141:2. Estas oraciones de todos los santos deben entenderse en armonía con el clamor de las almas debajo del altar (Ap. 6:9-10) y como superadas a ellas; también del mismo carácter que el grito de los elegidos de Dios a los que se refiere Lucas 18:7-8. En respuesta a estas muchas oraciones, el juicio y la venganza por los que se oró están a punto de ejecutarse. Terry (1898). Apocalyptics bíblica: (p. 345).

Nota: Gregg - El incensario (Ap. 8:3) que se utilizó para ofrecer las oraciones de los santos por justicia y vindicación ahora está lleno de carbones de fuego del altar (Ap. 8:5), y el ángel lo arroja en juicio sobre la tierra de Israel ("tierra" es la traducción preferida a la tierra en el versículo 5). Gregg, S. (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (p. 144).

Nota: Terry - Se detuvo sobre el altar: Compare la visión de Amós 9:1. El gran templo de Dios en el cielo está ante los ojos del vidente, y al igual que el tabernáculo y el templo terrenales con su diseño (Ex. 25:40; 26:30; Heb. 8:5), tiene su "altar de oro de incienso". "delante del trono. Entonces, en el tabernáculo, la posición del "altar del incienso" estaba inmediatamente frente al velo, detrás del cual estaba el arca, con su propiciatorio y querubines donde estaba entronado Jehová (Éxodo 30: 6; 25:21, 22; 1 Reyes 6:20, 22; Salmo 80:1; 99:1). Terry (1898). Apocalípticos bíblicos: (págs. 344–345).
Amós 9.1 (DHH) Vi al Señor, que estaba junto al altar y me decía: “Golpea los capiteles hasta que tiemblen los umbrales; ¡que caigan hechos pedazos sobre la gente! A quienes queden vivos, los mataré a filo de espada: aunque traten de huir, ni uno solo se salvará;



Ap. 8.5 (RVR95) Y el ángel tomó el incensario, lo llenó del fuego del altar y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, voces, relámpagos y un terremoto.
Ap. 8.5 (DHH) Entonces el ángel tomó el incensario, lo llenó con brasas de fuego del altar, y lo lanzó sobre la tierra; y hubo truenos, voces, relámpagos y un terremoto.

Nota: El incensario:  
·         Primero con incienso y las oraciones pidiendo venganza,
·         Después en respuesta a las oraciones, El fuego (las brasas) del altar usado a quemar Jerusalén.

Nota: Terry: Lo llenó con el fuego del altar: el mismo fuego del altar que había quemado el incienso. Tan rápida es la respuesta a las oraciones que el mismo fuego que consume el incienso regresa en brasas de juicio sobre los asesinos de los santos para destruir tanto su tierra como su ciudad. Terry (1898). Apocalyptics bíblica: (345 p.).

Nota: Terry: Echarlo sobre la tierra: un acto simbólico, significativo de que Dios estaba a punto de responder las oraciones de sus santos y los vengaría rápidamente (Lucas 18:8). Terry (1898). Apocalyptics bíblica: (345 p.).

Chilton observa que la ironía de este pasaje se hace evidente cuando tenemos en cuenta que "es una profecía contra el Israel apóstata" ... Ahora, cuando se ordenó al pueblo de Dios que destruyera una ciudad apóstata, Moisés ... ordenó: "Reunirán todos sus botín en el medio de su cuadrado abierto y quemar todo su botín con fuego como una ofrenda quemada completa al Señor tu Dios "(Deut. 13:16; Jue. 20:40; con Gen. 19:28). La única forma aceptable de quemar una ciudad como un sacrificio quemado fue con el fuego de Dios: fuego del altar. Por lo tanto, cuando una ciudad iba a ser destruida, el sacerdote tomaba fuego del altar de Dios y lo usaba para encender el montón de botín que servía como leña, ofreciendo así toda la ciudad como sacrificio. Es esta práctica de poner una ciudad "bajo la prohibición", para que nada sobreviva a la conflagración (Deut. 13:12-18), que el libro de Apocalipsis usa para describir el juicio de Dios contra Jerusalén. Gregg (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (p. 144).

Josefo nos informa de una tormenta prodigiosa en la noche, con la mayor violencia, y vientos muy fuertes, con las lluvias más grandes, y continuos relámpagos, truenos terribles y conmociones cerebrales y bramidos asombrosos de la tierra, que fue un terremoto. Estas cosas eran una indicación manifiesta de que algo de destrucción estaba llegando sobre los hombres, cuando el sistema del mundo fue puesto en este desorden; y cualquiera adivinaría que estas maravillas preveían algunas grandes calamidades que se avecinaban. (Guerras 4.4.5) Gentry (1998). Una visión preterista de la revelación.

Nota: Terry Dice que encontramos un Antiguo Testamento paralelo en Ezequiel. 38:18–23, donde Jehová habla con furia, celos y fuego de ira.
Un gran temblor en la tierra de Israel; para que los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y todas las cosas que se arrastran sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia y las montañas serán derribadas, y los lugares empinados caerán, y todos los muros caerán al suelo ... La espada de cada hombre estará contra su hermano. Y defenderé contra él con pestilencia y con sangre; y lloveré sobre él, y sobre sus hordas, y sobre los muchos pueblos que están con él, una lluvia desbordante y grandes granizos, fuego y azufre”. Terry (1898). Apocalípticos bíblicos: (p. 346).

Ap. 8.6 (RVR95) Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
Ap. 8.6 (DHH) Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocarlas.

Nota: Terry: Las siete trompetas corresponden en sustancia a las siete φιάλαι, cuencos o frascos de ira en el cap. 16, y las imágenes son apropiadas en parte de las plagas de Egipto. La imagen completa debe entenderse como un apocalipsis de los mismos males mencionados por Jesús en Lucas 21:25-26: “Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas; y sobre la tierra angustia de las naciones, en perplejidad por el rugido del mar y las olas; hombres que se desmayan por miedo y por la expectativa de las cosas que están por venir en el mundo: porque los poderes de los cielos serán sacudidos ”. Cualquier intento de interpretar dicho lenguaje literalmente, o encontrar en cada alusión y figurar un significado alegórico, debe terminar en confusión. La descripción completa se mueve en el elemento del simbolismo apocalíptico, y tiene como objetivo producir una impresión del temor de los juicios divinos sobre los hombres y las naciones malvadas. Terry (1898). Apocalípticos bíblicos: (págs. 345–346).

Ap. 8.7 (RVR95) El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre que fueron lanzados sobre la tierra. Y se quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde fue quemada.
Ap. 8.7 (DHH) El primer ángel tocó su trompeta, y fueron lanzados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Se quemó la tercera parte de la tierra, junto con la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.

Nota: Chilton: No solo nos recuerda la caída de Jericó, los juicios provocados por el sonido de estas trompetas también recuerdan las plagas que vinieron sobre Egipto antes del Éxodo. Juntos, están representados como destruyendo un tercio de la Tierra. Obviamente, dado que el juicio no es total ni final, ¡no puede ser el fin del mundo físico! Sin embargo, la devastación es tremenda y funciona para lograr el fin de la nación judía, el tema de estas terribles profecías. Israel se ha convertido en una nación de egipcios y cananeos, y lo que es peor: una tierra de apóstatas del pacto. Todas las maldiciones de la Ley están a punto de derramarse sobre aquellos que alguna vez fueron el pueblo de Dios (Mateo 23: 35-36). Las primeras cuatro trompetas aparentemente se refieren a la serie de desastres que devastaron a Israel en los últimos días, y principalmente a los eventos que llevaron al estallido de la guerra. Chilton - Días de venganza.

Primer trompeta:
·         Granizo y Fuego mezclados con sangre.
·         Quemo la tercera parte de la tierra (la tierra santa): Los árboles y hierba verde.

Gregg – “Punto de vista Preterista” Como los primeros cuatro sellos se activaron de los últimos tres, en que cada uno de los primeros grupos reveló un jinete, las primeras cuatro trompetas se activaron de los últimos tres, ya que estos últimos se conocen como "Ay" toda la serie se refiere a la Guerra Judía de los años 66–70, "los últimos días" de la nación y Jerusalem.

Chilton escribe que "las primeras cuatro trompetas aparentemente se refieren a la serie de desastres que devastaron a Israel en los últimos días, y principalmente a los eventos que llevaron al estallido de la guerra".

Adams escribe que las primeras cuatro trompetas probablemente predicen los varios años de estragos y saqueos antes de la destrucción de Jerusalén. En este período, la tierra sufrió terriblemente. Las plagas recuerdan a las de Egipto, en el nacimiento de la nación hebrea. Aquí marcan tanto el cese de este último como el nacimiento de una nueva nación, el reino de Dios (1 Ped. 2:9-10).

Clark: ¡No es necesario suponer que las siete trompetas describen eventos cronológicos!
“Es mucho mejor considerarlos como todos pertenecientes a un solo evento y tiempo, a saber, la destrucción del primer gran perseguidor de la iglesia cristiana. Cristo, al hablar de la caída de Jerusalén, la describió en términos suficientemente alarmantes; y la historia llena el evento ... con escenas de crímenes, terror, robos, asesinatos y matanzas suficientes para justificar símbolos como estos.

La destrucción de los árboles y la hierba verde puede ser un símbolo de las personas, incluso de las personas justas. Chilton dice que:
Si los árboles y la hierba representan el remanente elegido (como parecen en Ap. 7:3, Ap. 9:4), esto indica que no están exentos de sufrimiento físico y muerte, ya que la ira de Dios es visitada sobre los impíos.
·         Sin embargo, (1) la Iglesia no puede ser completamente destruida en ningún juicio (Mateo 16:18), y (2) a diferencia de los impíos, el destino final del cristiano no es la ira sino la vida y la salvación (Rom. 2: 7–9; 1 Tes.5:9).

Por otro lado, puede haber una referencia a la destrucción de la vegetación real en la tierra (una posible traducción de “la tierra” en el v. 7). Gran parte del hermoso follaje y los árboles alrededor de Jerusalén fueron destruidos por los romanos en la guerra y más tarde descritos por Josefo:
 Y ahora los romanos, aunque estaban muy angustiados por reunir sus materiales, levantaron sus bancos en veinte y veinte días, después de que habían talado todos los árboles que estaban en el país que colindaban con la ciudad, y eso por noventa “furlongs” alrededor, como ya he relatado. Y, verdaderamente, la vista misma del país era algo melancólico; porque aquellos lugares que antes estaban adornados con árboles y jardines agradables ahora se convirtieron en un país desolado en todos los sentidos, y todos sus árboles fueron cortados: ni ningún extranjero que haya visto antes Judea y los suburbios más bellos de la ciudad, y ahora vio como un desierto, pero lamentarse y llorar tristemente ante un cambio tan grande; porque la guerra había dejado todos los signos de belleza bastante desperdiciados. (Guerras, VI:1:1) Gregg (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (págs. 149-152).

Nota: Terry:
·         "Granizo y fuego, mezclados con sangre": Granizo y fuego se mezclaron en una de las plagas egipcias (Éxodo 9:23, 24), y nuestro autor intensifica la imagen al agregar a las imágenes de donde deriva el elemento de sangre (Comp. Ezequiel 5:17; 38:22; Joel 2:30).

·         "Tercera parte": como en la imagen simbólica de Ezek. 5:2, 12, cada una de las primeras cuatro plagas de trompetas destruye un tercio de algo.

·         "Tierra ... árboles ... hierba" —Comp. Ap. 7:1, 3. Tres objetos naturalmente asociados juntos se especifican como los sujetos de la plaga; Al igual que en la próxima plaga (versículos 8 y 9), el mar, las criaturas del mar y los barcos se unen. Terry (1898). Apocalípticos bíblicos: (págs. 346–347).

Nota: Chilton “Literalmente, la vegetación de Judea, y especialmente la de Jerusalén, sería destruida, según los métodos de guerra romanos de “tierra arrasada”: "Tanto el campo como la ciudad daban lástima, pues donde una vez había habido bosques y parques, ahora había un completo desierto desnudo de árboles; y ningún extranjero que hubiese visto la antigua Judea y los gloriosos suburbios de su capital, y que ahora contemplase aquella completa desolación, podría contener las lágrimas ni suprimir un gemido al ver un cambio tan terrible. La guerra había borrado todo rastro de belleza, y nadie que hubiese conocido la ciudad en el pasado y llegara de repente podría haber reconocido el lugar, pues, aunque ya había llegado allí, todavía estaría buscando la ciudad".  Josefo, La guerra judía, vi.i.i. Chilton (y.). Días de venganza.

Ap. 8.8-9 (RVR95) El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como un gran monte ardiendo en fuego fue precipitado en el mar. La tercera parte del mar se convirtió en sangre, 9 murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar y la tercera parte de las naves fue destruida.
Ap. 8.8-9 (DHH) El segundo ángel tocó su trompeta, y fue lanzado al mar algo que parecía un gran monte ardiendo en llamas; y la tercera parte del mar se volvió sangre. 9 La tercera parte de todo lo que vivía en el mar, murió, y la tercera parte de los barcos fueron destruidos.

·         Un gran monte ardiendo lanzado al mar.
·         El tercer parte del mar volvió sangre.
·         El tercer parte de las peces murieron
·         El tercer parte de los barcos destruidos

Gregg, punto de vista perterista: Esta trompeta se puede aplicar a la destrucción de Israel y Jerusalén en la guerra judía en el año 66-70 tanto en sentido simbólico como literal.
Simbólicamente, la imagen de una montaña en profecía a menudo se refiere a un gobierno o un reino. Chilton nos recuerda que "la nación de Israel era la 'Montaña Sagrada' de Dios, la 'montaña de la herencia de Dios' (Ex. 15:17) ... El Monte Sión era un símbolo aceptado de la nación". Aquí Juan ve una gran montaña ardiendo con fuego (Ap. 8:8). Jerusalén fue quemada por los romanos, pero incluso si esto no fuera literalmente cierto, el fuego generalmente es un emblema del juicio. Esta montaña en la visión es arrojada al mar (Ap. 8:8). "El mar" se usa con frecuencia en la profecía como un símbolo de “las naciones gentiles”, en contraste con "la tierra", que significa “Israel”.

El simbolismo podría representar el colapso del estado judío y la dispersión resultante de los judíos en todo el mundo gentil. Jesús maldijo la higuera estéril en presencia de sus discípulos, lo que probablemente simbolizaba la maldición de la nación infructuosa. Cuando sus discípulos, al día siguiente, le señalaron que el árbol se había marchitado, Jesús comentó: "Ciertamente, te digo, si tienes fe y no dudes ... si le dices a esta montaña, ' Ser removido y arrojado al mar, "se hará" (Mateo 21:21). Dado que este comentario está relacionado con la maldición de la higuera, es posible que Jesús se refiriera simbólicamente a "esta montaña" (es decir, Israel) arrojada al mar de naciones gentiles como resultado de las oraciones de los discípulos. Eso estaría de acuerdo con Ap. 8:3–5, donde se ofrecieron las oraciones de los santos a Dios, seguidas del fuego que se arrojó sobre la tierra. En realidad, el lanzamiento de fuego sobre la tierra es una característica tanto de Ap. 8:5 como de las dos primeras trompetas.

También hubo un cumplimiento algo literal de las palabras que un tercio del mar se convirtió en sangre (v. 8) y de la destrucción de los peces y los barcos (v. 9). Josefo describió una batalla en la que los romanos persiguieron a muchos galileos en el Mar de Tiberio (Galilea) y los mataron allí. Las palabras de Josefo, que nunca había leído Apocalipsis, parecen casi como si estuvieran calculadas para presentar el cumplimiento de este juicio de trompeta:

Y para aquellos que se estaban ahogando en el mar, si levantaban la cabeza por encima del agua, eran asesinados por los dardos [flechas] o atrapados por los barcos; pero si, en el desesperado caso en el que se encontraban, intentaban nadar hacia sus enemigos, los romanos les cortaban la cabeza o las manos; y, de hecho, fueron destruidos después de varios modales en todas partes, hasta que el resto, puesto en fuga, se vieron obligados a subir a la tierra, mientras que los barcos los rodearon (en el mar): pero muchos de estos fueron rechazados cuando estaban en tierra, los dardos los mataron en el lago; y los romanos saltaron de sus naves y destruyeron muchos más en la tierra: uno podría ver el lago todo sangriento y lleno de cadáveres, porque ninguno de ellos escapó. Y un hedor terrible, y una visión muy triste había en los días siguientes sobre ese país; porque en cuanto a las costas, estaban llenos de naufragios y de cadáveres todos hinchados; y cuando los cuerpos muertos fueron inflamados por el sol, y se pudrieron, corrompieron el aire, de tal manera que la miseria no solo era objeto de condescendencia para los judíos, sino también para aquellos que los odiaban, y habían sido los autores de esa miseria. (Guerras, III:10:9) Gregg (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (pp. 154-158).

Nota: Chilton: Ap. 8:8-9 En el sonido de la trompeta del segundo ángel, vemos un paralelo de la primera plaga en Egipto, en la cual el Nilo se convirtió en sangre y murieron los peces (Ex. 7:17-21). La causa de esta calamidad fue que “la gran montaña ardiendo en fuego” fue lanzada al mar. El significado de esto se hace claro cuando recordamos que la nación de Israel era el "Santo Monte de Dios”, el "monte de su heredad" (Ex. 15:17). Como el pueblo redimido de Dios, habían sido traídos de vuelta a Edén, y el uso repetido de imágenes de montañas a través de su historia demuestra esto vívidamente. Pero ahora, como apóstatas, Israel se había convertido en "montaña destructora", contra la cual se había vuelto la ira de Dios.

Ahora Dios está hablando de Jerusalén en el mismo lenguaje que una vez usó para hablar de Babilonia, un hecho que será céntrico a las imágenes de este libro:

He aquí, yo estoy contra tí, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra tí, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado.... Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas será cubierta. (Jer. 51:25, 42).

Conéctese esto con el hecho de que Jesús, en medio de una larga serie de discursos y parábolas sobre la destrucción de Jerusalén (Mat. 20-25), maldijo una higuera estéril, como símbolo de juicio sobre Israel. Luego les dijo a sus discípulos:
"De cierto os digo que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis" (Mat. 21:212-22).

 ¿Estaba Jesús siendo impertinente? ¿Esperaba realmente que los discípulos anduvieran por allí orando para mover montañas literales? Por supuesto que no. Más importante, Jesús no estaba cambiando el tema. Todavía estaba enseñándoles una lección sobre la caída de Israel. ¿Cuál era la lección? Jesús estaba instruyendo a sus discípulos para que ofrecieran oraciones imprecatorias, suplicando que Dios destruyera a Israel, que secara la higuera, que lanzara al mar la montaña apóstata.

Y eso es exactamente lo que sucedió. La iglesia perseguida, bajo opresión de los judíos apóstatas, comenzó a orar pidiendo la venganza de Dios sobre Israel (Ap. 6:9-11), rogando que la montaña de Israel fuera "tomada y echada en el mar". Sus ofrendas fueron recibidas en el altar celestial de Dios, y en repuesta Dios dio instrucciones a sus ángeles para que lanzaran sus juicios contra la tierra (Ap. 8:3-5). Israel fue destruido. Deberíamos notar que Juan está escribiendo esto antes de la destrucción, para instrucción y estímulo de los santos, para que continuasen orando en fe. Como les había dicho al comienzo, "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca" (Ap. 1:3). Chilton Días de Retribución.



Ap. 8.10-11 (RVR95) El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella ardiendo como una antorcha. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas. 11 El nombre de la estrella es Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se volvieron amargas.
Ap. 8.10-11 (DHH) El tercer ángel tocó su trompeta, y una gran estrella, ardiendo como una antorcha, cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales. 11 La estrella se llamaba Amargura; y la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y a causa de aquellas aguas amargas murió mucha gente.


Tercer trompeta:
·         Una gran estrella ardiendo como una antorcha.
·         Cayo sobre la tercera parte de los ríos y las fuentes de las aguas.
·         Las aguas se convertido amargas.

·         Gregg - PRETERISTA: ¡La transformación de las fuentes de agua dulce en amargas y tóxicas puede ser en parte un resultado literal de los cadáveres en descomposición que yacen en el Mar de Galilea y en el río como resultado de la guerra! Sin embargo, este ensuciamiento de las aguas tiene un significado simbólico, ya que ocurre aquí en la nación de Israel. Probablemente haya una alusión intencional a la promesa (y la amenaza implícita) que Dios hizo a Israel cuando salieron de Egipto. Cuando llegaron a las aguas amargas de Mara, en respuesta a que Moisés arrojó un árbol a las aguas, Dios las hizo dulces y sanas. El significado del incidente se da en las palabras de Dios:
 Si escuchas diligentemente la voz del Señor, tu Dios, y haces lo que es justo a sus ojos, prestas atención a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, no pondré sobre ti ninguna de las enfermedades que he traído sobre los egipcios. Porque yo soy el SEÑOR que te sana. (Éxodo 15:26)

·         La "curación" de las aguas amargas simbolizaba la "curación" de la nación de su amarga esclavitud. Sin embargo, la promesa / advertencia de Dios implica que su desobediencia a Él resultará en que Él ponga sobre ellos las mismas plagas que puso sobre los egipcios: las aguas pueden volverse amargas nuevamente. En otra parte, al describir las maldiciones que Israel podría esperar si ella violaba su pacto con Dios, Moisés escribió:
 Entonces el Señor traerá sobre ti y sobre tu descendencia plagas extraordinarias, plagas grandes y prolongadas, y enfermedades graves y prolongadas. Además, Él te traerá todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tenías miedo, y se aferrarán a ti. (Deut. 28:59–60)

·         Es de destacar que, a lo largo de las páginas de Apocalipsis, las plagas que vienen sobre los apóstatas son comparables a aquellas con las que Dios afligió a los egipcios en los días de Moisés. La estrella que ardía como una antorcha (Ap. 8:10) recuerda al árbol arrojado a las aguas por Moisés, pero tiene el efecto contrario (Ex. 15:25).

Chilton escribe:  Al igual que el símbolo anterior, la visión de la Tercera Trompeta combina imágenes bíblicas de la caída de Egipto y Babilonia ... El nombre de esta estrella caída es Ajenjo, un término utilizado en la Ley y los Profetas para advertir a Israel de su destrucción, como castigo por la apostasía (Deut. 29:18; Jer. 9:15; 23:15; Lam. 3:15, 19; Amós 5:7). Nuevamente, al combinar estas alusiones del Antiguo Testamento, San Juan dice: Israel es apóstata y se ha convertido en un Egipto; ¡Jerusalén se ha convertido en una Babilonia! y los que rompen el pacto serán destruidos, igual que Egipto y Babilonia fueron destruidos. Gregg, S. (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (pp. 160-164).

Nota: Chilton: Ap. 8:10 La visión de la tercera trompeta combina las imágenes bíblicas de la caída tanto de Egipto como de Babilonia. El efecto de esta plaga - las aguas que se vuelven amargas - es similar a la primera plaga en Egipto, en la cual el agua se volvió amarga a causa de la multitud de peces muertos y en descomposición (Ex. 7:21). La amargura de las aguas es causada por una gran estrella que cae del cielo, ardiendo como una antorcha. Esto es paralelo a la profecía de Isaías tocante a la caída de Babilonia, de la cual se habla en términos de la caída original en el paraíso:

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. (Isa. 14:12-15).

El nombre de esta estrella caída es Ajenjo, un término usado en la Ley y los Profetas para advertir a Israel de su destrucción como castigo por su apostasía (Deut. 29:18; Jer. 9:15; 23:15; Lam. 3:15, 19; Amós 5:7). Nuevamente, combinando estas alusiones del Antiguo Testamento, Juan llama la atención sobre este punto: Israel es apóstata, y se ha convertido en Egipto; Jerusalén se ha convertido en Babilonia; y los quebrantadores del pacto serán destruidos, tan seguramente como fueron destruidos Egipto y Babilonia. Chilton. Días de Retribución.

Ap. 8.12 (RVR95) El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciera la tercera parte de ellos y no hubiera luz en la tercera parte del día, y asimismo en la noche.
Ap. 8.12 (DHH) El cuarto ángel tocó su trompeta, y fue dañada la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas. De modo que una tercera parte de ellos quedó oscura, y no dieron su luz durante la tercera parte del día ni de la noche.

El Cuarta trompeta:
• El sol, la Luna las estrellas. La tercera parte.
·         Los gobernantes – quitado de su poder o vida.

Nota: Chilton - Como la novena plaga en Egipto de "densas tinieblas" (Ex. 10:21-23), la maldición traída por el cuarto ángel golpea a los portadores de luz, el sol, la luna, las estrellas, de modo que un tercio de ellas pudieron quedar oscurecidas. Chilton. Dias de Retribucion.

Gregg - PRETERISTA: Al asignar estos eventos a los tiempos de la Guerra Judía, Chilton escribe: “Las imágenes aquí se usaron durante mucho tiempo en los profetas para representar la caída de las naciones y los gobernantes nacionales (cf. Is. 13:9–11, 19; 24:19–23; 34:4–5; Ezequiel 32:7–8, 11–12; Joel 2:10, 28–32; Hechos 2: 6–21)".

Por el cumplimiento de esto, observa Farrar quien escribió que:
 "gobernante después gobernante", "jefe tras jefe" del Imperio Romano y la nación judía fue asesinada y arruinada. Cayo, Claudio, Nerón, Galba, Otón, Vitelio, todos murieron por asesinato o suicidio; Herodes el Grande, Herodes Antipas, Herodes Agripa y la mayoría de los príncipes herodianos, junto con no pocos de los principales sumos sacerdotes de Jerusalén, perecieron en desgracia, en el exilio o por manos violentas. Todos estos fueron soles apagados y estrellas oscuras. Gregg (1997). Apocalipsis, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (pp. 166-168).

Ap. 8.13 (RVR95) Miré, y oí un ángel que volaba en medio del cielo y decía a gran voz: «¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para tocar los tres ángeles!».
Ap. 8.13 (DHH) Luego miré, y oí un águila que volaba en medio del cielo y decía con fuerte voz: “¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las trompetas que van a tocar los otros tres ángeles!”

Gregg - PRETERISTA: La mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que "un águila volando" es una lectura mejor atestiguada en los manuscritos que un ángel volando (Ap. 8:13).
Chilton escribe que las advertencias proféticas de la destrucción de Israel a menudo se expresan en términos de águilas que descienden sobre carroña (Deut. 28:49; Jer. 4:13; Lam. 4:19; Oseas 8:1; Hab. 1:8; Mat. 24:28). De hecho, un aspecto básico de la maldición del pacto es ser devorado por las aves del aire (Gen. 15:9–12; Deut. 28:26, 49; Prov. 30:17; Jer. 7:33–34; 16:3–4; 19:7; 34:18–20; Ezequiel 39:17–20; Ap. 19:17–18).

·         Adam Clarke expone con precisión la posición preterista:

·         “Muchos hombres eruditos suponen que estos problemas se refieren a la destrucción de Jerusalén: el primer dolor: las sediciones entre los judíos mismos; el segundo ay: el asedio de la ciudad por los romanos; el tercer ay: la toma y el saqueo de la ciudad y la quema del Templo. Este fue el mayor de todos los problemas, ya que en él la ciudad y el Templo fueron destruidos, y casi un millón de hombres perdieron la vida.” Gregg, S. (1997). Revelación, cuatro puntos de vista: un comentario paralelo (p. 172).

Nota: Chilton: El águila-querubín reaparecerá en esta sección de Apocalipsis como una imagen de salvación (Ap. 12:14), y al final será reemplazada por (o vista nuevamente como) un ángel que vuela por en medio del cielo proclamando el evangelio a los que moran en la tierra (Ap. 14:6), pues su misión es en definitiva redentora en su alcance. Pero la salvación del mundo vendrá por medio de la caída de Israel (Rom. 11:11-15, 25). Así que el águila comienza su mensaje con ira, proclamando tres ayes que han de venir sobre los que moran en la tierra.
Como las plagas originales en Egipto, las maldiciones se vuelven más intensas y más precisas en su aplicación. Juan está construyendo para llegar a un crescendo, usando los tres ayes del águila (que corresponden a la quinta, sexta, y séptima trompetas; comp. Ap. 9:12; Ap. 11:14-15) para dramatizar los crecientes desastres que caen sobre la tierra de Israel. Después de muchas demoras y mucha paciencia de parte del celoso y santo Señor de los ejércitos, las terribles sanciones de la Ley se desatan finalmente contra los quebrantadores del pacto, para que Cristo Jesús pueda heredar los reinos del mundo y traerlos a su templo (Ap. 11:15-19; 21:22-27). Chilton. Días de Retribución.

Resume: Estudio – Ap. 8:1-13 El Séptimo Sello: Los Trompetas 1-4

·        El Séptimo Sello:
o   Siete Trompetas: Cosas afectados por la guerra. 
1.     Los árboles y la hierba.
2.     Las peces y hundieron los barcos.
3.     Las Aguas se convirtieron amargas.
4.     El Sol, la luna, y las estrellas dañadas.

Fin de Estudio: Ap. 8:1-13- El Séptimo Sello: Los Trompetas 1-4